el peaton contento
Publicado en Sep 29, 2014
El peatón contento Antes era de otra forma, y la parte consciente lo dejaba en evidencia, desmoronando con estrépito los proyectos, a merced de las risas del público cruel Iba a conseguirlo, aunque dudó inopinadamente en la recta final, tenía fe. La prueba fue a las 8 de la mañana, y después salió a desayunar como ningún otro día. Dos tostadas con mermelada, y un café volcánico. Miró al camarero señalando dos caracolas enredadas, camufladas debajo de un croissant, tras una vitrina con vaho. Infinito desayuno, que quiso ser el prefacio del éxito esperado, sin embargo y a pesar de su seguridad, el estómago atiborrado despachaba los vacíos que cavaba el temor. A las nueve de la mañana salía de la cafetería del instituto. La tensión aprisionada entre el esternón y los pulmones esparcía el aire viciado, y los goznes de la respiración se apagaban conforme se difuminaba el paisaje. Cuando abrió los ojos, las hirsutas barbas lo miraban en la altura. El chofer lloraba de rabia, mientras el cuerpo inerte, con una sonrisa radiante y los ojos vidriosos clavados en la multitud, parecía agradecer el caluroso aplauso
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Mara Vallejo D.-
Buen texto has publicado, amigo mio. Me agradan tus historias. ¿Vale?
Abrazos.
javier castillo esteban
un beso
Mara Vallejo D.-
Ah! bueno, tú decides cuando.
abrazos
Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
besos