23:57 pm Marzo 7. Querido pedazo de papel mi único amigo aquí presente, tengo la necesidad de contarte esto que me está sucediendo ahora, estoy escuchando ruidos y pasos, no puedo evitar que mi piel se erice, me escondo debajo de mis sabanas, aunque seamos tu y yo, o eso es lo que creo…Mis padres no son, pues ellos, se fueron de fin de semana y hoy recién es viernes. Mis perros tampoco, ellos están afuera y los sonidos son producidos dentro de la casa.Siento que alguien se aproxima, a lo mejor un estímulo humano. ¿Será mi mente perturbada la que me juega en contra? ¡Momento! Alguien me llama, mis ojos comienzan a humedecerse, esa voz me es conocida, aunque no puedo descifrarla por la distorsión de la misma.La voz me dice que me dirija hacia el espejo de mi baño, pero tengo miedo de salir de mis sabanas, intento que mi mente no me juegue en contra y me saco las sabanas de encima.Pregunto quién es y no responde, a lo mejor se guarda las palabras para hablar cara a cara…Cuando recién paso por la puerta de mi habitación, me exalto al oír un ruido detrás de mí, la muñeca de mi abuela se había caído al suelo, la misma me la regalo ella hace años, (hoy en día ya ha pasado más de un mes desde su partida y la dejo a la vista para recordarla siempre). La tomo y la dejo en su lugar y sigo mi recorrido hacia el cuarto de baño.No quiero prender la luz, aunque nadie me apresura pues la voz ya no se oye, quizás está esperándome. Con mis manos temblando y mis ojos cerrados toco el interruptor de la luz y poco a poco abro mis ojos y allí observo esa mirada hipnotizante acompañada con una sonrisa bella como un amanecer en la playa en pleno enero, me sonríe, y mi cerebro eyacula una anestesia que me hace saber que no me pasara nada, me saluda, y desde el otro lado toca el espejo y cuando quiero tocar su mano a través de él, ella se desvanece, mi abuela se fue.                                                           Snooki