en navidad
Publicado en Dec 04, 2014
Se acerca la Navidad, en mi caso, un periodo frágil para los sentidos y donde es difícil desligar la felicidad nostálgica de la tristeza, orlada de pérdida y adioses, de rostros y lugares que se han difuminado y confundido con el tiempo. Me gusta soñar despierto, y aún en ocasiones cuando el viento es favorable mis pensamientos viajan desnudos e inocentes ante los ventanucos del pasado. Me deleito entonces con el pino vestido y el periplo de los reyes que caminan hacia el portal escoltados por manos invisibles, protegiendo las ofrendas al niño En el sueño, el castillo de Herodes escudriña desde las alturas las vastas tierras y a los campesinos subyugados convencidos de que su poder no muere en manos de ningún salvador. Así transcurren los días de fiesta en mi casa, con la nieve perpetua simulada con un spray y la cenefa que sustenta el colorido del cuadro, mientras los romanos caen una y otra vez de un falso promontorio, dispuesto a la derecha del belén. A veces pienso que estas sempiternas figuritas de plástico representan algo más que un accesorio devorado por su uso, que denodan sus esfuerzos en pos de transmitirnos las sencillas imágenes que creíamos muertas, sirviéndonos de vasos comunicantes entre el presente y el tiempo perdido.
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javier castillo esteban
HACE AÑOS QUE NO CONTEMPLO COPOS SINCEROS EN NAVIDAD, PERO PUEDO IMAGINARLOS CADA AÑOS COMO ADORNOS EN EL ARBOL QUE NO MUREN
Mara Vallejo D.-
Hermoso y real texto, amigo mío.
Perfecta y familiar descripción has hecho.
“ Y se llenan por éstas fechas los prados de mi región, con campanitas blancas simulando la nieve que jamás hemos tenido; que sabia eres hermosa naturaleza.
Y en ese admirar, recordar, reflexionar; el corazón de rojo color, se torna un tanto pálido, porque el sentimiento le oprime como si quisiese detener su necesario latir”.
Disculpa el alargue.
Abrazos
María