Desnudada la ETA (Ensayo Histórico, Político y Social) -1 bis-
Publicado en Apr 05, 2015
Capítulo 1 bis: La prehistoria del País Vasco (Paleolítico)
Ensanchemos y ampliemos nuestros conocimientos sobre el Paleolítico en el País Vasco basándonos, fundamentalmente (y entre otros materiales de estudio) en la Editorial Hiria y su historiador especializado Álvaro Arrizabalaga Valbuena). En este sentido se puede saber que los primeros vestigios de homínidos en el País Vasco, nos situaría en una banda que abarca los estudios isotópicos (OIS) 8 a 5, aproximadamente entre 300.000 y 80.000 años antes de Jesucristo. Debemos, antes de seguir adelante, saber que se denomina isótopos a los átomos de un mismo elemento, cuyos núcleos tienen una cantidad diferente de neutrones, y por lo tanto, difieren en número másico. La palabra isótopo (del griego "isos" que significa "igual, mismo" y del griego "topos" que significa "lugar, "en el mismo sitio") se usa para indicar que todos los tipos de átomos de un mismo elemento químico (isótopos) se encuentran en el mismo sitio de la tabla (en el núcleo), pero diferente número másico (suma del número de neutrones y el de protones en el núcleo). Los distintos isótopos de un elemento difieren, pues, en el número de neutrones. La mayoría de los elementos químicos tienen más de un isótopo. Solamente 21 elementos (por ejemplo berilio o sodio) poseen un solo isótopo natural. En contraste, el estaño es el elemento con más isótopos estables, 10. Otros elementos tienen isótopos naturales, pero inestables, como el uranio, cuyos isótopos pueden transformarse o decaer en otros isótopos más estables, emitiendo en el proceso radiación, por lo que decimos que son radiactivos. Los isótopos inestables son útiles para estimar la edad de variedad de muestras naturales, como rocas y materia orgánica. Esto es posible siempre y cuando se conozca el ritmo promedio de desintegración de determinado isótopo, en relación a los que ya han decaído. Gracias a este método de datación, se conoce la edad de la Tierra. Mediante el estudio de los estadios isotópicos se sabe que, originalmente, los periodos glaciales e interglaciares de la edad de hielo cuaternaria fueron nombrados por sus características geológicas, y sus nombres varían de una región a otra de la Tierra. Ahora es más común para referirse a los períodos por su número de estado isotópico marino. El registro marino conserva todas las glaciaciones pasadas, las pruebas con base en tierra son menos completas porque glaciaciones sucesivas pueden borrar las pruebas de sus predecesoras. Los núcleos de hielo provenientes de las acumulaciones de hielo continental también provén un registro completo, pero no retroceden tanto en el tiempo como los datos marinos. Los datos del polen procedente de lagos y pantanos, así como los perfiles de loess, proporcionan importantes datos de correlación basados en la tierra. El sistema de nombres no se ha llegado a completar ya que la discusión técnica se trasladó a la utilización de números de estadio isotópico marino. Por ejemplo, hay cinco ciclos glacial/interglacial en el Pleistoceno registrados en los sedimentos marinos durante el último medio millón de años, pero sólo dos interglaciares clásicos fueron reconocidos originalmente sobre la tierra durante ese período (Riss-Würm y Mindel-Riss) a los cuales ya hicimos referencia en el capítulo anterior. La evidencia basada en tierra funciona aceptablemente bien hacia atrás hasta el estado isotópico MIS 6, pero ha sido difícil coordinar las etapas usando evidencia solo con base en tierra antes de esa. Por lo tanto, el sistema de nombres está incompleto y las identificaciones con base en tierra de las edades de hielo anteriores a este estado son en parte conjeturas. No obstante, los datos basados en tierra son esencialmente útiles en la discusión de las formas terrestres, y correlacionando la conocida etapa isotópica marina con ellos. Basándose en esta técnica, las pruebas paleontológicas se fundamentan en los cambios en la distribución geográfica de los fósiles. Durante un periodo de glaciación, los organismos adaptados al frío migran hacia latitudes más bajas, y los organismos que prefieren un clima más cálido se extinguen o viven en zonas más ecuatoriales. Esto da lugar a la aparición de refugios glaciales y movimientos biogeográficos de retorno. También es difícil interpretar estos indicios puesto que precisan de: secuencias de sedimentos que representen un largo período, diferentes latitudes y que se puedan correlacionar fácilmente, organismos primitivos presentes durante amplios periodos con caracteres lo suficientemente homogéneos como para poder atribuirlos a un mismo taxón, y de los cuales se conozca el clima ideal (es decir, que puedan emplearse como marcadores), y descubrimientos de fósiles adecuados, cosa que depende mucho del azar. Pese a las dificultades, los análisis de núcleos de hielo y de sedimentos oceánicos muestran claramente la alternancia de períodos glaciales e interglaciales durante los últimos millones de años. También confirman la relación entre las glaciaciones y fenómenos de la corteza continental como por ejemplo las morrenas glaciales, los drumlins y los bloques erráticos. Por esto se suelen aceptar los fenómenos de la corteza continental como prueba válida de edades glaciales anteriores, cuando se encuentran en capas creadas mucho antes que el abanico de tiempo que permiten estudiar los núcleos de hielo y los sedimentos marinos. La glaciación hipotética más antigua, la Glaciación Huroniana, tuvo lugar entre hace 2.700 y 2.300 millones de años, a principios del eón Porterozoico. La glaciación bien documentada más antigua, y probablemente la más severa de los últimos mil millones de años, empezó hace 850 millones de años y finalizó hace 630 millones de años (período Criogénico), y podría haber producido una glaciación global (es decir, un periodo en el cual el globo entero quedó cubierto de hielo). Acabó muy rápidamente a medida que el vapor de agua volvía a la atmósfera terrestre y se incrementaba el efecto invernadero provocado por la acumulación de dióxido de carbono emitido por los volcanes, ya que los mares gélidos no tenían capacidad de absorción del citado gas. Se ha sugerido que al final de esta glaciación se desencadenó la explosión cámbrica, aunque esta teoría es reciente y controvertida. Los registros sedimentarios muestran las secuencias alternantes de periodos glaciales e interglaciales