Santiago Gil Santa Mara prest Servicio Militar
Publicado en Sep 12, 2014
La vida de Santiago Gil Santa María, ha sido como una colcha de retazos tejida con remiendos, hilachas, novedades y cambios. Este pequeño niño desde sus ocho años de edad ha venido soñando con ser baterista de una banda de rock tal como Andrés, su hermano mayor, baterista de la banda de rock llamada "MOLTO CALDO" Los ensayos de dos bandas se realizaban en la casa de los hermanos Gil Santa María. Santiago observaba a los integrantes de la banda "MOLTO CALDO"; abría un poco sus labios, asomaba la punta de su roja lengua y con sus ojos bien abiertos observaba fijamente a su hermano, sin importar el cansancio de tanto tiempo de ensayo. Andrés y Santiago, no tienen ningún parecido en su físico, Santiago es de piel pecosa, ojos color miel, nariz respingada, labios gruesos y cabello rojizo. Andrés le lleva siete años de edad a su hermano, es moreno, naríz aguileña, labios delgados y cabello negro. Andrés consentá a su hermano, le permitía que entre a mirar los ensayos Cuando terminaban los ensayos de las bandas, cada integrante regresaba a su hogar. Santiago, aprovechaba la ausencia de los de la banda y ocupaba el puesto del baterista. Tomaba las baquetas en sus manos, tocaba tambores y platillos. No obedecía órdenes de nadie. Sus padres lo regañaban, su hermano Andrés le prohibía que usara la batería cuando estuviera solo para evitar que la dañara. El chico pelirojo sólo obedecía a su hermano a quien quería, admiraba y respetaba por recibir de él enseñanzas del manejo de instrumentos musicales. A la hora de cenar, la mamá de los hermanos Gil Santa María invitaba a la familia a degustar el menú. Santiago gritaba: “No quiero esa fea comida de verduras, ensalada y papas, sólo quiero arroz con un huevo frito y un vaso de leche con milo”. Mientras le servían, tomaba en sus manos la cuchara y el tenedor para tocar sobre los vasos y platos esos sonidos que quedaban grabados en su mente después de los ensayos. Sus padres lo regañaban por los ruidos causados, entonces, seguía tocando sobre sus piernas, recordando sonidos. Los padres de Andrés y Santiago prohibían a su hijo continuar con sus grupos musicales, porque tendrían que dedicarse al estudio. Terminar bachillerato, estudiar medicina o ingeniería, además no aguantaban tanto ruido. Así que Andrés tendría que vender su batería y olvidar lo que del instrumento sabía. Andrés se revelaba, de ninguna manera quería dejar su grupo musical, prefería llevar su batería a un estudio de grabación y ensayos, que la usaran y le permitieran continuar con el grupo, ya que los integrantes estaban de acuerdo en ir a ensayar a otro lugar, pagar y continuar con el grupo. Santiago acompañaba a su hermano a los ensayos, pero no se daban las condiciones para continuar con el grupo musical. Andrés resolvió obedecer a sus padres, vender su batería y dedicarse al estudio. Santiago crecía en edad y conocimiento del manejo de la batería y otros instrumentos de percusión. Lo malo era que su familia se oponía a que dedicara el tiempo en tocar batería, lo regañaban, lo molestaban continuamente, en cambio, ocurría todo lo contrario con Andrés, que era el consentido de sus padres, quienes no permitían que su hijo preferido prestara el servicio militar. Pagaron la libreta de Andrés, en tanto que a Santiago lo obligaron a prestar ese servicio. Cuando se hizo la reunión de padres de familia para entregar a sus hijoa a prestar el servicio, se escuchaban las palabras del capitán, recibiendo a los bachilleres, advirtiendo las obligaciones, condiciones y explicaciones sobre los deberes de los futuros soldados. Santiago lloraba y con lágrimas en sus ojos se despedía de sus padres, que arrepentidos, también lloraban, sin poder reparar un hecho ya consagrado. Santiago, antes de prestar su servicio estaba triste y desorientado, no sabía qué era prestar servicio militar. Buscó a un amigo que ya había terminado de prestar el servicio y le preguntó: ¿Qué es prestar el servicio militar? El amigo respondió: Prestar servicio militar es una obligación por mandato de ley, muy bien para quienes tienen la voluntad de seguir la carrera militar, pero para los que no tienen esa voluntad, es el peor castigo que puede recibir un bachiller al terminar sus estudios secundarios. Amigo, usted debe saber que en el cuartel si algo le roban, eso no se investiga, lo único es reponer lo robado, volviendo a comprar o, robarle a otro, pero qué difícil es aprender a ser deshonesto. Dicen que este servicio da buena formación, no obstante, recibí injusticias, venganzas, traición, hipocresía. Además viene la explotación, que traigan cepillos, trapos, cera, mercados… Se debe someter al maltrato, se pierde la libertad, es como estar en la cárcel, recibir castigos a veces injustos, pérdida de tiempo. Es decir, quienes prestan el servicio, no son más que unos chicos disfrazados de soldados, aprendiendo mañas. El amigo de Santiago, contaba con los dedos de sus manos los efectos, al prestar servicio militar: 1. Perder un año de estudio 2. Aprender malas mañas 3. Enfermarse sin recibir consideraciones 4. Vivir inseguros 5. Prometer derramar hasta la última gota de sangre por amor a la patria 6. Lágrimas de madres 7. Ser celadores o sirvientes y caben pensamientos de protesta y desesperación 8. Los que son “de malas” dan con superiores homosexuales que les dañan la vida, o son maltratados 9. Los que son “de buenas” les va bien. Se debe agregar el pronombre posesivo “MI” mi cabo, mi sargento, mi teniente, mi coronel, mi general. Santiago preguntaba al amigo ¿qué pensaba y qué sentía cuando prestó el servicio militar? Pues, amigo, me preocupé mucho cuando dijeron que debíamos derramar hasta la última gota de sangre por amor a la patria, que debíamos amarla como a nuestra segunda madre, enseguida me pregunté y me respondí ¿Qué es la patria? Es el lugar donde hemos nacido, ¿pero por qué amarla como si fuera nuestra segunda madre? Si la primera madre es la verdadera, nos da todo. La segunda madre o sea la patria ¿qué nos da? Nos explota cobrando impuestos, ¿Qué nos da gratis? ¿Por qué mucha gente busca adopción en otra patria, en la que encuentran justicia y comodidad? --¿Tengo razón, amigo? Amigo, difiero de tu pensamiento, yo si amo mi patria como a mi segunda madre, así lo siento cuando soy feliz por algún triunfo de mi país; cuando estoy en otro país y escucho nuestro himno nacional, siento ira cuando hablan mal de mi patria, yo haría cualquier esfuerzo por lograr triunfos para mi patria. Siento agradecimientos y admiración a los artistas, deportistas, escritores, científicos y personas que sobresalen con su inteligencia y talento resaltando así nuestra patria. El amigo dijo: Ya veo, “amas más a tu segunda madre que a la verdadera” Santiago agradeció al amigo y se despidió, quedó pensando, que de algo serviría prestar servicio militar, quizás sería útil a los perezosos, a quienes la familia no les da buena formación, a los vagos y claro a quienes querían servir a la patria. No conforme con los conceptos de un solo amigo, buscó a otros amigos a quienes, también les preguntó: ¿qué es prestar servicio militar? Unos decían que era como estar en una cárcel por haber cometido el delito de terminar bachillerato, otros que es un antro que corrompe, otros que es una escuela en la que se aprende a mentir, a drogarse para sentirse más frescos. A otros les gusta, dicen que aprenden a ser disciplinados, ordenados, que cuando terminan se sienten orgullosos de haber cumplido con sus deberes y otros comentan que sus familias les han dado buena formación y que la pierden prestando el servicio, y pasan cosas parecidas a las que describe Vargas Llosa en su libro “La ciudad y los perros” Empezó Santiago a prestar el servicio, le raparon la cabeza, el sol quemaba su piel, las pesadas botas tallaban sus pies, lo desesperaba la diana a la madrugada. Era difícil adaptarse a esa nueva vida. Por no hablar fuerte lo mandaban