Matilde y sus sueos. Parte III
Publicado en Sep 10, 2009
Al otro día yo me fui con Luisa a otro trabajo en Los Paseos en otra urbanización. Allí iba a trabajar en casa de una gordota cubana que desde que me vio comenzó a decir malas palabras pero ella era buena gente. Tenia eso si la casa vivía sucia por dos jodios perritos que vivían todo el día adentro y en el patio tenía cinco perros. Además de un papagayo que andaba dentro de la casa y hacia de las suyas hasta en las sillas, Así que tenía uno que tener cuidado donde uno se sentaba. Había también una cotorra plebe que decía tantas malas palabras como su dueña. Se pasaba diciéndole a ella mira puta ponme la música, deja esa mierda deja esa mierda. Yo la mandaba a callar y ella me decía cállate puta ponme la música, y se pasaba encima de los gabinetes de la cocina. Ella prometió pagarme mi sueldo y ayudarme a conseguir la residencia con un hombre que ella conocía. Me presto el dinero antes de los seis meses de estar trabajando con ella, para que me casara con el hombre y me consiguiera los papeles. De manera que me case por negocios con el hombre pero como tenía vivir con el un buen tiempo porque esa gente de migración no son pendejos ahora ellos lo mandan a investigar a uno a ver si es verdad que está casado. Así que nos mudamos en una misma casa y el me llevaba al trabajo todos los días. Como el hombre me gustaba termine acostándome con el y ahí nos enamoramos eso creía yo.
La doña en los Paseos me pagaba el dinero a tiempo y me descontaba el seguro social que se lo agradezco porque el día que me vaya para allá para la Republica, tengo un dinerito que me ayudará, para vivir mejor si no tengo trabajo. Entonces yo tenía ya algo de dinero guardado y me había casado con un boricua para lo de la residencia. Yo no le había dicho nada a el del dinero que tenía en el banco así que se lo envié a mi madre para que lo cambiara en pesos y comprara un terrenito en Herrera para hacer una casita poco a poco. De trabajo en trabajo me enferme y no sabia que estaba enferma hasta que tuve un derrame y me enviaron al médico. Me dijeron que no podía seguir haciendo ese trabajo porque yo tenia la cadera abierta y yo no entendía bien que era eso. El caso es, que me salio un tumor en el útero y por esa razón el hombre me dejo porque me cogió miedo así que viviendo sola y enferma en otro país no era fácil para mi yo tenía que pagar renta y enviar dinero y un buen día decidí irme a mi casa en cuanto me llegaron los papeles y la residencia. Regresé a Santo Domingo y puse un ventorrillo tengo un rancho que no es muy grande pero es mío aquí en los Minas. El ventorrillo me da para mantener mis hijos y además compre una maquina de coser. La gente me dice que si estoy loca que en Puerto Rico se vive mejor como si supieran. Un día me canse de tanta critica y exploté ¡Mire coño ustes es loco! yo si se como hay que trabajar, las que pasé por allá, aunque gane un dinerito y estoy ahora aquí mejor que antes pero no deje de ver el peligro que estoy viva de chepa. Además la muestra es que me enfermé y allí nadie me podía cuidar ni hay quien te haga una sopa. Todo el mundo esta ocupado y el que no se la inventa para estarlo. La gente allá en la ciudad vive como en Nueva York cada quien en su casa. Una noche casi me muero de un dolor y no aparecía nadie que me llevara al medico y es fácil, ¡déjeme aquí en mi país! Fin __________________
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MAVAL
yo estoy segura que tú ya tienes mas que claro tu opción de vida por eso te ves serena ...has encontrado la paz ...saludos amiga
fuerza en todo!
doris melo
Elvira Domnguez Saavedra