en los últimos millones de años. Una glaciación menor, la andeana-sahariana, sucedida hace entre 460 y 430 millones de años, durante el Ordovícico superior y el Silúrico, tuvo intervalos con extensos casquetes polares entre hace 350 y 260 millones de años, durante el Carbonífero y Cisuraliano, relacionados con la glaciación de Karoo. La glaciación actual empezó hace 40 millones de años con la expansión de una capa de hielo en la Antártida. Se intensificó a finales del Plioceno, hace tres millones de años, con la extensión de capas de hielo en el hemisferio norte, y continuó durante el Pleistoceno. Desde entonces, el mundo ha pasado ciclos de glaciación con el adelanto y retroceso de las capas de hielo durante miles de años. El periodo glacial más reciente en sentido amplio acabó hace unos diez mil años, por lo que, dependiendo del autor documentado, podríamos aseverar que nos situamos en un periodo interglacial. Existen sin embargo otras posturas que afirman que estamos en una era postglacial. Las edades glaciales también se pueden subdividir según el ámbito geográfico y el tiempo; por ejemplo, los nombres Riss (hace 180.000 - 130.000 años) y Würm (hace 70.000 - 10.000 años) se refieren específicamente a glaciaciones de la región alpina. Cabe destacar que la extensión máxima del hielo no se mantiene durante todo el periodo. Desafortunadamente, la acción erosiva de cada glaciación tiende a eliminar la mayoría de las pruebas de capas de hielo anteriores casi por completo, excepto en regiones en que la capa más reciente no llega a la expansión máxima. Es posible que no se conozcan periodos glaciales más antiguos, especialmente los relativos al Precámbrico, debido a la escasez de rocas situadas a latitudes altas durante los periodos más antiguos. Dando por ciertas estas hipótesis podemos pensar que, según las últimas investigacioens, los primeros vestigios de la presencia de homínidos en el País Vasco se encontraron en los yacimientos de Lezetxiki e Irikaitz, en torno a los 280.000 antes de Jesucristo, durante el Paleolítico inferior que, lamentablemente, es el período peor conocido de la Prehistoira vasca y europea. pero podemos afirmar que, con toda probabilidad, este tipo humano que aparece en dichos yacimientos puede hacerse equivalente entre nosotros al llamado "Homo heidelbergensis"; que es una especie extinta del género "Homo", que surgió hace más de 600.000 años y perduró al menos hasta hace 250.000 años (en el Ioniense, mediados del Pleistoceno). Eran individuos altos que tenían 1,80 m de estatura y muy fuertes (llegarían a 105 kilos de peso), de grandes cráneos que median 1.350 centímetros cúbicos, muy aplanados con relación a los del hombre actual, con mandíbulas salientes y gran abertura nasal. Se trata de la primera especie humana en la que es posible detectar indicios de una mentalidad simbólica. Su nombre científico deriva de la proximidad de la ciudad de Heildelberg (Alemania) el lugar donde fueron hallados los primeros fósiles, lo que subraya el hecho de que se trata de los primeros "homo" que alcanzaron las estepas del centro y norte de Eurasia. Su anatomía ha sido descrita en gran parte por los restos encontrados en el yacimiento de la Sima de los Huesos en Atapuerca; y los fósiles de "homo" hallados en los yacimientos de Lezetxiki e Irikaitz son, por lo menos hasta el momento, los rastros más remotos que existen de habitantes en Euskal Herria. Hablemos, antes de detallar dichos yacimientos, sobre Euskal Herria. ¿Qué quiere decir Euskal Herria y qué es Euskal Herria? Hablemos de Euskal Herria sin ninguna clase de complejos. Euskal Herria (que significa "país del euskera") es el término en euskera con que se hace referencia, según la Sociedad de Estudios Vascos (en euskera Eusko Ikaskuntza, también conocida por su acrónimo EI-SEV que es una institución científico-cultural -no política sino solamente científico-cultural para dejarlo bien claro- creada en 1918 no por los nacionalistas independentistas sino por las Diputaciones Forales de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra -e insisto que no por los nacionalistas independentistas-, con intención de "ser un recurso estable y duradero para desarrollar la cultura euskalduna" y por lo tanto no como reivindicaciones políticas de nacionalistas trasnochados; cuyos miembros están reunidos en distintas Secciones Científicas y que es la única institución de distintas disciplinas científicas que tiene implantación oficial en el País Vasco español, Navarra y el País Vasco francés, otorgando, entre otros, el Galardón Manuel Lekuona; estando su sede central en San Sebastián, con delegaciones en Bayona, Pamplona, Vitoria y Bilbao, para dar antonomasia «a un espacio o región cultural europea, no país ni estado ni nación sino espacio o región cultural, situado a ambos lados de los Pirineos y que comprende territorios de los Estados español y francés. Por lo tanto, se conoce como Euskal Herria o Vasconia al espacio en el que la cultura vasca -dentro de los contextos españoles, franceses y europeos- se manifiesta en toda su dimensión. El término Euskal Herria está documentado en distintas formas desde el siglo XVI (antes del siglo XVI no existía tal término), hasta la unificación de la grafía en euskera propuesta por Koldo Mitxelena en 1968 (o sea cuando todavía estaba Franco gobernando en España). Aparece en el manuscrito del alavés Juan Pérez de Lazarraga —datado entre 1564 y 1567—, escrito como eusquel herria y euskel erriau y en la traducción del Nuevo Testamento de la Biblia Cristiana del labortano Joanes Leizarraga publicada en 1571 como heuscal herrian o Heuscal-Herrian. Empieza a ser empleado, en castellano fundamentalmente y no precisamente en vasco, a partir del siglo XIX, si bien en esta lengua ha sido más frecuente históricamente la forma Vasconia (de la que deriva Vascongadas) y no Euskal Herria. Dicho territorio se encuentra repartido en diferentes organizaciones político-administrativas: Álava (Araba), Vizcaya (Bizkaia), Guipúzcoa (Gipuzkoa), que conforman la autonomía del País Vasco dentro del contexto de España, y Navarra (Nafarroa) que conforma la autonomía de Navarra, también dentro del contexto de España, y Baja Navarra (Nafarroa Beherea), Labort (Lapurdi) y Sola (Zuberoa), dentro del contexto de Francia. Sectores del nacionalismo vasco y parte del vasquismo derivan sus proyectos políticos de este concepto, desbordando el ámbito cultural al que pertenecen desde sus inicios, por