SUBTERRA
Publicado en Nov 28, 2008
ANÁLISIS PELICULA SUBTERRA
El trabajo de análisis que pretendo desarrollar a continuación se basa en una película chilena que describe los avatares de un sinnúmero de trabajadores del carbón y sus familias, que en busca de su sustento vital, vivieron y se desempeñaron en torno a las minas ubicadas en la provincia de Arauco de nuestro país. Esta película está basada en la novela homónima de Baldomero Lillo, el cual fue testigo presencial de la vida cotidiana y la naturaleza ruda del trabajo minero. En ese sentido, y debido al carácter que asume la producción minera en Chile durante el siglo XIX, es que he decidido efectuar mi análisis desde la perspectiva planteada por Marx, el cual presta una atención prioritaria a la explicación de los hechos sociales a partir de las condiciones materiales de producción y reproducción de la vida humana. Este autor señala que son los mismos hombres y mujeres los que, en el devenir de sus historia, construyen el mundo en el que viven. Eso sí, el modo como van construyendo ese mundo depende del tipo de relaciones sociales predominantes que se forman, con objeto de producir las condiciones materiales necesarias requeridas por las personas para poder asegurar su subsistencia. Ahora bien, entrando en el terreno mismo del análisis, podemos advertir que las condiciones rudas del trabajo en la mina (en donde se centra la película) se sitúan en un contexto histórico en el cual nuestro país producía materias primas con el objeto de destinarlas a los países que se encontraban desarrollando un proceso profundo de industrialización, sobre la base de demandar a los países como el nuestro los bienes primarios necesarios para desplegar todas las potencialidades de sus industrias. El carbón, en este sentido, constituía el combustible esencial para mover las maquinarias cuyo mecanismo se echaba a andar en base al vapor. El contexto histórico entonces, se refiere al ciclo de producción capitalista analizado por Marx (para el caso de los países industriales europeos), en el cual el desarrollo de la industria generó un proceso de transformaciones revolucionarias lideradas por una clase social llamada burguesía, la cual logró, en base al control de los medios productivos dominantes de la sociedad, ponerse a la cabeza de los gobiernos y de los regimenes liberales que promovieron ideas, leyes, y un proceso de liberalización generalizado que permitiera el libre tránsito de todo tipo de mercancías (incluso la fuerza de trabajo) transables en los mercados, todo lo cual contribuyó decididamente a modernizar el escenario histórico de aquella época. Ciertamente, el análisis hecho por Marx se refiere a las condiciones sociales de producción que se dieron en el proceso europeo, y que se diferencia mucho a lo acontecido en países como el nuestro, que no se caracterizó por la producción de bienes industriales (los cuales compraba en su gran mayoría), sino por la producción de materias primas, lo que hacía que las condiciones sociales de producción no tuvieran un carácter en el cual predominaba un mercado del trabajo libre, sino más bien uno con cierto rasgo esclavista, debido a la fuerte dependencia del trabajador -de los enclaves mineros del norte y sur de Chile-, tanto a la autoridad del patrón como a la fijación del salario y la adquisición de bienes de consumo. Se podría afirmar, que no se consolidaba de un modo efectivo un mercado del trabajo, con todo lo que eso implica en términos de oferta y demanda y libertad de compra. Los trabajadores y sus familias debían soportar el abuso de la explotación y opresión, que de un modo brutal se les asestaba, y que se expresaba tanto en el modo como se desarrollaba el trabajo y en la precariedad en la cual desenvolvían sus vidas.
Página 1 / 1
|
Elvia Gonzalez