al calabozo, el alimento era horrible, la madrugada muy aburrida, por cualquier cosa castigaban. Pero bueno, no todo era tan malo, cuando descubrieron su arte en la música lo integraron a la tuna del batallón y se daba el gusto de tocar los tambores de la banda. Sus compañeros se convirtieron en buenos amigos, era Santiago el preferido de sus superiores. Le concedían permisos para visitar a sus familiares, por que colaboraba en la oficina de administración con el manejo de computadores y archivos. Con frecuencia llevaban a los integrantes de la tuna a varias fiestas de oficiales y sus familiares, ellos recibían atenciones y eran admirados. A sus amigos les manifestaba sus deseos de crear un grupo de música rock y les contaba sobre la oposición de su familia. Sus amigos lo apoyaban y le aconsejaban que formara su grupo y que fuera feliz. Terminó Santiago de prestar el servicio militar, totalmente cambiado y convencido de sus reflexiones: “Me fue bien” no tuve que sufrir como otros, no me sentí sirviente ni celador, me sentí militar, no me sentí en cárcel, aunque es verdad todo aquello de los efectos que mi amigo contaba en los dedos de sus manos. También, es cierto, que cuando se termina el servicio, otros compañeros que se han salvado de prestar el servicio llevan más de un año de ventaja, serán profesionales antes y muchos habrán logrado escalar posiciones y aumentar su patrimonio económico. Se reciben castigos, es fea la alimentación, se aguanta algunos sacrificios, pero yo recibí buenas enseñanzas, buenos estímulos, buenas oportunidades y fui preferido. En sus reflexiones no olvidaba a sus padres oponiéndose a su felicidad con la música, prefiriendo al hermano, arrepintiéndose tarde de enviarlo a prestar servicio, derramar lágrimas cuando no había remedio. No obstante, a los padres hay que perdonarles sus equivocaciones, reconocer sus buenas intenciones y lo mucho que nos aman, pues bastante se sacrifican por nuestro bienestar. Merecen amor y que mi regreso sea positivo. También recuerdo que de niño fui rebelde, desobediente, ingrato. Tendré que volver al hogar con cariño y buenos propósitos. Lo positivo para Santiago fue conocer a Sandra, hermana de un compañero de estudio que lo visitaba cuando prestaba el servicio. Estaban felices, libres, eran novios, se amaban y tenían pensamientos parecidos. Estaban de acuerdo en cumplir el sueño de crear una banda musical de rock, cambiar su presentación física, nombres y actitudes. Permanecieron varios días pensando en el nombre de la banda: “Los monstruos” nooo “Los indecisos” nooo, “Arroba.com” nooo, “Los tres pelos” nooo, Tu nombre empieza por SAN el mío También empieza por SAN, entonces llamemos la banda “SAN SAN SIN SON” decía Sandra, no me convence decía, Santiago, “Los micos verdes” tampoco, hasta que al fin la llamaron: SAN SAN SIN SON. Cuando Se nos ocurra un nombre mejor cambiamos decía Santiago. Los dos soñaban con subir a los escenarios con su banda: Sandra, vocalista, David, guitarrista, Roberto bajista y Santiago, baterista. En poco tiempo se hicieron famosos. Los amigos sugerían que cambiaran el nombre de la banda por “Los micos verdes” pero ya eran famosos con el nombre inicial, no valía la pena cambiar. Santiago cambió su nombre por “RITO” Y Sandra por “RITA. Se raparon la cabeza, pero, a cada lado de sus cabezas dejaron un mechón de pelo, lo dividieron en tres mechones y cada mechón los tiñeron: uno de amarillo, otro de azul y otro de rojo, para hacerse una trenza del color de la bandera colombiana. Rita lucía un largo vestido de color verde, gafas oscuras, aretes, collares y manillas de varios colores y alpargates verdes y rojos. Santiago vestía un pantalón azul con rayas rojas deshilachadas, camiseta azul, gafas oscuras, aretes, varias manillas, un collar y tenis rojos. Sus presencias llamaban la atención de la gente, pero más se fijaban en Santiago por Su alta estatura, su seriedad, su modo de levantar una ceja más que la otra, su gruesa voz y su