lo que estos proyectos son altamente controvertidos. Otros autores, limitándose únicamente a su concepción antropológica o cultural (y no política para dejarlo otra vez bien claro) utilizan como equivalente las formas castellanas y más antiguas (y hay que dejar bien claro esto de que son más antiguas por si los nacionalistas independentistas lo quieren olvidar) de "Vasconia" o "País Vasco". Como "Basque Country (Spain and France), es citada por la guía de viajes Lonely Planet en tanto que fue uno de los diez destinos turísticos favoritos para el año 2009, dentro de su "blue list" (lista azul). Una vez demostrado que Euskal Herria no tiene ningún carácter político ni reivindicativo sino solamente cultural, antropológico y lingüístico (y además sólo regional o comarcal pero nunca nacional, ni estatal ni tan siquiera como país) tenemos que decir -y ya habrá mucho tiempo para hablar de ello a lo largo del presente Ensayo- que la palabra Euskadi es solamente un neologismo, creado por Sabino Arana (antes de eso no existía) para referirse la patria vasca (en diminutivo lo de la patria vasca porque se refiere, dentro de los contextos generales de España y Francia, a los cuales pertenece, a la "patria chica" de los vascos que existe igual que existen la "patria chica" de los catalanes, los gallegos, los madrileños, los extremeños, los murcianos, etcétera. etcétera y etcétera) y que, según el nacionalismo vasco (según ellos pero no según la verdad histórica y social), estaría formada por las provincias españolas (y remarco lo de españolas para dejarlo bien claro) de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra y los territorios histórico franceses (y remarco lo de franceses para dejarlo bien claro) de Sola, Baja Navarra y Labort. El término Euskadi fue utilizado por Arana en sus escritos por primera vez en septiembre de 1896 y más comúnmente a partir de 1901. Luego es una invención oportunista de los nacionalistas vascos pero no una legitimidad ni legalidad histórica. Y es que, antes de seguir con la Prehistoria del País Vasco, hay que dejar en claro que se necesita ser justo, equitativo e imparcial en esto del' "asunto vasco". Por ejemplo, yo soy tan admirador del Athletic Club de Bilbao que soy seguidor de dicho equipo de fútbol desde siempre, desde que tengo uso de razón, pero eso no quita para que, al investigar, sea completamente justo, equitativo e imparcial como estoy demostrando y voy a demostrar. Y en ese sentido sigo afirmando que las Provincias Vascongadas son solamente tres (Vizcaya, Gupúzcoa y Álava), que las Provincias Navarras son solamente una (Navarra) y que las Provincias Vascofrancesas son solamente tres (Sola, Baja Navarra y Labort). Así que sigamos adelante una vez dejado bien claro este tema del que volveremos a hablar cuando lleguen otras ocasiones a lo largo del Ensayo. Hablemos, ya bien aclarada esta cuestión, de los citados yacimientos vascos españoles. Cabe destacar que entre Lezetxiki e Irikaitz hay notables diferencia que los separan. El primero es un asentamiento en cueva en el curso alto del río Deva, con una secuencia muy dilatada que engloba casi toda la secuencia paleolítica conocida en el País Vasco. En su día fueron obtenidas en Lezetxiki las dataciones numéricas más antiguas del entorno vascuence, superando alguna los 280.000 años antes de Jesucristo; pero complejos problemas de interpretación del yacimiento aconsejaron reabrir la excavación, tarea que se viene acometiendo durante los últimos años, replanteándose, entre otros aspectos, los relativos a la cronología. Por el contrario, el asentamietno al aire libre de Irikaitz, descrito como un taller de industria lítica con ocupaciones intensas en diferentes momentos del Paleolítico inferior, no conserva testimonios óseos susceptibles de datación aunque, por el contrario, en él son muy numerosos los testimonios arqueobotánicos (cáscaras de avellana, carbón y pólenes) que nos proporcionan una visión ajustada del medio en este tramo del Valle del río Urola. Los complejos con culturas de las llamadas bifaces (adjudicados a diversos tiempos de la época Acheleunse) están bien representados en diversos conjuntos al aire libre del Paleolítico inferior vasco: Le Tambaou, curso bajo del río Adour, del río Nive o Nivelle, Cuenca de Pamplona y altiplanicie de Urbasa. Veamos dónde están localizados estos lugares. Le Tambaou está localizado en Bidache (Bidsche en francés y oficialmente Bidaxune en euskera y Bidaishe en gascón), y es una localidad y comuna francesa, situada en la región de Aquitania, departamento de Pirineos Atlánticos, en el distrito de Bayona, siendo cabeza de cantón. Pertenece al territorio histórico vascofrancés de Baja Navarra y es atravesada por el río Bidouze, afluente del Adur. Históricamente, el castillo de Bidache fue el centro de poder de los Gramont, uno de los cuales, Antonio I, se proclamó príncipe soberano de Bidsche en 1570, manteniéndolo hasta la Revolución Francesa que arrasó el castillo. ¿Quiénes eran los Gramont? El ducado de Agramont (en gascón y en francés Gramont; y en euskera Agaramont) era un pequeño ducado situado en torno a Bidache, a 30 kilómetros al este de Bayona, en el sector donde coinciden la Baja Navarra, Labort, Gascuña y Bearne. Fue creado (para que se enteren los proetarras ignorantes) por patente real del rey de Francia y de Navarra Luis XIV, dictada en noviembre de 1648 y registrada el 15 de diciembre de 1663. Se componía de 10 parroquias: 6 situadas en el reino de Francia (las parroquias labortanas de Urt, Bardos y Guiche y las parroquias gasconas de Sames, Léren y Saint-Pé de Léren), 1 situada en parte en Francia y en parte en Navarra (Came) y 3 situadas en Navarra (Bergouey, Viellenave-sur-Bidouze (hoy unidas en Bergouey-Veillenave) y Escos. No se debe confundir el condado de Gramont con el Principado Soberano de Bidache, otra tierra bajo la jurisdicción de los duques de Agramont en el mismo sector, cuyo territorio se corresponde exactamente con el de la villa de Bidache. El ducado de Agramont lo componían dos áreas separadas por el territorio de dicha Soberanía de Bidache. Sigan aprendiendo los proetarras para que dejen de ser solamente ignorantes. Antes de convertirse en ducado, Agramont fue un señorío feudal que aparece en los archivos a partir de 1040. El castillo que le da su nombre no es el actual "castillo de Agramont" de Bidache, sino el situado sobre la colina "La Mulari" en Viellenave (Baja Navarra), en el límite de