Cariño: Encontrarnos es un reto.
Las cosas se encadenan en contra de nosotros
y a cada momento surge un contratiempo
mas aguantamos como dique o mampara
y nos besamos aunque sea dos horas.
Parece que los elementos quisieran separarnos
y que hasta el viento y sus navajas conspiran.
Pero bajo las permutaciones estelares
y los dardos de la estrella
salimos a encontrarnos en parajes increados.
Extendemos al máximo el minuto.
Nos entregamos como mensajes urgentes
y vivimos entre las paradojas
transformando lo estrecho en espacioso.
Dos horas me bastan para recorrer tu boca
y llenar de luz tus grandes hemisférios.
Para mojarte de besos y convicciones.

Quisiera estar contigo en recamaras sinuosas
y tocar tu cuerpo, que se deshace a chorros.
Acabar con cualquier subterfugio que aparezca.
Poseerte sobre hierbas liquidadas
y darle vida a nuestros cuerpos exánimes.
Sentarme en las galas de tus altos tronos
y dominar tus redomas indómitas.
Y aunque el tiempo quiera rodearnos
con sus estructuras de desvanagloria
volquémonos en nuestras bocas arduas
y consumámonos en un amor total, torrido y movedizo.