Ningún día es igual a otro, salvo en esos espacios en blanco en que no sucede nada.Cuando cae la noche, la falta de luz, reduce nuestra actividad y nos hace más torpes y vulnerables; los ruidos se agudizan, las sombras se multiplican...Y los miedos y temores dominan nuestro ser.El cuarto oscuro, donde la imaginación no dibuje siluetas, y si las dibuja...que pueda diferenciarlas. Me cubro la cabeza para no sentir el roce de una piel fría o un cuerpo extraño. O el aliento en la nuca, de la silueta que se desdibuja en la oscuridad...Para evitar en lo máximo que me arranque de mi sueño!!Busco entre mis pensamientos más dulces y tiento al sueño...que me invite a soñar!! Entro en ese sueño dulce y la noche trascurre apacible, hasta que siento que mi colchón se hunde como si alguien se sentara a mi lado, en la cama. Mi mente se despierta al instante!! Rápidamente, recuro a poner luz en el cuarto y me hago cargo de que mi cuerpo no me acompaña en la urgencia de movimiento. Me encuentro inmóvil en mi totalidad. Tan solo puedo ver en un reducido campo de visión, en el caso de que mis ojos permanezcan abiertos.

Soy consciente de que estoy atrapada entre la vigilia y el sueño. El mismo lugar donde Petter Pan citaba a Wendy "...¿Conoces ese lugar entre el sueño y la vigilia? El lugar donde aun puedes recordar los sueños..."
El miedo se va apoderando de mi cuerpo inmóvil y la mente me traiciona aliándose a él. Siento una presencia, lejos de mi alcance visual (por suerte). No puedo verlo pero si siento que me observa. Intento gritar, pero se queda en intentos fallidos. Entre tanta insistencia, consigo emitir un hilillo de voz casi inaudible. 
Durante unos minutos que más parecen una eternidad; lucho contra el miedo y un cuerpo que parece no pertenecerme. Me sitúo en mi cuarto, en mi cama...reconozco todos mis objetos personales y sé perfectamente donde poner luz, solo que por más que fuerzo mi cuerpo no logro alcanzarla.Hasta que por fin, siento que el cuerpo se despierta del horror y vuelve a pertenecerme. Pongo luz de inmediato, y vuelvo a comprobar el orden del cuarto...el mismo que visualicé (minutos antes). Y reconozco con perfecta claridad un episodio más de lucha contra mis miedos nocturnos.Y todo termina...en calma!!
La mente es capaz de simular sonidos, dibujar siluetas...cuando se ve intimidada por el miedo. Siendo nuestro peor enemigo, uno mismo!! 
Podría decirse que caminamos paralelos a la locura, divididos por una línea que por momentos se traspasa, y momentos después nos devuelve a la razón. Podría decir que algunas noches palpo y siento esa locura, y después vuelvo a ser yo!!