Charrite. ¿Continuamos dando conocimiento histórico, político y social a los proetarras que están con la boca abierta y sin saber qué decir? Continuamos. Antes de acceder a la dignidad ducal, los Agramont obtuvieron la elevación a condado de sus tierras de Guiche, cuyo título de "conde de Guiche" lo ostentaban los hijos mayores de los Agramont. El Condado de Guiche fue erigido por el rey Carlos IX en 1565 y se componía de las parroquias francesas de Bardos, Urt, Sames, Came, Saint-Pére de Léren y Briscous. Según la "Historia y genealogía de la Casa de los Agramont" publicada en 1874 por Agénor de Agramont, el rey Carlos IX habría erigido también Agramont en condado en aquella misma fecha. Jean de Jaurgain, con cierta verosimilitud, considera esta información como errónea: Agramont, siendo tierra de Navarra, no dependía del rey de Francia. No obstante, se conserva la patente real que erige a Agramont en ducado evocando la "tierra y condado de Agramont". ¿Qué les parece esto a los proetarras? ¿Por dónde aparece Euskadi en ello? Simplemente no aparece Euskadi porque nada tiene que ver Euskadi en todo esto. Sigamos con los yacimientos vascos hallados en el curso bajo del río Adour y del río Nive o Nivelle. ¿Qué les podemos enseñar a los ignorantes proetarras sobre estos dos ríos? Vamos a intentarlo. El río Adur (en euskera Aturri, en francés Adour) atraviesa el suroeste de Francia. Su curso mide 309,2 kilómetros en los que el caudal medio que arrastra es de 350 metros cúbicos por segundo. Nace en el macizo de Néouvielle, en los Pirienos, en el departamento de los Altos Pirineos para ser más exactos y que, como deberían saber los proetarras, se encuentra en tierras de Francia, y desemboca al océano Atlántico, en el golfo de Vizcaya (España), tras pasar por la ciudad de Bayona (Francia). Era junto con Bilbao (España) el centro de la industria de la construcción naval en la costa cantábrica tanto española como francesa pero jamás de Euskadi salvo que una parte de dicha costa pertenece al País Vasco tanto español como francés. Sus principales afluentes son los ríos Gabas (117 kilómetros), Bidouze (82,4 kilómetros), Midouze (151 kilómetros), Luy de Béarn (76,7 kilómetros) y Gave de Pau (193 kilómetros). En cuanto al río Nive o Nivelle aprendan lo siguiente, "señores" proetarras: El río Ugarana (francés Nivelle, euskera Urdazuri) es un río vasco que discurre el territorio de Xareta (norte de Navarra de España) y la provincia vascofrancesa de Labort en Francia. Nace en el Pirineo Navarro (de España y no de Euskadi), en la cuenca de Urdax y Zugarramurdi, y entra en Labort pasando por Ainhoa y Saint-Pée sur Nivelle, donde se le une el río de Sare y después se le une el Ascain. Otros afluentes de este río son el Olabide, Artxuri, Urdazuri y el arroyo de Larrún. Desemboca en el mar Cantábrico entre San Juan de Luz (de Francia y no de Euskadi) y Ciboure (de Francia y no de Euskadi). ¿Qué decir de la Cuenca de Navarra? ¿Saben de verdad los proetarras lo que es la Cuenca de Navarra? Vamos a ver si les despertamos la inteligencia y pueden memorizar lo suficiente. Si no tienen suficiente memoria (que al parecer carecen de ella) que saquen un cuaderno y vayan anotando lo siguiente: La Cuenca de Navarra se llama también la Cuenca de Pamplona (en euskera Iruñerria) y es una comarca de la Comunidad Foral de Navarra (España y no Euskadi sino España). Está delimitada con criterios estrictamente físicos y engloba a la capital, Pamplona (España) así como a su área metropolitana también española. Según la Zonificación Navarra 2000, es una subzona que está formada por 28 municipios españoles, ocupa una superficie de 587,29 kilómetros que contaba en 2014 con una población de 348.535 habitantes (según se comprueba consultando el INE de España) y forma junto con la comarca de Puente la Reina la Zona de Pamplona dicha Cuenca. La Cuenca de Pamplona está situada en la parte central de la Comunidad Foral de Navarra (no País Vasco sino Navarra) y está compuesta, repetimos, por 28 municipios españoles que pertenecen 22 a la Merindad de Pamplona, 4 a la de Sangüesa, Aranguren, Burlada, Valle de Egüés, Huarte, Noáin (Valle de Elorz) y Tiebas-Muruarte de Reta) y 1 a la Merindad de Estella (Goñi). Ocupa una extensión de 587,29 kilómetros de territorio español y limita al norte con las comarcas de La Barranca, Ultzamaldea y Auñamendi; al este con la de Aoiz, al sur con las de Tafalla y Puente la Reina y al oeste con Estella Oriental. Y todo eso dentro del contexto general de España. La Cuenca de Pamplona consiste, por si los proetarras no lo saben por culpa de sus completas ignorancias, en un gran valle de forma ovalada que ha sido creada a las orillas del río Arga y varios afluentes, entre los que destacan Ulzama, Elorz y Araquil, los cuales desembocan en el Arga en diferentes puntos de esta comarca española. Se encuentra rodeada de diferentes sierras y montes, como El Perdón, la sierra de Alaiz, la sierra de Tajonar y el monte San Cristóbal o Ezcaba. En el centro de esta comarca española hay una pequeña meseta sobre la que se encuentra la ciudad de Pamplona (España), a excepción de algunos de sus barrios: Echavacóiz, San Jorge, Buztinxurri, Rochapea, Chantrea y Mendillorri (también todos ellos españoles). Esta meseta está rodeada por los ríos Arga al norte y oeste y Sadar al sur (de este último lugar proviene el nombre de El Sadar del estadio de fútbol donde juega el equipo español de Osasuna de Pamplona); y desde el momento en el que se creó la ciudad fue aprovechada con fines defensivos. Sobre esta meseta se encuentra asimismo el municipio español de Barañaín. Cabe destacar la suave ondulación que caracteriza amplias zonas de la cuenca. Aunque apenas resulta condicionante en aspectos como las comunicaciones, sí tiene relevancia en otros, como los histórico-sociales, pues los asentamientos humanos solían disponerse en la cima de los oteros; aquellos relacionados con la vegetación, más acusadamente mediterránea en las laderas soleadas, y de carácter más atlántico en las umbrías; o los paisajísticos, íntimamente ligados con los anteriores, y que dotan a esa geografía de gran variedad e interés. En cuanto a la población, conviven en ella dos espacios humanos bien diferenciados: el área urbana de Pamplona, compuesta por los municipios españoles de Pamplona, Burlada, Villava, Huarte, Barañáin, Berriozar y Ansoáin, densamente poblada y compacta; y la periferia rural española que circunda a la anterior. La