Por qu dura tan poco el atardecer
Publicado en Jul 11, 2014
Algunos curiosos y nostálgicos se preguntarán por qué dura tan poco el atardecer. La noche, con su manto de terciopelo azul y negro, dura ¡tantas horas comparada con el atardecer!. Los guardianes de la noche, las estrellas, vigialn al astro mayor que es el centinela de su torre. ¿Y el día? Preguntarán, ¿acaso no tiene esos esbeltos centinelas que son las nubes? Y aquí es donde comienza nuestra historia. Voy a contarles por qué las nubes del atardecer suelen verse tan alargadas, tan largas, como las franjas de dulce estiradas en una tostada. Las nubes, bailarinas gráciles como cisnes y ágiles como jaguares, estiran sus bellos cuerpos para aprisionar al cielo. ¿Cómo puede ser que algo tan hermoso como el atardecer dure tan pero tan poco? Pues ellas distraen al sol con sus danzas milenarias, bailan, bailan y saltan, mueven sus níveas y rosáceas manos de aquí para allá hasta lograr estirarse tanto como puedan. Y cuando el sol se distrae, atrapan el cielo y lo sostienen firmemente. Pero de pronto, son descubiertas por la luna, que las amenaza con llamar a las estrellas antes de tiempo. Ese es su reino, no pueden prolongar más el suyo. Las nubes ceden con tristeza, no se puede negar nada a la luna. Pero se quedan estiradas con la esperanza de que se distraiga y puedan aprisionar al cielo nuevamente. Los árboles otoñales las miran desauciados ¿cómo puede ser, amigas, que el atardecer dure tan poco? ¿Es que no hay manera de detenerlo? Ensayan sostenerlo, algunas quisieran dividirse o multiplicarse para que no huyera. Violetas esfumados, rosados muy suaves, celeste-azul crepuscular: colores del cielo atardecido que tan solo contemplamos por un minuto. Los árboles del otoño, secos, sin una sola hoja, en contraste con el cielo límpido, se parecen al corazón puro de un niño. O a aquellas frases a las que no se les puede agregar nada porque son perfecta Y lentamente cae el sol, y lentamente las nubes se van, y lentamente todo termina. Tarde, que me diste tantas delicias, tarde mía, que no logro aprisionar en palabras, vuelve otra vez a mis oídos y a mis ojos, para que pueda una vez más, ilusionarme contigo.
Página 1 / 1
|
Enrique Gonzlez Matas
TE FELICITO POR TU SENSIBILIDAD Y BUENA EXPRESIÓN.
UN GRAN ABRAZO MERCEDES.
Mercedes