Los infiltrados
Publicado en Sep 14, 2009
Los infiltrados tienden a deshacer los planes.
Circunspectos, conspiran desde adentro. Se hacen a si mismo propaganda y se erigen como líderes tácitos. Su hechura es la de las bajas formas y su norma es sembrar bombas molotov. Van a la cabeza de las marchas y fingen ser cenit de la defensa humana. Juegan un gámbito sonámbulo entre niños y viejos entusiastas. Tumban a propósito los cercos policiales y se dosifican en su voz artera. Son agentes dobles y son cardos. Son hirientes hasta en su cesantía y perturban la paz de las protestas. Sus esfínteres se mueven en lo efímero: roedores provistos por el mismo Lucifer. Los descubre su insistencia parlanchina y su resistencia a desbaratar las huelgas. Pero los obreros no trabajaremos sin salario y no le entregamos la dignidad a nadie: Amamos moralidad, rectitud y democracia y sólo pedimos lo que nos corresponde sea ante sindicatos o gobiernos de turno. Nos mantenemos erguidos varonilmente y estamos con nuestros brazos caídos. Hasta que nos reenganchen y den las pagas: No codiciamos nada que no sea nuestro. Es perentorio que nuestra queja sea escuchada: No tenemos turquesas ni obsidianas y vivimos entre vados y carencias.
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Richard Albacete
Verano Brisas