colonización de la periferia se ha llevado a cabo siguiendo el modelo de expansión urbana de "la mancha de aceite"; es decir, mediante la creación de satélites residenciales e industriales. El núcleo metropolitano español es la parte central, urbanizada, densamente construida y poblada. Contenida totalmente en el área metropolitana de Pamplona, la integran los municipios españoles de Pamplona, Berriozar, Villava, Burlada, Barañáin, Ansoáin, Orcoyen, Cendea de Olza, Zizur Mayor, Cendea de Cizur, Galar, Beriáin, Noáin-Valle de Elorz, Valle de Aranguren y el Valle de Egües. La periferia (también española) es un conjunto de valles y cendeas que orlan al núcleo desde el norte hasta el oeste, dando a esta comarca española una forma asimétrica, notoriamente expandida en dirección noroeste. La conforman: Valle de Ollo, Cendea de Iza, Valle de Gulina, Valle de Julaspeña, Tebas-Muruarte de Reta, Val de Echauri, Echauri, Ciriza, Vidaurreta, Echarri y Belascoáin. Ninguno de ellos pertenece al área metropolitana pero son igual de españoles o incluso más porque son más agrarios y, al ser más agrarios, más pertenecen a las tierras de España. Son núcleos puramente rurales, no obstante muchos cuentan con pequeñas urbanizaciones y acogen segundas residencias. Y ahora, para que los proetarras sigan aprendiendo algo y no tengan que seguir haciendo el ridículo en sus absurdas reivindicaciones producto de sus ignorancias, vayamos con la altiplanicie de Urbasa: la sierra de Urbasa es una meseta montañosa situada en el noroeste de Navarra (España) que presenta una altitud media de unos 1.000 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un gran plano elevado, que desciende abruptamente hacia el corredor de Araquil, al norte, y hacia Amescoa al sur. Está intensamente karstificado: corredores y valles secos, dolinas, uvalas, poljés, simas, cañones, exurgencias... y tiene una extensión de 11.399 hectáreas. Está, atravesado de norte a sur, por la carretera nacional NA-718, la cual partiendo de Olazagutía y atravesando el Puerto de Urbasa, llega a la localidad de Zudaire. Una buena parte de la meseta en la cumbre forma la mancomunidad española del Monte de Las Limitaciones, administrada por una junta con sede en Zudaire. Junto con la sierra de Andía (también española) y que me hace recordar a Pío Baroja, el escritor vasco español que escribió la novela española "Las inquietudes de Shanti Andía", en 1911. Para conocimiento cultural de los proetarras, por ver si aprenden algo más de cultura literaria en lugar de tantas soflamas politiqueras, se trata de que el protagonista va recopilando, en su vejez desengañada, los fragmentos de un diario escrito en diferentes épocas de su vida. Por él conocemos su infancia en el pueblecito vasco de Lúzaro, su juventud soñadora en tierras gaditanas, sus venturas y desventuras como capitán de fragata, y sobre todo la fascinación por su tío Juan de Aguirre, trasunto de antiguos marinos vascos y verdadero héroe de la novela, cuya vida aventurera está plagada de pintorescas peripecias. Desde la conciencia de una vida malgastada, Shanti Andía muestra una nostalgia inmensa por el mar de antaño, que recorrían hombres llenos de impulso viril y de anhelo de aventura, siempre en conflicto con la sociedad convencional. Si les ha servido de algo lo doy por bien escirto. Sigamos. El conjunto de esta altiplanicie de Urbasa forma el límite natural por el norte de la española Merindad de Estella y la separa de la española Merindad de Pamplona. Una gran parte de la sierra pertenece a la Comarca Turística de Urbasa-Lóquiz-Estella. El nombre Urbasa significa en vasco "bosque húmedo" (de ur "agua" y basa "bosque"). Volvamos al Paleolítico inferior del País Vasco. Acompañan a los bifaces otros utensilios "característicos" de estas fases antiguas, como triedros, cantos tallados o hendedores; mientras que de fases más avanzadas son las raederas, puntas, denticulados, raspadores o perforadores entre otros utensilios. Se sabe, casi de forma segura, que los "homo" de estas regiones, en el Paleolítico inferior, eran de la especiee "Homo heidelbergensis" por los registros encontrados en la Sima de los Huesos de Atapuerca (que son comopletamente iguales) y todos sabemos o deberíamos saber antes de decir las tonterías que dicen los proetarras, que la Sierra de Atapuerca es un pequeño conjunto montañoso situado al norte de Ibeas de Juarros, en la provincia de Burgos (Castila y León, España) que se extiende de noroeste a sudeste, entre los sistemas montañosos de la cordillera Cantábrica (con lo cual los habitantes en las regiones vascas de aquellos tiempos eran los mismos que los habitantes cuyos fósiles se han encontrado en Atapuerca y el Sistema Ibérico). Ha sido declarado Espacio de interés Natural, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad. Con esto se demuestra que la especie de "Homo" en el País Vasco era la misma especie de "Homo" que habitaba en la actual comunidad autónoma de Castilla y León y en todo el Sistema ibérico. ¿Dónde está enntonces el supuesto origen remoto de los vascos diferente al resto de los de la penísula ibérica? En ninguna parte porque jamás existió ese remoto origen vasco diferente. El "Homo heidelbergensis" del País Vasco era exactamente el mismo "Homo heidelbergensis" que exisia en toda la península ibérica. Y esto quiere decir que no existe ninguna supuesta "superioridad de la pura raza vasca" (variedad de la ideología del racismo nazi en realidad) puesto que la "pura raza vasca" no existió como dicen los proetarras. Pero de eso hablaremos cuando tratemos del estudio de los pueblos ibéricos prerromanos. A medida que avanza el Paleolítico inferior nos aproximamos al Musteriense (de Le Moustier, localidad de Dordoña, en Francia), cultura prehistórica cuyo desarrollo comprende el final del interglaciar Riss-Würm y el comienzo de la glaciazión del Würm cuya extensión geográfica fue considerable en Europa, Asia y norte de África. Durante el Musteriense los útiles líticos como las lascas asociadas a veces con hachas de mano, fueron obtenidos a través de la técnica levallois, y las proporciones de cada uno de estos tipos, al igual que las formas de retoque, varían sensiblemente de un lugar a otro. Estas diferencias han conducido a distinguir varios grupos musterienses: "musteriense de tradición acheulense", "tipo La Quina", "con denticulados" y "tipo La Ferrasie". Las industrias musterienses se asocian al hombre de Neanderthal. No