Decepción: dícese de un concepto doloroso, que te cala hondo, cuando creías que una persona, objeto o medio era determinada forma, te estampas contra un muro, y ves la realidad, que no era tal cual como tus ojos te insinuaban.
La vida está cargada de continúas decepciones, aunque de ellas, al igual que de los errores, también se aprende.
Hace días que me siento decepcionada con una persona, y mi decepción, no deja de ir en aumento. No es su culpa, solo es mía, por crearme una noción equivocada. Se me llenaba la boca al hablar de esa persona, la defendía con puños, dientes, espadas,  palabras y lágrimas… Ahora me doy cuenta, que esa persona no tenía la misma opinión sobre mí. Nunca me ha valorado ni cree en mi persona. Y me duele tanto que me encantaría sacarme el corazón, para no sentir más…. Para notar sus latidos doloridos en la palma de mi mano, para mirarlo frente  a frente y preguntarle muchas cosas… y a cada pálpito respondiese a mis miles de preguntas.
La vida continúa, siempre lo hace y el día que inhale mi último aliento, uno de mis deseos será que leas todas y cada una de las palabras que un día escribí… cuando te adoraba, y ahora que me siento defraudada. Quizás siga siendo la mala de la película, o quizás te des cuenta de lo egoísta que un día fuiste.