Puente Viejo: Captulo I
Publicado en Aug 27, 2014
I "Era lógico pensar que la vida me había otorgado un destino, no es cruel ni oscuro este; lo que me mortifica es encontrarlo”. ¿De qué estoy hablando?, de la existencia de la vida; en sí, procuro tratar sus sentimientos, no los del hombre, sino de los que provocan que el mundo gire. Son de esas ideas que piensas cuando acontece algo; y que particularmente son las que todos tienen pero nadie sabe expresar: “El porqué del porqué" explicado con monosílabos y lineamientos. -o- Este sentimiento que me atormenta, se unió a mi sangre a través de mis venas; mi alma no quiso abrazarlo pero yo lo aferre a mí sin saberlo y sin pensarlo. Lo comencé a sentir antes de mi nacimiento, puesto que surgió el mismo día en que se originó este mundo. Le dije a un conocido, <<Porque no creo tener amigos>> que está historia no iba a tener un final feliz porque estaba yo viva, él se enojó conmigo y me dijo: -Estas viva porque debes aprender a vivir para luego vivir la otra vida. En ese instante no le tomé razón y me tumbe en mi cama, mirando hacia el universo, creyendo que allí estaba mi felicidad. Me equivocaba. El y todo lo que descubrí me mostraron que yo era mi propia felicidad. Recuerdo a mis padres como 2 seres monótonos y cíclicos, ¿Dónde me encontraba era gracias a ellos?, quizás sí, quizás no, yo los veía, pero no los sentía, me sentía como la cabeza de un alfiler en la boca de un león. Creo haber derramado más lagrimas que risas, aquel conocido no supo darme fundamentos validos por lo que debía sonreír, o mejor dicho, ¿porque debía vivir?, cerré mis parpados como si alguien apagase la luz, y al abrirlos él ya no estaba, él se había ido, me había abandonado, quizás el nunca existió. Mis pensamientos vagaban sin rumbo fijo, como un tren viajando a lo desconocido, creo que intentaba llegar a una verdad absoluta, tal como lo hizo Descartes, el gran filósofo moderno, en sus tiempos de gloria. Me preguntaba ¿Dónde estoy? ¿Quién realmente era? Ese día en el cual, las hojas de otoño caían y yo las veía y creo que algo sentía, me pareció sentir la mirada de alguien a mi alrededor, pestañe y sentí unos brazos abrazándome; pero fue solo eso, un sentimiento; pero fue muy cálido. Esa tarde mientras algo comía, escuche en mis oídos una voz que gritaba mi nombre, pensé ¿alguien piensa en mí?, una lagrima cayo por mis mejillas. -o- -¿Dónde estará ella?-me pregunte mirando al cielo, creí escuchar un llanto. -Brec, date prisa, debemos irnos-me grito mi amigo. Mis pensamientos habían borrado de mi memoria el hecho de que se me había prohibido sonreír. Estuve toda la tarde huyendo de los sabuesos de Mussolini, aquel era actualmente el dictador supremo de Italia y nos había prohibido sonreír pero como para mi sonreír era fundamental, se me perseguía. O quizás se me perseguía por provenir de una familia “rustica”, digo rustica para referirme de forma más elegante a una familia pobre. No lo sé, nada se, creo que nada se, quizás se todo lo que debería saber o se más de lo que debería saber. Mi familia había muerto a causa de la guerra, era el único de mi familia que seguía en pie, aquello me había llevado a cuestionarme mi existencia, pero de pronto pensé “Existo porque existo”, esa verdad o esa ilusión de verdad, me hizo calmarme y seguir adelante. Aquel último pensamiento se convirtió en un sentimiento, en un ideal, en algo utópico, que espero encontrar, espero encontrarla, espero no demorar en encontrar ese lugar ni en encontrarla a ella. -o- Pensar que pienso que el pensamiento puede pensar recuerdo cuando comencé a leer y creí que aquellos mundos, aquel léxico, aquellos conceptos, los cuales me eran gratos, llenaban ese vacío existencial de mi alma. Creo que en esos momentos llegue a sonreír, pero todo se derrumbó cuando observe algo en común en los libros que leía, la mayoría no tenía un final feliz. Ubi sunt ¿Dónde está aquello? ¿Dónde está ese?, a veces pienso que ese “ese” soy yo, otras veces no; a veces pregunto quién soy y me dicen Adib, en otras pregunto lo mismo y me dicen que soy una niña idiota, pero nunca me han dicho quien realmente soy, lo que realmente soy. “Le soir on se promenera sur des routes paralleles” “Al atardecer pasaremos por rutas paralelas” Estudiaba, digo recordaba lo que me enseñaban, haciendo alusión a Platón el ingenioso filósofo griego, discípulo del maestro Sócrates. Estudiaba, cosas que a mi parecer solo me llevaban a lo que la sociedad quería de mí, no a lo que yo quería de mí. Alguien en un momento me dijo para sonreír, junta los dientes y abre la boca, tenía razón; en ese instante y junto a él fui feliz. -o-
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