Me urge verte cariño
enredadera dulce de mi alma.
Me he trajeado de amores.
Me he vestido de besos sigilosos.
Me he perfumado con aromática mirra
y el incienso ígneo no falta en mi boca.
Soy como un sheik que espera a su doncella
que estiba en las alturas del Carmelo.
Allá está el Mar de Arabia
con su golfo silvestre de violetas.
Quiero ver tus pesos y tus formas.
Llenarte de calores ejemplares.
Desamarrarme en tí como una orquídea
calmarme en tus labios tamizados
y nadar en tus piélagos traslúcidos.
Estoy poseído por un querer sincero
que ha llenado mis crestas y mis cúmulos.
Como un Fakir que llega a su cenit
quiero amarte y amarte hasta que la vida se me vaya.
No sabes las pasiones que has desatado en mi alma
mi corazón está envuelto en un constante rugir
y los vientos de mi tormenta pueden llevarnos a ambos
quizá, a una muerte de besos no forzados
y que seamos enigmas a los pies de la esfigie.
Te amo tanto que casi es una herejía.
Mi pecho y mi talante quieren ya fallecer en tí
donde habrán de obtener la calma que me obsequias.