LA MALETA
Publicado en Sep 10, 2014
La maleta estaba en la sala 21, girando el primer pasillo a la derecha, después de sortear sendas puertas volteadas, resistidas a tornarse, y golpeándole en la cabeza. Prisa salía con ella y se dio de bruces con el hombre agitado en busca de su equipación. Se encontraron de repente y él arguyó tembloroso la importancia del contenido Cuando K. regresó a la estación se sintió invadido por cientos de miradas expectantes. Fue entonces cuando recordó lo que a lo largo de su vida había preferido olvidar, incontables historias de párrafos sin padre, dejando el título para otro momento. Fugado de su ensimismamiento se concentraba en los pasos que ahora le conducían de vuelta al centro de aquellos ojos de un brillo lacerante, haciéndose camino entre la carne vigilante A las doce recibió la llamada, asintió sin obviar la atención de sus observadores y salió disparado Prisa había sustraído la maleta donde bostezaba la equipación, ignorante de su propio secuestro, puesto que ella no era sino la ropa que ahora vestía su secuestradora. K. desesperado se aferró a la barandilla de aluminio cuando las piernas de su pupila afilaban el hielo ofreciendo un espectáculo sin precedentes en la pista de la vieja estación. La miraba como a una extraña, limitándose a contemplar la calidez de ese vestido tan familiar. La patinadora saludó con gracilidad convocando el apoteósico aplauso en derredor suya, y abrió los ojos.
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Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
un abrazo
Mara Vallejo D.-
Siempre me atrapan tus historias, tus letras. Escribir es uno de los senderos por donde debes transitar siempre, amigo mío.
Abrazos
javier castillo esteban
una gozada siempre tu presencia por mis relatos