LA CONFESION
Publicado en Oct 01, 2014
Como cualquier otro día, él la mira con gracilidad, desde el infinito calor.
Ella tiene un secreto inefable, destructivo. La inmadurez transita dando tumbos cuando descubre el embarazo prematuro, la llegada temprana o tardía según quién, de lo que hubiera sido la eclosión de la felicidad. Las manos trémulas interrumpen la sonrisa abierta y cerrada de su novio, se hace el silencio en una órbita lejana a la visita dominical del bar de esquinas. Mantiene el dedo índice posado sobre los labios de éste, con la firmeza embelesadora de la mujer Pedro intenta reanudar el lance silencioso de sus comisuras arqueadas, pero Sandra aprieta con más fuerza evitando que las palabras salpiquen la hora. Tan afectado se encuentra que huye del bar aferrado a su maletín, mientras la corbata flota meciendo la soledad de Sandra, en la única dirección que conocerá su vida, desmoronada entre las luces mortecinas que expanden su luz a los charcos quietos. Sale a la calle, y arrodillada achica la catarata de cristal que cubre empecinadamente sus ojos confundiendo la brisa con el sueño, esa proyección barata que repite oníricamente sus pases
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Mara Vallejo D.-
Confesiones que se han vuelto rutinarias( por lo menos en mi país) y lo peor, la huida despavorida del inconsciente. Historia excelentemente bien contada, puedo sentir el llanto de Sandra y sus infinitos interrogantes, la veloz carrera de Pedro y su loción desvaneciéndose con el viento . Uf , amigo mío, fuerte . . .
Te felicito, buena narración. Me gusta.
Abrazos
María