Se ve a lo lejos como se avecina una tormenta, las nubes se tornan oscuras.
Y se siente el ruido de la lluvia caer,  aproximándose; ¡ya está aquí!
Las aguas corren a prisa, escurriéndose por las calles, caminos y valles,
Hasta llegar a unirse con las quebradas, ríos, lagos y lagunas.
 La  precipitación cae  incesante junto con el viento,
Que sopla con intensidad sacudiendo los arboles de un lado a otro,
Las aves se han ido buscando en otros sitios un refugio que les de calor, para pasar la noche,
La lluvia se prolonga y la tarde yace sombría, son cantaros de aguas cristalinas,
Las grandes gotas parecen diamantes, que con su fruto vienen a humectar la tierra,
Dando a las plantas frescura y belleza, que gritan alegres cuando sienten que el agua,
Se desliza suavemente por sus hojas, tallos y flores, hasta llegar a sus raíces.
La humedad esta por todos lados, la gente con sus paraguas, van buscando sus hogares,
Quizás con la ilusión de llegar a saborear una deliciosa taza de café, para enardecerse y sentirse
¡Calientitos¡ Aja, pero otros pasan empapados y caminando muy lentamente disfrutando del agua,
Dan la impresión de sentirse libres,  como sí no les importara mojarse, pero también muy en el fondo de sus pensamientos van deseosos de llegar a sus lechos, abrigarse y quedarse sintiendo como lo helado de la lluvia que les traspaso hasta los huesos, va convirtiéndose un agradable calorcito.
¡Por fin la lluvia paso!, y todo volvió a la calma.