El caso de la muerte de Jeremas Rosas
Publicado en Sep 20, 2014
-Jeremías Rosas era un hombre sumamente viejo. Y sumamente rico. Por eso su asesinato causó revuelo en este pueblo.
Así comenzó su historia el viejo cuidador del cementerio de Witchita Cafel, una ciudad fundada por gringos al noroeste de Tabasco. Quienes le escuchaban eran dos hermanos: dos gemelos adolescentes llamados Bety y Beto, cuyo pasatiempo preferido era escuchar las historias del anciano Gregorio, el cuidador del cementerio. El hombre se había acostumbrado tanto a las visitas de los gemelos que en cuanto los veía venir dejaba sus deberes y se sentaba con ellos en su choza, cercana al cementerio, a tomar té mientras les contaba una historia. Bety pregunto con curiosidad: -¿Cómo murió? -¿Lo mató su mujer?- preguntó Beto. Gregorio se echó a reír y dijo: -Eso es lo interesante. Para llegar a eso debo contarles la historia de una muchachita llamada Lila Rodríguez. El anciano cuidador fijó la vista en el horizonte y comenzó su relato: -Lila era una muchacha muy bonita, y lo que tenía de bonita lo tenía de inteligente, la condenada, tanto así que consiguió una beca para estudiar en el extranjero. 'Cuando volvió, encontró a su familia hasta el cuello de deudas, todas con don Jeremías. Y él era un tipo con el corazón de piedra que exigía el pago a tiempo o cobraba con grandes intereses. -¿Y sí no tenían dinero?- preguntó Beto. -Se cobraba con trabajo-respondio el anciano-. Exigía que un miembro de la familia, o el mismo que le debía, fuera a trabajar a su mansión, construida sobre un gran terreno agrícola donde tenía cultivos de maíz y caña. En estos tiempos cultivar esto es siempre ir a lo seguro para varios aquí. 'Pues bien, la pobre Lila se vio obligada a trabajar para don Jeremías, lo que le venía como anillo al dedo, ya que ella había estudiado ciencias agrícolas. El primer día se le dejó claro todo: trabajaría para pagar la deuda de su familia, por tanto, no recibiría pago alguno. Ni siquiera para el pesero que la llevaba de su casa a la mansión. Lila era una chica ingeniosa y consiguió una bicicleta para sus transportes. Ella se encargaría unicamente de los cultivos. Al principio. Después se encargó de algunos deberes de la casa, y a partir de ahí se desató el acabose. Los gemelos lo miraron extrañados. -¿Pues que pasó?- preguntaron al unísono. El anciano sonrió y dijo: -Ahora les contaré sobre la muerte de don Jeremías y los hechos que le sucederieron.
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