Se vislumbraba el amanecer a través del orificio de aquella herida
inconsciente de la fatalidad, se resistía a desplomarse sobre la arena
el brillo de los rayos de sol atravesaban la iris de sus ojos
marcando el resplandor que demostraba al mundo que permanecía con vida.
 
 
Mientras el viento a su alrededor se perturbaba con su caída
cada parte de su cuerpo se estremecía con el frío inmenso
el calor estaba difuminándose lentamente de su cuerpo
irradiando ese tierno dolor que su alma padecía.
 
 
Fatalidad dentro de sus manos, fatalidad dentro de su aliento
fatalidad lo que envolvió su cuerpo, fatalidad en su lamento
mientras caía acariciaba los tiernos momentos de su memoria
con instantáneas fragmentadas, aquel cuento, su historia.  ...... ¿ Continuará?