manera de caminar a paso largo, Le abundaban seguidores y admiradores. Los dos lucían bien con sus trenzas. Rita preguntaba a Rito ¿De qué sirve nuestro cambio físico? Rito respondió: Debemos aprovechar que tenemos seguidores por doquiera que andamos en calles y bares. Protestaremos con letras de canciones, contra los malos gobernantes, las injusticias, las malas actitudes de la sociedad. Buena idea, -respondió Rita Ensayaban todos los días y los fines de semana se presentaban en bares. La gente que los escuchaba, los aplaudía, los seguía, los grababan, los presentaban en televisión, ganaban admiración y cariño de unos, y odio de otros. Un viernes tocaron en un bar, después de muchos aplausos y de repartir autógrafos el guitarrista, el bajista, el baterista y la vocalista, quisieron divertirse con amigos en la zona T, tomarse unos tragos y comentar el éxito de la presentación. Desgraciadamente, la policía detuvo a Rito y a Rita, por ser autores de esas letras de protesta que destapaban corrupción de importantes funcionarios. La banda fue denunciada por calumnia, escándalo público y otros inventados delitos. Los esposaron, Rita gritaba, no se dejaba colocar las esposas, pedía explicaciones, nadie respondía, Santiago no hablaba, se dejaba colocar las esposas, esperaba aclarar en indagatoria su verdad. Rito fue conducido a la cárcel Modelo y Rita al Buen Pastor. Rito sufría golpes, amenazas, insultos, groserías, injusticias, maltrato, estaba desesperado. Sus padres y su hermano Andrés consiguieron abogado que lo defendía, sin buenos resultados, porque los funcionarios adinerados pagaban falsos testigos que hundían más a Rito. Rito recordaba en la cárcel su estadía en el cuartel. Qué diferencia, qué equivocados están mis amigos comparando el cuartel con la cárcel. Este recinto sí que es “un antro” que corrompe, y qué desgracia tener que permanecer injustamente más de dos años, por publicar verdades. Por su parte Rita, en la cárcel “El buen Pastor” se quejaba que desde la primera noche había martirizado su cuerpo en una cama con colchón lleno de resortes que chuzaban, Al día siguiente, aguantaba peleas por el turno para bañarse, recibían malos tratos, los alimentos eran horribles, las compañeras eran unas terribles, unas buenas y otras malas. Igual que Rito a Rita, también sus padres le consiguieron abogado que la defendía y tuvo mejor suerte que Rito, le dieron libertad a los trece meses. Rita suplicaba a su abogado que defendiera a Rito. Los padres de Rito revocaron el poder del abogado y dieron poder al abogado de Rita. Resultó positivo el cambio, los dos quedaron en libertad y felices compartían su felicidad con sus padres, familiares y amigos. Para Santiago fue gran sorpresa encontrar a su hermano Andrés, médico, casado con Diana Cortés y su, bella bebé, vestida como una princesita. Andrés, estudió medicina y olvidó su banda musical Rito y Rita Se casaron, triunfaron en varios escenarios de distintos países y, también tuvieron una hijita que hizo feliz a los abuelos.
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DEMOCLES (Mago de Oz)
Saludos inolvidable amiga….
SHIII ..HAS DE SABER QUE yo también toco algo la batería…..(un secreto)
Lucy reyes
DEFINITIVAMENTE, TIENES VENA ARTÍSTICA, NO SÓLO TOCAS GUITARRA, TAMBIÉN BATERÍA Y DE PRONTO MÁS INSTRUMENTOS, (guardados en secreto) Y COMO SI FUERA POCO TUS BELLAS POESÍAS. ADMIRO TODO LO QUE ERES. UN FUERTE ABRAZO.
Mara Vallejo D.-
Mira no más, amiga mía que bien tocan tus historias que a decir verdad lucen reales y transportan por variados momerntos y eso las hace muy, muy buenas. No la había visto, ya sabes que cuando tengo el tatito, lentro a Textale.
Te felicito, sigue con tus buenas Historias y que tengas un bello día.!!
Abrazos
Lucy reyes
Lucy reyes
Me alagan tus comentarios, porque siempre concluyen, con aciertos que dejan ver el punto central de nuestras historias.
Un abrazo, Lucy
Enrique Gonzlez Matas
TE FELICITO Y TE ANIMÓ A NUEVAS HISTORIAS.
UN GRAN ABRAZO.