CARLOS GERMAN AMEZAGA
Publicado en Aug 14, 2014
No se tiene noticias ciertas sobre la fecha de su nacimiento, solo se sabe que dejo de existir en 1906; desde muy joven viajo mucho recorriendo toda América, como un trovador de las épocas románticas, dicen que estuvo en Buenos Aires y que en México se desempeñó como guardia civil.
Su vida y sus poesías se amalgamaban en sinceridad y entusiasmo, era un observador constante de la ruda realidad y se apasionaba por los detalles extraordinarios, produciendo en él una extraña poesía, funambulesca, exótica y de original atractivo. La interesante inquietud que animaba sus obras, hacían de el un lirico a la vez que un hombre extravagante, fino y delicioso “causseur” poeta y filósofo, con un temperamento fácilmente inflamable, panteísta sugestionado por el atractivo misterioso de la filosofía Hindú, amaba a un Dios sustancia eterna. Aunque rebelde a las normas establecidas, se tomó muchas libertades literarias, amante del espíritu criollo escribió su poesía “señor de los milagros” elogio a la humildad y la vida anónima, dejo escrito algunos dramas; entre sus principales obras podemos citar: “poetas mexicanos” publicado en Buenos Aires en 1896. “Sofia Perowskaia” publicada en Lima en 1899. “el juez del crimen” se publicó en Lima en 1900. En la vida de Carlos German Amezaga, hallamos las mejores páginas de nuestra etapa romántica, plenas de expansión lírica, siendo uno de los mejores exponentes de su época, en que brillaba la sinceridad y el abandono en la inquietud poética, no por eso deja de tener un marcado personalismo. AQUÍ UNA DE SUS POESIAS LIMA Cuando Francisco Pizarro Hombre de valer y estima Con sus puntas de zamarro Fundo Lima Que lejos ¡ay! Dios eterno Estuvo con su victoria De fundar cual padre tierno En las puertas del infierno La sucursal de la gloria No supo, no, don Francisco Que tras luchar en la breña Daría aquí amante arisco Cada español basilisco Una angelical limeña No supo el conquistador Que todo el guerrero ardor De este valle en la espesura Se desharía en amor Se desharía en ternura Cual las olas arrogantes Del mar airado que truena Se deshacen en diamantes Por las orillas distantes Al resbalar sobre arena Y vuelta al fiero Pizarro Digo yo, que aquel no supo En su proceder bizarro La suerte de humilde barro Que al fuego dorar le cupo No pudo el bravo español Después de tantas querellas En que venció al indio sol Ver de nuevo su arrebol Pero en la faz de las bellas Que si es Lima Hija noble castellana Por lo que su sangre anima Tiene en el ardor del clima Pura esencia americana ¡Oh! Que suerte Si al fuego de esos ojillos Limeños, pudieras verte Hoy entre nosotros, fuerte Marques de los atavillos Es seguro Español duro Que a Dios tú le pedirías Pasar aquí algunos días Poniendo el alma en apuro Y es tan cierto Como has muerto También, que entre las limeñas Vivas, amantes, risueñas Que poetizan tu corte Que verte adalid de hierro Dirías ¡aquí me encierro Y devuelvo el pasaporte! Pues no en vano He dicho valiente hispano Presente en nuestra memoria Que has fundado, padre tierno En las puertas del infierno La sucursal de la gloria. De- poesías completas.
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