disponen prácticamente de industria ósea. Se conocen restos de algunos hábitats musterienses en cuevas o a campo abierto que demuestran una organización doméstica muy simple. Sin embargo, sus preocupaciones irían más lejos de la simple subsistencia, como lo demuestran el cuidado y la forma de enterramientos de sus muertos, que constituyen verdaderos ritos funerarios y religiosos, y la utilización de colorantes. La cultura musteriense alcanza su final hacia el 35.000 antes de Jesucristo, en que las industrias del paleolítico superior configuran el siguiente eslabon evolutivo. Pero finalicemos con el Paleolítico inferior en el País Vasco. El panorama, a finales de este período, empieza a compllciarse y no es posible afirmar con rotundidad si son los mismos tipos de Heidelberg o los neandertales arcaicos. Pero vayamos a lo seguro. El conocido húmero humano de la Cueva de Lezatxiki apunta claramente a que se trata (como lo demuestran las investigaciones en Lezetxiki II) de un "Homo heidelbergensis". Y lo que podemos afirmar de aquellos primeros grupos de cazadore-recolectores nómadas del País Vasco y sus mecanismos de organizaciñó social es que provienen de otras regiones con un registro más completo (que es lo que estoy demostrando con lo dicho en el párrafo anterior). Se acostumbra a considerar a estos números de grupos como de pequeñas dimensiones (a lo sumo una docena de miembros), con alta movilidad (lo cual explica que los mismos "Homo" del País Vasco son los de la Sima de Atapuerca y otras regiones españolas), disponibilidad de un territorio vasto para su explotación y un comportamiento técnico y cultural muy elemental. Aunque se viene aceptando su utilización de pautas de lenguaje articulado, no se considera probable que emplearan un universo complejo o abstracto, desde el punto de vista simbólico, ritual o trascendente. Los indicios de comportamiento gráfico (pinturas) o funerario que les han sido atribuidos en distintos puntos del planeta están aún pendientes de verificación. La actitud ante el entorno y los comportamientos sociales se adecuan a pautas económicas: economización máxima de todo tipo de esfuerzo y adecuación al medio (definido bajo la etiqueta de "oportunismo" como sucede con los proetarras que ya nada pueden demostrar y por eso ocultan sus ignorancias histórico sociales) aunque sí de transformación de los paisajes. Tal comportamiento supone que los modelos de hábitat serían extremadamente simples: unas chozas al aire libre o alguna estructura sencilla de cierre de las cuevas a lo sumo, y vinculadas a una sencilla utilización de los recursos más próximos en el espacio terrenal. Así que vamos a ver qué ocurre durante el Palelolítico medio. Sepamos, primeramente, quién es Álvaro Arrizabalaga Valbuena. Este señor es un prehistoriador y aqueólogo que nació en Oñati (municipio de la provincia de Guipúzcoa, España) en el año de 1965 después de Jesucristo. Licenciado en Geografía e Historia (1988), Master en Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico (1992) y Doctor en Historia por la Universidad del País Vasco (1995) es Profesor del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Facultad de Filología, Geografía e Historia de Vitoria (Universidad del País Vasco). Sus principales líneas de investigación se refieren al Paleolítico y ha dirigido o codirigido excavaciones arqueológicas como Lezetxiki, Labeko Koba (1987-1988) o la excavación del yacimiento al aire libre de Irikaitz (Zestoa) entre 1998 y 2003. Ha publicado numerosos estudios en revistas especializadas como "Isturitz", "Ekain Iragana", "Arkeoikuska", "Revista Internacional de Estudios Vascos", Boletín de la Asociación Española de Paleopatología", "Cuadernos de Sección de Prehistoria-Arqueología de Eusko Ikaskuntza", "Fervedes", "Archivo de Tipología Analítica", "Karitza", "Munibe" o "Utzaro". Autor de "Orain dela 30.000 urte. Labeko Koba. Hace 30.000 años" (Arrasate, 1989); con E. Pérez Olmedo, "Informe del seguimiento arqueológico del oleoducto Zaragoza-Pamplona-Ribavellosa a su paso por Álava (Diputación Foral de Álava,Vitoria, 1990); codirector, con Jesús Altuna Etchabe, de "Labeko Koba" (Arrasate, País Vasco). Hienas y humanos en los albores del Paleolítico superior (Aranzadi, Donostia, 2000); y ha expuesto asimismo los resultados de sus investigaciones en numerosas obras colectivas y simposios y congresos. Es socio de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y ha impartido clases de prehistoria en este centro. Vamos, a continuar citando, textualmente, unos cuántos párrafos de este eminente autor. El Paleolítico medio, que se desarrolla entre aproximadamente el 80.000 yel 36.000 antes de Jesucristo, muestra en Euskal Herria (que todavía no se llamaba Euskal Herria sino que la conocemos como región vasca o Vascongadas) mejor visibilidad que la fase anterior: comenzamos comenzamos a conocer ocupaciones de cierta densidad y frecuencia y podemos, en definitiva, hablar con algún grado de certeza acerca de las concidiones de vida. El ser humano protagonsita de este período es el neandertal, inmediato antecedente de nuestra especie (se refiere a la especie vasca dentro del contexto general de la especie española) desde el punto de vista cronológico, aunque parece ser que no en la línea evolutiva, puesto que a diferencia de lo que venía siendo usual durante las últimas décadas, la anterior denominación "Homo sapiens neanderthalensis" ha derivado en "Homo neanderthalensis" (quitando lo de "sapiens") para destacar esta distancia filogenética con respecto a los cromañones, nuestra especie. A pesar de lo cual, paradójicamente, nunca como en los últimos años se ha reivindicado tanto, y de modo tan argumentado la capacidad cognitiva e intelectual de los neanderthales. La mejor comprensión de esta época guarda un vínculo estrecho con la mayor frecuentación de cuevas por parte de los grupos humanos (como vemos no habla de razas humanas -y por ello no habla de raza vasca- sino de grupos humanos). Los medios kársticos (y yo aclaro que kárstico se refiere al estudio de las rocas de las cuevas para conocer las edades geológicas) resultan privilegiados para su estudio debido a diferentes motivos: generalmente están protegidos de los agentes externos, en ellos se generan espeleotemas (yo ahora aclaro también que los espeleotemas son la denominación formal para lo que comúnmente se conoce como «formaciones de las cavidades»; que la palabra, procedente del griego ‘depósito de las