Cambio de vida 3
Publicado en Aug 15, 2014
Al día siguiente, Jonathan le dijo a Drew durante el desayuno:
-Creo que encontré una casa ideal. Iré a verla y te mandaré la dirección al rato. -De acuerdo- dijo Drew, y terminó su desayuno. Luego se fue. -Drew, espera- dijo Marissa. Pero Drew no le hizo caso y salio del restaurante. -Ah, le diremos luego- dijo Greg. -¿Decirle qué?- preguntó Jonathan. Algo no le olía bien. Su madre le miró y dijo: -Volveremos a Edimburgo. -¿Qué?- dijeron al unísono Jonathan y Thalía. -Mi asunto de negocios terminó antes de lo esperado- dijo Greg-. Ya no tenemos nada más que hacer aquí. -¿Y si Drew quiere quedarse aquí?- inquirió Jonathan. Greg se echó a reir y Marissa dijo: -No. Él volverá a casa, trabajara en la empresa del abuelo y se casará con Aline, que es una muchacha muy mona. -Para que él se quede aquí tendría que conseguir un trabajo- dijo Greg-, lo cual es poco probable. Jonathan frunció el ceño y Thalía, para su sorpresa, dijo sin apartar la vista de su celular: -Deberías dejar que lo decida él, mamá. -Bien- dijo Marissa-. Así verán que él vendrá sin rechistar. Drew paseaba por el centro de la ciudad. Llamó a Lara, pero ella no respondía. Suspiró. "Demasiado bueno para ser verdad", pensó. Entonces, vio algo que le llamó la atención: en un edificio había un cartel pegado que decía: "prueba de equipo para personal". Entró. Una recepcionista lo recibió y lo guió hasta dejarlo frente a una computadora. Le entregó una solicitud de empleo y se fue. Luego llegó un hombre y dijo: -Buenos días a todos. Esta es una sencilla prueba de rendimiento y rapidez. Tienen 10 minutos para llenar la solicitud que acaban de recibir y hacer una lista de pedidos que se han descargado en su computadora. Drew llenó la solicitud y luego observó la lista. Era pan comido. Realizó todo en ocho minutos, entregó la solicitud a la recepcionista y se fue. Ahí cayó en la cuenta de que probablemente esa era una entrevista de trabajo. En ese momento recibió un mensaje de su hermano, con la dirección de la casa a la que iba. Pidió instrucciones y tomó un camión que lo dejó cerca, luego comenzó a caminar. Entonces vio frente a él a una muchacha de largo cabello castaño que caminaba, con una bolsa colgada al hombro y un abrigo atado a la cintura. Con una corazonada, Drew sacó su celular y marcó un número. La chica frente a él contestó: -¿Hola? -Hola Lara. Soy Drew, nos conocimos ayer y... -Sí, te recuerdo. Disculpa si no te conteste, estaba en el trabajo y acabo de salir. -No hay problema. ¿Podrías mirar hacia atrás? Lara se detuvo en seco y volteó. Vio a Drew caminando hacia ella con una sonrisa y ambos colgaron. Lara esperó a que Drew le alcanzara y le preguntó: -¿Qué haces por aquí? ¿Acaso estás siguiendome? Drew negó con la cabeza. -Mi hermano me citó cerca de aquí. Va a mostrarme una casa. Lara arqueó una ceja, esceptica. -¿En donde?- preguntó. Drew le dijo la dirección. Lara se echó a reír. -Eso esta algo cerca de mi casa. Te acompañaré. -De acuerdo. Ambos echaron a andar. Al cabo de un rato, Lara dijo: -Tú no eres de por aquí. ¿Vives en otro estado? -En otro país, de hecho- dijo Drew-. Soy de Escocia. -Vaya. ¿Y qué haces tan lejos de casa? -Eres muy curiosa. De repente, comenzó a lloviznar. A Drew le encantaba la lluvia; miró a Lara y ella le sonrió. -Espero que no hayas venido escapando de la lluvia- comentó-. Es temporada lluviosa aquí. -¿No te molesta?- preguntó Drew. Lara se encogio de hombros. -Solo si no es un diluvio torrencial. Esta vez fue Drew quien sonrió. Siguieron platicando de otras cosas hasta que llegaron a una estetica que estaba en la esquina de una privada. -Aquí nos despedimos- dijo Lara-. Sigue dos cuadras derecho y la casa que buscas esta en la esquina del lado derecho. -Gracias- dijo Drew. Observó a Lara alejarse y le preguntó de repente: -¿Te gustaría ir a tomar un café conmigo mañana? Lara se dio media vuelta para mirarlo y dijo: -Mañana no puedo. Pero tengo libre el sabado. ¿A las 4:30 te parece bien? -De acuerdo. Dime donde trabajas y pasaré por tí. Lara le dio la dirección y se fue. Drew siguió sus indicaciones y llegó a la casa, donde Jonathan lo esperaba. Ambos vieron la casa y decidieron vivir ahí. Mientras volvían al hotel, Drew le contó a Jonathan lo del trabajo. -Suena a una oportunidad genial- dijo Jonathan. -¿Y si no me llaman?- inquirió Drew. -Si no lo hacen es por que son unos estúpidos. Eres el mejor programador que jamás van a encontrar. Hay que empacar todo hoy, así la mudanza será más fácil. -De acuerdo. Cambiando de tema, Jonathan preguntó: -¿Y llamaste a la chica? -No fue necesario- dijo Drew-. La vi hoy. -Woooow. Es una señal del destino- bromeó Jonathan. Pero por dentro bailaba la conga. Lo que su hermano no había conseguido en Escocia por años lo estaba consiguiendo aquí en pocos días. Por su parte, Drew pensaba lo mismo. -Tal vez tengas razón- dijo, pensativo.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|