CORAZONES MUERTOS
Publicado en Oct 24, 2014
"¿quién no se ha enamorado alguna vez?"
me dijiste con ojos húmedos mientras observabamos las estrellas en una noche fría en el campo. Sonreimos al mismo tiempo, quizás porque yo sabía a lo que te referías quizás porque soñamos más de lo que vivimos. "me tomas por sorpresa" dije entre penas. "Es demasiado obvio que moriremos más pronto de lo que creemos, si es, que ya no hemos muerto". Supe que su melodía ya no iba acorde a mis punteos desprolijos, que mis cambios de planes serían el ingrediente explosivo, mis variados humores, mis pesadillas en plena tarde, el alcohol en mis venas pasadas las dos, mi café mañanero, mis juegos, mis sonrisas, mis locuras, mis miedos, mis cobardías, mi adicción por las letras, la lectura, las palabras... Supe que no soportaría mis pesadas cargas, ni mis comedias favoritas, ni los poemas absurdos, que cuestionaría hasta mis más ocultos pensamientos, que me impediría soñar a toda hora, que siempre me atraparía en el vuelo para estamparme de lleno contra el suelo. "cuán rápido cambia todo...ya son las 2, seguramente querrás terminar ese vino, hazlo, estaré en vela toda la noche, velando por ti. Las cosas se ven perfectas al comienzo de algo, no te veía defectos, no veía lo mal que te hacía el polen, lo absurdo que se vuelve todo cuando no quieres correr ni gritar conmigo, cuando debo soportar tus bruscos cambios de humor, tus inalcanzables sueños, tu excesiva esperanza, tus disgustos, tu piel perfumada, tus cafés espumados, tus colección de libros si sentidos, tus canciones improvisadas." Dijo. Luego su carta y un lapiz en la mesa.. "Son las 4 y lamento no poder permanecer en vela por ti, te veías con más sinceridad al comienzo, cuando tus ojos brillaban al verme y no al ver un mapa pensando dónde escaparías, amaba tu perfume a toda hora, porque sabía que siempre pretendías estar en perfectas condiciones para que me acercara para rozar tu piel. Amaba hacer el amor contigo y que despertáramos con besos desenfrenados, ahora sólo te quejas de las molestias en el cuerpo, las pesadillas constantes donde te atrapaba la muerte. Amaba que siempre me escucharas, que opinaras, hablar hasta largas horas, nunca esperando algo, siempre dándolo todo. Hoy llegamos al final, como tantos finales hay en la vida, pero seguramente ninguno duele más como la desilusión que te provoca, asumir que ya no existe amor, que ya todo es costumbre, que ya no hay esfuerzo, que ya nos transformamosen dos corazones muertos."
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