Tu presencia se hizo notar
a fines de septiembre
cuando el rocío de la primavera
tocaba mi alma
y el amor se hizo verbo
dentro de mí...
Como un héroe cabalgante
recorriste historias en el tiempo
escribiste cartas y poemas 
y luchaste por nacer...
Pasada las nueve de la noche
de un dieciocho de mayo,
tus pulmones respiraron vida
y tu corazón latió fuerte
sobre mí...
Te alimenté
en el abrigo del regazo.
Te enseñé
el arte de las letras
la ciencia y la historia.
Tú, abrazaste los números 
el canto y la música.
Tu voz se escuchó
por todos los senderos
y el eco, cómplice de tu canto, 
te acunó mientras crecías...
Así, pasaron los años
entre sueños y realidades
entre el amor de Dios,
tus padres, los amigos, 
tu familia...
El éxito tomó tu mano
y te dibuja con su pincel,
el horizonte que tanto anhelas...
Vive, 
aunque las lágrimas te puedan abatir...
Vive,
aunque la risa te pueda embriagar...
Vive, con la fe puesta en Dios
en la Virgen que devotas y en lo aprendido... 
Vive, con la pureza de tus valores,
con tu noble forma de ser
y con la fuerza del amor 
que he dejado en tu ser...
La vida cortó el cordón umbilical,
más no el amor de madre
que posees y tendrás por siempre...
¡Te amo mi regalito de Dios..