cavidades’, se refiere generalmente a depósitos minerales secundarios formados en cuevas tras la génesis de éstas y, atendiendo al uso extendido de la palabra en alusión a las «formaciones de las cavidades», encontramos que existen no sólo espeleotemas secundarios sino también primarios, dependiendo del tipo de cueva en que se encuentren), susceptibles de datación y las condiciones alcalinas del sedimento protegen mejor los restos de su deterioro natural, facilitando su hallazgo e investigación. Esta intensificación del hábitat rupestre no conlleva un abandono de los campamentos al aire libre, cuya ocupación sigue siendo frecuente durante el Musteriense, la fase cultural que hacemos equivalente al Paleolitico medio. Existe cierta complementariedad en la ecúmene entre las grandes zonas kársticas (yo aclaro ahora que la ecúmene -del griego "oikouméne que significa tierra ocupada- es el conjunto del mundo conocido por una cultura; que generalmente se distingue como aquella porción de la Tierra permanentemente habitada, en contraposición al anecúmeneo de las áreas deshabitadas o temporalmente ocupadas; que durante el período helenístico, ecúmene hacía referencia a la parte de la Tierra que estaba habitada, ya fuera por toda la humanidad o sólo por un subconjunto de ésta; que con frecuencia se refería a las tierras habitadas por los griegos, excluyendo aquellas que estaban ocupadas por los bárbaros; que en la koiné del Imperio romano y el Nuevo Testamento de la Biblia Cristiana -sabiendo que la koiné significa 'lengua común', o, más frecuentente 'habla común'- ecúmene signfiica literalmente el mundo; que, sin embargo, por lo general se entendía que hacía referencia al mundo romano; que los bizantinos utilizaban la parabra ecúmene para referirse al Imperio bizantino de donde deriva los de concilio ecuménico; que el concepto de ecúmene subyace al título de Patriarca ecuménico que se le da al Patriarca de Constantinopla así como el proceso del ecumenismo; y que la ecúmene en el Cristianismo del Nuevo Testamento es el término que se refiere al futuro Reino de Jesucristo). Las grandes zonas kársticas se ocupan en cuevas y abrigos ya que ellas son zonas en las que el sustrato rocoso o su disposición no favorecen la presencia de cuevas (en ellas se conocerá mejor las ocupaciones al aire libre). Es posible que la mayor facilidad para localizar yacimientos en cuevas ya ha creado un espejismo, al soslayar los arqueólogos las más difíciles prospecciones al aire libre en aquellos sitios en los que ya era conocido el empleo de cuevas. También puede suceder que siempre se prefiera ocupar las cuevas, salvo cuando una actividad específica (como la explotación de los afloramientos de sílex en Urbasa y Treviño) aconsejara disponer de asentamientos fuera del abrigo de éstas. Todos los territorios del País Vasco, continental o peninsular, registran ocupaciones musterienses (pues son los mismos neandertales que los del resto de Europa occidental y península Ibérica) y en casi todos ellos contamos, además, con ejemplos de ambos tipos de hábitat desde los 900 metros de altitud de la altiplanicie de Urbasa, hasta las proximidades de la costa acutal (como, por ejemplo, los alrededores de Jaizkibel). Aunque algunos de ellos se encuentran en posición derivada, existe una muestra suficientemente representativa cuyos restos son primarios, si bien es frecuente la no conservación de los restos óseos en los yacimientos al aire libre. Entre los sitios más relevantes (de los cuales yo mismo hablaré algo sobre algunos de ellos) contamos: en Vizcaya, la cueva de Axlor y la red de yacimientos al aire libre de Kurtzio; en Guipúzcoa, las cuevas de Lezetxiki, Amalda Y Zerratu así como los asentamientos exteriores de Jaizkibel; en territorio alavés, la cueva de Arrillor y el conjunto al aire libre de Murba; en Navarra, además de la presumible presencia musteriense en Coscobilo, el reciente hallazgo en la cueva de Abauntz, que se suma a las series (algunas bien caracterizadas), al aire libre de Urbasa y de la Cuenca de Pamplona; Olha, Isturitz y Gaztarria son los depósitos en cueva más representativos de Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa respectivamente, mientras que los conjuntos al aire libre adscritos a este período menudean en el litoral labortano y en los complejos de terrazas del curso medio y bajo del río Adour. A la mejor percepción del Musteriense contribuye también la espectacularidad de las acumulaciones de algunas de estas series estratigráficas, que se miden por metros. Los niveles musterienses de Lezetxiki, Zerratu o Arrillor, por ejemplo, superan los cuatro metros de sedimentos apilados. Efectivamente, las circunstancias geomorfológicas que rigen en las cuevas vascas del Musteriense (que son iguales a las que suceden en las demás cuevas musterienses del resto de España y de Francia así como del resto de Europa, para que lo sepan bien los proetarrras que, al parecer, lo ignoran por falta de cultura o por falta de inteligencia o por falta de ambas cosas a la vez), propician unas pautas de mayor acumulación sedimentaria y de menor erosión postdeposicional de los niveles resultantes. La alternancia en el uso del mismo espacio por parte de otros animales carnívoros (osos, hienas, leones, lobos, etcétera) producen como consecuencia diversidad de patrones y vectores sedimentarios, operan tambiéncomo agentes acumuladores y dan origen a tales fenómenos. Dejemos ahora, por unos momentos, el texto de Álvaro Arrizabalaga Valbuena, y veamos ciertas caractarísitcas del Musteriense en el País Vasco (volviendo a repetir que los neandertales vascos son iguales que los neandertales del resto de Iberia y Europa y, por lo tanto, no son una raza especial -como intentan hacernos creer los ignorantes proetarras- sino parte de los homínidos llamados neandertales. Sólo para demostrar que, en cuanto al trabajo de investigadroes y conocedores de Historia y culturas humanas podemos ser iguales de inteligentes que ellos o incluso más inteligentes que es más acertado decir. Empecemos por Vizcaya. Axlor es un yacimiento prehistórico, del Paleolítico Medio o Musteriense (30.000-40.000 antes de Jesucristo) situado en la localidad de Dima (Vizcaya, provincia del País Vasco, en España). Se trata de un abrigo rocoso, situado a media ladera en un macizo kárstico (de calizas con cuevas y galerías subterráneas). En realidad es la boca de una antigua cueva colmatada, aunque por su disposición actual se le