Memento mori
Publicado en Sep 12, 2014
Casi había llegado al final del camino, había recorrido durante incontables horas, años y años todas las sendas, y jamás se detuvo a pesar del miedo y la nostalgia. En realidad no tenía elección, y él lo sabía, sin importar el camino que hubiese escogido habría acabado aquí. Frente a él se alzaba un oscuro y espeso bosque, se adentró en él sin pensarlo dos veces. Era un lugar muy húmedo y fresco, propio del paisaje cercano al curso de las aguas del destino. Recorrió la senda guiado por la voz de la naturaleza. Es difícil decir cuánto tiempo permaneció caminando entre claros y sombras, persiguiéndose a sí mismo y perseguido por su sombra, sabía que el final estaba próximo, podía sentirlo. Anduvo un día tras otro consigo mismo, meses, años... Anduvo pensando en su pasado, en quién es, quién ha sido. Precisamente absorto en tales reflexiones se hallaba cuando de pronto los árboles dieron paso a un enorme y caudaloso río. Las poderosas aguas del destino fluían con estruendo. Fascinado y atemorizado por tan enorme fuerza, comprendió que no podía hacer sino avanzar. Tras bregar desde el día de su nacimiento, sabía que el resultado sería el mismo de todos modos -no hay nada más fuerte que un río. Todos los seres vivos tienen un estigma del cual no pueden rehusar. En algún momento consideró la naturaleza sobrenatural, no por más tiempo. Se aproximó a la orilla y miró el cielo por última vez, estaba cansado... Había olvidado los días azules, había dado la espalda al Sol de la infancia. Sin darse cuenta, y ya sin poder importarle, bañó sus pies en las aguas.
-Ignorancia -musitó. Y se dejó caer arrastrado por la inexorable corriente cristalina que es el tiempo.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|