Breve teoría del caos
Publicado en Jul 07, 2014
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Una breve teoría del caos me bastaría para demostrar que su lugar, por azar o capricho, está a mi lado. Que debería despertarla todas las mañanas con un beso en la espalda y mi virilidad dura entre sus nalgas. Calientes, hirvientes como el demonio, entregarnos a los antojos de la carne, a la lujuria del tiempo, a la voluptuosidad que despierta la mente despierta del que lee. Somos dos esporas que el viento arrastra a un callejón oscuro, para que yo levante su falda, bese sus muslos, beba del calor acuático de su coño, la penetre como desahuciado, sin otro mañana que el presente, sin otro después que el ahora. No sabría jugarme otra carta que la del instante, este, en que somos jóvenes, estamos vivos, borrachos y agonizando bajo el mismo cielo poblado de pájaros negros de angustia y nubes oscuras de desprecio.      
     Una breve teoría del caos bastaría para demostrar que estamos en sitios incorrectos. Que aunque usted esté casada y yo comprometido, las leyes humanas no bastan, no alcanzan, para regir este inmenso y caótico universo. Si dejamos pasar su humedad y mi erección, estamos desaprovechando los valiosos minutos que en otro tiempo nos faltarán para poder respirar. Así de hermosa es usted para mí, como respirar con las manos abiertas al viento, ese viento azaroso, caprichoso y sabio, que la arrojan sobre mis manos, sobre mi lengua, sobre mi pasión. No deje para mañana que decidan jueces, sacerdotes, abogados y contadores, decida usted, ahora, que esta misma breve teoría del caos que nos une esta noche, nos separará mañana. 
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Foto del autor Getzemaní González
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Descripción

Una breve teoría del caos me bastaría para demostrar que su lugar, por azar o capricho, está a mi lado. Que debería despertarla todas las mañanas con un beso en la espalda y mi virilidad dura entre sus nalgas. Calientes, hirvientes como el demonio, entregarnos a los antojos de la carne, a la lujuria del tiempo, a la voluptuosidad que despierta la mente despierta del que lee. Somos dos esporas que el viento arrastra a un callejón oscuro, para que yo levante su falda, bese sus muslos, beba del calor acuático de su coño, la penetre como desahuciado, sin otro mañana que el presente, sin otro después que el ahora. No sabría jugarme otra carta que la del instante, este, en que somos jóvenes, estamos vivos, borrachos y agonizando bajo el mismo cielo poblado de pájaros negros de angustia y nubes oscuras de desprecio. Una breve teoría del caos bastaría para demostrar que estamos en sitios incorrectos. Que aunque usted esté casada y yo comprometido, las leyes humanas no bastan, no alcanzan, para regir este inmenso y caótico universo. Si dejamos pasar su humedad y mi erección, estamos desaprovechando los valiosos minutos que en otro tiempo nos faltarán para poder respirar. Así de hermosa es usted para mí, como respirar con las manos abiertas al viento, ese viento azaroso, caprichoso y sabio, que la arrojan sobre mis manos, sobre mi lengua, sobre mi pasión. No deje para mañana que decidan jueces, sacerdotes, abogados y contadores, decida usted, ahora, que esta misma breve teoría del caos que nos une esta noche, nos separará mañana.

Palabras Clave: Una breve teoría del caos me bastaría para demostrar que su lugar por azar o capricho está a mi lado. Que debería despertarla todas las mañanas con un beso en la espalda y mi virilidad dura entre sus nalgas. Calientes hirvientes como el demonio entregarnos a los antojos de la carne a la lujuria del tiempo a la voluptuosidad que despierta la mente despierta del que lee. Somos dos esporas que el viento arrastra a un callejón oscuro para que yo levante su falda bese sus muslos beba del calor acuático de su coño la penetre como desahuciado sin otro mañana que el presente sin otro después que el ahora. No sabría jugarme otra carta que la del instante este en que somos jóvenes estamos vivos borrachos y agonizando bajo el mismo cielo poblado de pájaros negros de angustia y nubes oscuras de desprecio. Una breve teoría del caos bastaría para demostrar que estamos en sitios incorrectos. Que aunque usted esté casada y yo comprometido las leyes humanas no bastan no alcanza

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales


Derechos de Autor: Getzemaní González Castro

Enlace: http://accidenteserogenos.blogspot.com/


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