RATAS
Publicado en Nov 11, 2014
En la parada de la Escucha todo el mundo reza, dejándose engullir por el espíritu invisible. Acuden por este espacio las sombras de otras gentes que de tanto esperar sepultaron sus huesos sobre la acera, implorando un trago y un pan. La clemencia de pocos es reservada para las manos más rápidas que arrancan de su benefactor las migajas con apariencia exuberante cuando los clavos restantes son miradas destartaladas. Y así transcurren los días y las noches de aquellos ojos quebradizos y olvidados fluctuando en la misma estación, pendientes del tren rebosante de raíles de hierro y esperanza Entretanto la luna sonríe porque se sabe observada, núcleo incandescente de hormigas desperdigadas. Ella no tiene frío ni miedo, y por eso se cobija a la intemperie ofreciéndose confidente de la oscuridad y los relatos versados de miseria y necesidad, de astucia peligrosa en favor de la supervivencia.
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Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
UN SALUDO
Mara Vallejo D.-
Fecundas, destructoras y voraces, suelen ser y en la parada; la escucha, escucha.
Grato leerte.
Abrazos