EL CONDUCTOR
Publicado en Apr 04, 2015
Con mucho cariño dedicado a la memoria
de A.T.V. Sus ochenta años, le daban madurez, experiencia, pero no menguaban su caracter autoritario, le encantaba romper reglas, salirse con la suya, discutir le agradaba sobremanera, argumentaba que le elevaba la bilirubina y eso lo mantenia vivo. y el seguir manejando era su mayor desafio. Tenia predileccion por los coches importados, le fascinaba la rapidez con que circulaban, su tecnologia y modelos actuales, conocedor de su situacion, muy pronto debia abandonar este gusto. El como reliquia conservaba 2 vehiculos color acerado ambos, marca Buick, traidos de USA uno mas bien pequeño, normal, pero el otro, una verdadera joya, amplio, vidrios polarizados y con muchas luces en su guarda raid, sus empleados lo conociamos como la nave, no lo conducia jamas en el dia, es mas tenia un chofer, para moverse a la luz del dia, solo con el mas chico y se hacia llevar para todos lados. Las noches se le hacian eternas, no conseguia dormir, asi que sobre su pijama se ponia un piloto negro, zapatos sin medias, gafas oscuras y completaba su atuendo con un sombrerito de ala muy reducida, no deseaba ser reconocido y bajaba hacia el garage y encendia su nave, la luces internas las mantenia apagadas, solo las externas iluminaban muy bien y salia a hacer su recorrido por las calles principales de la ciudad, giraba a 20 por hora, al principio las remiseras y taxis ubicados en la zona, centrica, se pusieron muy nerviosos por este auto que circulaba tan iluminado, y lento, por calles Mitre y Moreno, y por el horario, a las 02:00 p.m. todos se mantenian alertas comunicandose por radio, lo rodeaban y no lograban ver al conductor, le favorecia su baja estatura, pues quedaba perdido en el asiento y sobrepasaba muy poquito el volante, despues agarraba por la ruta principal y se orillaba a la ribera del lago, fascinado comtemplaba las aguas del Nahuel Huapi por mas de una hora, veia como la luna se reflejaba y con el viento fuerte jugaba con las olas, e iniciaba su regreso, por la avenida Bustillo, zigzagueando porque se dormia, circulaba un poco mas por alrededor de su comercio, verificando, que no hubiera sido violentado y mas tarde regresaba a su garage. unas generosas propinas a los guardias, hacian que mantengan su secreto, l Todos en la ciudad, hablaban del conductor misterioso que circulaba en las noches, asi que por las dudas se guardaba un tiempo, otras encaraba hacia las afueras, asi despistaba y se distraia, en una de sus salidas, fuera de la ciudad, con el vehiculo normal, se dio vuelta, quedo con las cuatro ruedas mirando al cielo, y su dama acompañante entro en panico, se dio un susto muy grande y algunos machucones, le costo esta aventura, asi que con el dolor de su alma, comprendio que ya no debia manejar, vendio el Buick uno, no duro medio dia en la concesionaria se vendio de inmediato. Cada tanto, en dias de lluvia, dicen que por la avenida Bustillo, circula un coche muy iluminado, no se ven los conductores, esta oscuro, pero zigzaguea para todos lados, lo curioso es que el abuelo Tomas se fue a la otra vida, hace como un año. y la nave fue vendida por los herederos.
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Maritza Talavera
Una historia interesante; deja mucho que pensar sobre su actuar, lo que podemos retomar y lo que no; dependiendo de cada lector.
Saludos, Un Abrazo
Elvia Gonzalez
Mara Vallejo D.-
Excelente texto, amiga mía.
Hermoso detalle.
Abrazos
Maria
Elvia Gonzalez