de verdades
Publicado en Nov 21, 2014
El otro día escuché que escribir no es trabajar, una ofensa no solo dirigida a mí, sino a todo aquel profesional o enamorado que dedica su vida a ello. De repente me sentí cansado, justo a pocas semanas de comenzar un nuevo viaje ligado estrechamente a este OFICIO. Mi opinión, aunque merezca ser tildada de insolente, me confirma que cada persona explota sus aptitudes y desarrolla los recursos que posee, sean manidos o escasos, Sin embargo la experiencia se traduce en que nos dejamos olvidado el barro, con la intención de construir de adobe el futuro, creyéndonos ideólogos de la construcción por poner paja sobre paja, prescindiendo de la masa que la une En cualquier caso, la frase caló con posos, y me cuestioné: ¿Será que levantar yunkes es el único trabajo que concebimos digno y productivo, o que las ideas nacieron solas y fluctúan entre la niebla ascendiendo como el globo que perdió aquel niño? Las piezas encajan en este puzzle trasnochado y resulta tristemente cierto, aun a día de hoy, y en lugares no tan recónditos, hablar de asuntos de hombres y de “cosas” de mujeres al margen de un todo. Heroicidades viriles frente a labores femeninas y abnegadas contradicciones que se camuflan en una atmósfera insostenible. No hablaré una vez más de sexismo, sino más bien de las exiguas lindes que dispone nuestra mente anquilosada en el buen hacer y en la rectitud de una persona honorable Se me ocurren muchos ejemplos bien cercanos de frases entrecomilladas “trabajar para ganarse el pan”, “eso son mariconadas…”,“ muchos pájaros en la cabeza…”que han conseguido bloquear nuestra creatividad, abocándonos a caminos sin salida. Pero no se trata de enumerar el profuso legado de garrote vil que hemos mamado, sino de rebelarse contra las osadas sentencias de quienes nos ningunean y pretenden convertirnos en víctimas del tiempo que nos ha tocado vivir. Queremos un futuro menos precario, lejos de pucherazos, con menos fútbol, con más verdades, con justicia y menos alardes. Partiendo de estas premisas, habría que ir pensando más en el deber que en los anhelos utópicos de “un mundo feliz”, donde todos nos miremos un poco menos el ombligo y prestemos un ápice de nuestra atención ahí fuera. ¿O sería ésa la verdadera utopía?
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66arcoiris
javier castillo esteban
totalmente de acuerdo
un abrazo
Mara Vallejo D.-
Escribir . . . Madre mía! Bendito sentir; cuánto quisiera involucrar al infinito, a la inmensidad para nunca dejar de hacerlo.
Bien describes tu texto, amigo mio.
Abrazos
javier castillo esteban
Enrique Gonzlez Matas
TE EXPRESAS BIEN Y POR LO TANTO TE FELICITO CON MI ABRAZO.
javier castillo esteban
Muchas gracias por tu comentario maestro