Caminando por las calles sea la hora que sea.
Veo muchos rostros cotidianamente por las calles de la cuidad.
De repente me monto en el asiento del metro que tomo algunas veces
Para trasladarme de un lugar a otro.
Mientras, observo a las demás personas con sigilo.
Me pongo a indagar un poco en mi interior.
Y veo que las personas que veo tienen un diferente matiz.
Jóvenes, niños, ancianos y esas personas que los demás miran como un bicho raro con la ignorancia en la mente.
Bueno en fin. Cuando observo unas pocas de esas personas puedo notar el vacío, decepción en sus miradas observo claramente que sus vidas no con perfectas como las vidas de todos en este planeta.
Al igual que veo aquellas miradas vacías noto risas hipócritas una y otra vez, expresiones de fastidio, de molestia, expresiones irritables a la vista de muchas personas.
Y, de repente me pongo a analizar velozmente.
El por qué uno a veces las cosas en esta vida nos molestan
Así sea la más mínima cosa y  la más estúpida
Eso muchas ocasiones es la causa de nuestra amargura
De nuestro fracaso en la vida.
Durante mi viaje en aquel medio de transporte
También observo esa gente con ínfulas de superioridad, vanidad que parece ser infinita
Sabiendo que delante de los ojos de Dios todos somos iguales.
Seamos negros, blancos, ricos, pobres.
Así sigo mi recorrido observando rostros tristes que solo esperan que alguien venga y los saque de esa infelicidad que poseen
Así, sigo mi viaje observando  y callando, solo analizando todo lo que mi corazón y mente necesitan.