Frente a la Ventana.
Publicado en Jul 09, 2014
Él recogió la navaja que llevaba ella. Ella la había usado para podar las rosas de la maceta. El había estado todo el día mirando por la ventana en aquel sillón morado. Ella fue quien abrió. Porque en verdad abrió el. Ella había estado sentada en el sillón verde mientras el leía el periódico. Era un niño quien atendió la puerta. Una pareja fue quien había tocado. Era él y ella. ¿Qué es lo que necesita?. Pregunto ella al niño que había tocado la puerta. El aún estaba sentado frente a la ventana. El periódico mostraba una fotografía de unas rosas. Ella lo había asesinado frente al sillón marrón. Habían sido encontradas en la playa. El niño había sido asesinado allí. Las rosas blancas se habían impregnado con la sangre de ella. Él había conducido hasta la playa. El niño había ido con él. Cuando acompañaba a ella. El periódico informaba sobre un accidente. La playa estaba como titular del periódico. Ella dejo la navaja sobre la arena. Él estaba en la selva y ella frente a la ventana mirando a un niño con una navaja. El niño había visto a un niño mirándolo por la ventana. El periódico estaba en la ventana. La fotografía de una ventana estaba en el periódico. Por la ventana se veía el cuerpo de él, en la playa. El mundo giraba. En la playa se veía la sangre del niño. Asesinado por él. Aunque ella lo había asesinado a él. El reloj se había detenido y ella estaba en él. Él estaba mirando por la ventana. Él había muerto. El accidente había ocurrido mientras Ellos estaban sentados en el sillón blanco. Los ojos de ella se habían enrollados en el periódico. El periódico había sido escrito por el niño. Aunque el niño ya estaba muerto. Él rompió el vidrio. El fue asesinado. Ella rompió el vidrio de la ventana. El niño ya no estaba. Había sido asesinado. El niño nunca existió. El sillón y la ventana aún están siguen allí.
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Federico Santa Maria Carrera
Has trazado una línea de estilo muy interesante y ello le pone un valor apreciable a tu trabajo.
Te felicito.
Gesc
Gracias Gesc
Eloisa
Guillermo Capece
saludos
Guillermo
Mara Vallejo D.-
Muchas veces los leí. amigo mio; las letras saltan y el ritmo se hace fuerte, me sentí leyendo una historia; total, me ha gustado mucho tu texto. Felicitaciones.
Un abrazo