Hablas, hablas, hablas...
Publicado en Dec 06, 2014
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Seis meses, dos semanas y tres días de aquella fatídica tarde, seis meses, dos semanas y tres días en que mi alma perece hora tras hora, noche tras noche y tú te has encargado que ello ocurra sin darme un minuto de descanso, como si fueras el centinela que complaciente, vigila se cumpla mi condena.
Sin más, desde lo más recóndito de la noche te asomas con esa sonrisa hiriente para gritarme a la cara una y otra vez cómo ocurrieron los hechos, y no cesas en tu afán de destruirme y, hablas, hablas, hablas preocupada de mantener abierta la herida y nada te detiene a pesar de mis constantes súplicas, y que en más de una oportunidad me has escuchado gritarte ¡Que te calles! ¡Qué dejes por un instante de mortificarme!
Lo he intentado todo, desde esperar el silencio nocturno de la noche, para pedirte perdón, para reconocerte mi culpa, pero te mantienes distante. Desde el funeral, mi hijo mayor no me dirige la palabra, cómo quisiera que tú también hicieras lo mismo, para que al menos por una noche pudiera conciliar el sueño. Al principio cuando el insomnio me hacía compañía, llegué a justificarlo y entender que lo merecía, pero luego mi desfalleciente cuerpo pedía misericordia, y cuando veías que la fatiga me abrazaba y me abandonaba en ella, susurrabas a mi oído palabras horribles para que despertara inquieto, y entonces empezabas nuevamente tu calvario nocturno. En más de una oportunidad, mi desesperación me llevó a golpear las murallas de la habitación, haciendo que la sangre brotara de mis nudillos y caer rendido al suelo, concentrándome sólo en el dolor de mis manos con tal de no escucharte, pero, a pesar de todo, no dejabas de cumplir tu cuota de tortura, y me atormentabas con tus palabras, enrostrándome mi culpabilidad. Dominique la  menor de mis hijas, suele decirme al momento de despedirse en sus visitas de los domingos-  No te atormentes más papá, fue un accidente, no fue tu culpa ¡Pero no es así! ¡Fue mi culpa! ¡No debí, no debí! Contestar esa llamada…quizás tu madre estaría viva. ¡Maldita sea! ¡No debí, no debí!
Hoy, he ido con Luis el policía, en busca de la solución para terminar con esto. Es pequeña, liviana, pero sobretodo efectiva a poca distancia- me ha dicho- antes de pasármela. Luego me ha indicado, cargas, sacas el seguro y apuntas al blanco antes de jalar el gatillo, no puedes fallar, es infalible. Esta noche, he cargado sólo una bala, será suficiente, he sacado el seguro y te apunto ¿Estás lista para tu partida? Yo también, sólo me queda apretar el gatillo, ahí voy… la sangre ha bañado el espejo donde me contemplaba y he sentido como estalló mi sien, y entonces sonrío, sonrío en el momento que todo a quedado a oscuras, pues por fin he logrado que te calles para siempre, maldita conciencia.
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
Textos Publicados: 173
Miembro desde: Apr 15, 2009
1 Comentarios 574 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Crisis nocturna

Palabras Clave: hablas

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (1)add comment
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Daniel Florentino Lpez

Qué buen cuento
Excelente desenlace
Felicitaciones!
Un abrazo
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December 06, 2014
 

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