Exageras en el viento diligente
el cariño que profesas hacia mí.
Sé que eres del todo azarosa
y que la tiña te ha infectado la sangre.
Sé que amas a sobrios y a soberbios
y que tu corazón tiende a desbarrancarse.
Te gusta decir infecciosas ignominias
y hablar de otras con tus sórdidas compinches.
Sé que soy para tí algo transitorio:
Que tu cintura coralina pronto se irá.
Tu fervor no dura mucho y cabeceas
de una cama a otra, mes a mes.
Los zarcillos artificiales te molestan
y sé que eres feliz en tus deslices.
Pero mientras tenga cerca tu frescura
te llenaré de besos invasivos
y abrazos altamente desafiantes.
A ver si tu acatarrado ser se calma
y tu lámpara flamea para siempre en mí.