Es un placer,
como el que tengo ahora mientras lo digo:
porque de ti es todo pensamiento y fantasía.
Como el de soñar que dormimos en las hojas
caídas de un mes de otoño…
o navegamos en un mar de café cargado,
mientras vigilamos nuestro reflejo en la taza,
naufragando en nuestras miradas.

Es un placer,
El acompañarte en este momento de serenidad:
porque lo es acordarme de ti, así es, recordarte
como en una noche penosa lloviendo luces
desde el cielo estrellado…
o nos acostamos en la suave espina verde
que perfuma tenuemente nuestros cuerpos.
Despilfarrando pequeñas caricias con sonrisas.

Es un placer,
mirarte mientras tratas de fingir que tú no me miras:
porque eres tímida, frágil y sobre todo eres lo que más quiero
como una luna que juega con el sol a las escondidas
y se besan en el más hermoso eclipse…
o nos abrazamos, nos arropamos de calor
mientras esperamos a que se desgaste el tiempo,
tratando de tocar el cielo mientras otro día se marcho.

Es un placer,
 el cómo me haces sentir, soñar e imaginar tu voz:
porque de ti es toda mi sonrisa, mi sentir.
Como a los arboles que le dan besos a los vientos,
tratan de ser amantes e incógnitos…
o tal vez se quieren mucho y a los demás eso les da celos,
mientras pasan una vida entera abrazándose
pensando en amarse, regalándose calor de invierno.

Es un placer,
el haberte conocido, dándole gracias al destino:
porque sé que eres especial, lo eres para mí
como lo es saber que no eres nada de lo que buscaba.
 Esa es la única razón que me dice el corazón que me gustas
porque siendo sólo tú me cautivaste,
sin yo pedirlo una sonrisa me robaste,
y lo digo – Me gusta estar contigo -