Coma 6
Publicado en Jun 05, 2014
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Al abrir los ojos, Tom se encontró en su habitación de Coma.
Sin embargo, la habitación lucía diferente: las paredes eran de un color negruzco y la estancia era más sombría. Las cortinas habían desaparecido, al igual que el vidrio de la ventana.
Tom observó el sitio con desconcierto. Él se había lanzado al vacío. ¿Cómo había aterrizado en ese cuarto?
Amora apareció, con una sonrida radiante.
-Lo has logrado- dijo.
-¿Qué quieres decir?- preguntó Tom.
-Rompiste la maldición de Coma. Y es hora de romper tu propia maldición. ¿Ya recuerdas tu desgracia?
-La recuerdo- musitó Tom.Y comenzó a desgranar la historia de su tragedia.

Tom conoció a Mercy mientras hacía la compra.
 Había ido a comprar comida para sus peces y ella iba a comprar una tortuga. Ambos estaban distraídos y chocaron uno contra el otro.
-Lo siento- dijo ella
.-No te preocupes- dijo Tom-. ¿Buscas algo en especial? No trabajo aquí pero igual puedo ayudarte.
Mercy sonrió tímidamente.
-Una tortuga.
A partir de ese momento, comenzaron a salir, y cada cita era más especial que la anterior hasta que, una noche, fueron a cenar y decidieron volver a casa caminando. Entonces, al detenerse en una esquina, Tom sacó una cajita y se la entregó a Mercy.
-¿Y esto?- preguntó ella, intrigada.
-Ábrelo- dijo Tom con tono misterioso.
Mercy abrió la cajita y vio lo que había, sin dar crédito a sus ojos. Había un sencillo anillo con una joya engarzada.
-Tom...- dijo Mercy, y le miró.
-¿Te casarías conmigo?- le preguntó Tom.
Mercy estaba radiante de felicidad, pero antes de que dijera nada, una voz socarrona dijo:
-Que tierno.
Tom y Mercy voltearon. Tres hombres encapuchados se acercaron a ellos, uno de ellos sostenía un rifle con el que apuntaba a la pareja.
-Creo que llegamos en mal momento, camaradas- dijo el del rifle, y los otros rieron.
-Es una pena- dijo otro, señalando una furgoneta-. Adentro- ordenó.
Todos entraron al vehículo. Nadie dijo nada durante el trayecto. Llegaron a un edificio abandonado. Bajaron de la furgoneta y entraron al edificio.
El tipo del rifle miró a Tom y luego a Mercy, luego, dirigiendose a ella, preguntó:
-¿Qué le dices a tu novio, dulzura?
Mercy no dijo nada, atemorizada. Los otros dos, que sujetaban a Tom, solo miraron.
El del rifle miró a Mercy y dijo:
-Responde mi pregunta: ¿Aceptas a este hombre como tu esposo?
-Sí, sí acepto- dijo Mercy, temblorosa.
-¿Tú aceptas a esta dulzura como tu querida esposa?- preguntó el hombre a Tom.
-Sí- dijo Tom.
El hombre sonrió y dijo:-Bueno, pues considerense marido y mujer. Ahora podemos comenzar.
El sujeto dejó el rifle, agarró un cuchillo y apuñaló a Mercy repetidas veces, hasta que prácticamente le dejó las vísceras de fuera .Luego, golpeó a Tom con un tubo. Los tres sujetos lo dejaron ahí y se fueron a otra habitación.
Tom se arrastró, aturdido, hasta el cuerpo de Mercy y lo tomó entre sus brazos. Sus ojos se anegaron en lágrimas y lloró de impotencia por no poder defenderla. Entonces, decidió vengarse.
Tomó el rifle y el tubo y salio en busca de los tres hombres, encontrandolos en una habitación cercana, jactandose de lo que habían hecho. Tom decidio usar el rifle para reducirlos.
Apuntó y disparó tres veces. El primero murio con el disparo, que le dio en la cabeza. El segundo cayó con un tiro en la pierna, y el tercero tenía un disparo en el estomágo. Tom aparecio, soltó el rifle y agarró el cuchillo, con el que asesinó a uno y después golpeó al otro con el tubo hasta que le partió el cranéo.
Sin embargo, su desesperación aumentó cuando, tiempo después, lo arrestaron por asesinar a esos hombres. Él había perdido a Mercy, y con ella lo había perdido todo; todo por culpa de esos monstruos, ¿y era él quién debía ser castigado? Eso fue demasiado, más de lo que podía soportar.
-Y tal vez por eso llegué aquí- dijo Tom, finalizando su relato.
Amora le tomó la mano cariñosamente.
-Tu amor por Mercy era puro- dijo-. Ese amor fue tu defensa al enfrentarte a la muerte, personificada en Benjamin. Ahora ven conmigo.
Amora llevó a Tom a la ventana y le invitó a asomarse por ella, cosa que él hizo. El paisaje era diferente. El jardín estaba reseco y miles de personas salían en tropel.
-Le has dado la redención a estas almas- dijo Amora-. Ahora ve y busca tu propia redención.
Le señaló la puerta, que estaba abierta de par en par. Tom atravesó la puerta y encontró un pasillo iluminado. Ahí vio a otra mujer.
Usaba un vestido verde claro, que resaltaba su piel oliva. Su cabello oscuro enmarcaba su bello rostro, radiante de alegría al verlo.
-¡Tom!- exclamó.
Tom esbozó una ancha sonrisa
.-Mercy- susurró- ¡Mercy!- gritó después.
Corrió hacia ella, y los dos amantes se fundieron en un dulce y largo beso.
-Estás aquí- dijo Mercy-. Estas conmigo.
-Aquí estaré contigo- dijo Tom-. Estaremos juntos por siempre.
Los dos se abrazaron, felices de reunirse nuevamente, y emprendieron el camino hacia la eternidad.
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Foto del autor Ana Fernandez
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Descripción

Final de esta historia rara

Palabras Clave: cuento final libertad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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