historia de un textalero
Publicado en Dec 01, 2014
Trémulo se halla el forastero, que penetra en nuestra casa con miedo a desnudarse y respirar su ignominioso secreto.
He aquí el motivo de escribir y describir, sustentado en los versos primigenios, anfitriones de la renovación de mi pluma, tan vanidosa e inexperta en su ingenio Esta noche me encomiendo al vasto follaje, despojado de concesiones y halagos insinceros, es momento de enfrentarse a los poetas, ricos y maltrechos Siento las primeras relaciones, nacidas de embeleso, portadoras de las llamas protectoras de palabras sin respeto. En privado he descubierto el calor de unos abrazos, el ininterrumpido aliento, el infatigable viento que rachea en el desierto. Vuelve a clarear… Y En el margen orillado, allá donde escribo, deambula mi verdad, tan triste y olvidada que no quiere ni llorar, pues ni el hecho de estar triste es consuelo Pero hoy el cielo está despierto, y permite vislumbrar las versiones doradas que proyecta tu pelo al ondear, siendo ésa la única verdad sin remedio. Desenfundo la estrofa, y aguardo ensangrentado, a cuantos desean ojos ciegos y corazones insensibles, y es que también para ellos fueron los versos y para ellos los escribo Os doy las gracias, por haber erigido este lugar de ladrillos bien dispuestos y cimientos de bondad, hondo resumen de pasos fugaces sin criterio y certezas sin misterio. Ahora enmudecido, corro ante el cobrizo amanecer huyendo cual fugitivo a fin de preservar el ánimo de ayer.
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Elvia Gonzalez
javier castillo esteban
Mara Vallejo D.-
Poema de gran delicadeza y sensibilidad que acierta en el mundo interior que se observa.
Si el ánimo de ayer fue tolerable; entonces, que el siguiente logre superarlo. Animo, amigo mio.
Recibe mi abrazo con toda sinceridad ¿Vale?
María
javier castillo esteban