llama "abrigo". El yacimiento fue descubierto por el prehistoriador José Miguel de Barandiarán y Ayerbe (1889-1991), del cual hablaré después, que lo excavó entre 1967 y 1974. Los resultados de sus excavaciones, se publicaron en forma de Memorias anuales, en 1980, en sus Obras Completas (tomo XVIII). Barandiarán estudió la estratigrafía o secuencia del yacimiento, es decir la sucesión de los distintos estratos o capas de tierra. Separó 9 niveles, 5 de ellos con ocupaciones musterienses. J. Basabe Barcala (no confundirlo con el futbolista de los años 40, Carlos Basabe, que jugó en la Cultural de Durango (en Vizcaya), Gimnásttica Burgalesa, Atlético de Madrid, Real Sociedad de San Sebastián, Oviedo y Levante de Valencia, y que fue además campeón militar en los 100 metros lisos, habiéndole yo conocido en un Banco de Madrid), estudió los restos humanos neandertales de Axlor (5 dientes de un individuo joven). El vasco español Jesús Altuna Etchabe (nacido en Berastegi, Guipúzcoa, en 1932) estudió la fauna de grandes mamíferos de los distintos niveles. Años después, Amelia Baldeón (que fue discípula de José Miguel de Barandiarán y ahora es profesora de la Universidad del País Vasco-EHU, UNED, especialista del Paleolítico, Directora del Patrimonio Cultural de Álava, Miembro del consejo de redacción de "Munibe", nombrada en 2001; Directora del Museo de Arqueología de Vitoria-Gasteiz, el único de esta especialidad en la Comunidad Autónoma Vasca, que trabajó en el yacimiento de Atapuerca en la excavación desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, esto es, desde el 4.000 antes de Jesucristo hasta el 1.000 antes de Jesucristo, en "El Portal de la Cueva Mayor", y que escribe en una gran variedad de publicaciones en forma de revistas y libros), estudió, en su tesis doctoral, las industrias de piedra tallada de Axlor. El yacimiento ha sido vuelto a excavar desde el año 2000 por un equipo pluridisciplinar, dirigido por Jesús González Urquijo (Profesor en la Universidad de Cantabria) y Juan J. Ibáñez Estévez (miembro del "Centro de Ciencias Humanas y Sociales - Instituto de Historia"). En este proyecto, los estudios en curso en 2007, abarcan un abanico más amplio de evidencias. Se estudian las industrias de la piedra tallada, y el trabajo del hueso, junto con la fauna de grandes mamíferos. Pero se han incorporado los estudios de pequeños mamíferos (sobre todo roedores), los de sedimentos (con el apoyo de un geólogo), y de restos de pólenes, carbones, etcétera. De dichos estudios se sabe que Axlor tiene una secuencia de niveles del Paleolítico medio. Los más recientes están datados por carbono-14 en torno al año 42.000 antes de Jesucristo. Los más antiguos no se pueden datar por esa técnica (que sólo llega hasta hace 50.000 años). Es además uno de los pocos yacimientos de España con restos humanos neandertales, y a las piezas dentales de la excavación antigua se han sumado varios dientes más (de leche, en este caso) en las nuevas campañas. Además, los niveles arqueológicos son muy ricos en restos de fauna cazada y consumida por los neandertales. También abunda la industria lítica y los desechos domésticos. Los estudios realizados en Axlor están dando una imagen más completa de los neandertales y de la forma en que vivían, se relacionaban con el medio y aprovechaban los recursos naturales. Además, se han documentado cambios importantes, a lo largo del tiempo, lo que indica que eran sociedades de cierta complejidad, que cambiaban sus actividades y sus estrategias de explotación de la naturaleza. Es decir que eran sociedades con una «historia», si bien -evidentemente- no quedó escrita. Estas nuevas informaciones están desterrando el tópico que retrata a los neandertales como homínidos muy primitivos, sin la capacidad cognitiva de un "Homo sapiens". Los neandertales de Axlor tallaban piedras de lugares lejanos (entre 30 y 60 kilómetros de los alrededores del yacimiento) y otras obtenidas en las proximidades del abrigo. Cada tipo de piedra se lascaba con técnicas muy complejas (método Levallois, micro-levallois, unipolar recurrente, Tipo Quina, Producción-Reavivado Quina, etcétera). Esas formas de lascado se adaptan al grano, dureza y filo de ese material. Y cada grupo de piedras talladas está pensado para un determinado fin, sea este cazar (las puntas) raspar (las raederas, por ejemplo), cortar (las lascas finas), etcétera. Todas estas estrategias no son repetitivas ni monótonas, como cabría esperar de un ser que funciona básicamente por instintos, sino que son complejas, estructuradas, y cambiantes a lo largo del tiempo. Las puntas de lanza halladas en Axlor presentan en varios casos huellas de impacto. Esas huellas se están estudiando para verificar si, como parece, se utilizaron en armamento de proyectil (es decir, como azagayas arrojadizas). En todo caso, los neandertales de Axlor eran cazadores muy eficaces, que abatían presas de gran tamaño y probablemente peligrosas como los bisontes adultos. Además, sus estrategias de caza no eran siempre las mismas, y el tipo de animales cazados iba cambiando a lo largo de la secuencia. Esto tiene que ver, en parte, con la oferta del medio ambiente (por ejemplo, en épocas muy frías aparece el reno), pero sobre todo con la forma de organizar su "economía domestica". Además, los restos de los animales cazados, sus huesos, se integran de nuevo, una vez procesado el animal, en la vida cotidiana. El uso más común de los huesos es como utensilios para retocar las herramientas de piedra. Pero lo importante no es que se utilizaran fragmentos óseos, sino que todo el proceso, desde que se despiezaba al animal y se fragmentaban los huesos (para sacar el tuétanos) ya tenía en cuenta la obtención de fragmentos apropiados para el retoque. Así, el neandertal preveía sus necesidades e integraba esa previsión en los planes a corto, medio y largo plazo, y organizaba las tareas cotidianas. Todas ellas (obtención, trabajo y uso de la piedra, caza y procesado de los animales abatidos, obtención y uso del hueso), estaban integradas en estrategias de rango general, en la planificación de la subsistencia. Se documentan otros usos del hueso aunque de menor importancia: esquirlas alargadas y costillas utilizadas como alisadores en tareas que implican la fricción repetitiva contra materiales no muy duros. Algunos fragmentos se utilizan como cinceles, en trabajos que implican percusión y torsión (uso a modo de palanca). Y ahora vamos a abrir un paréntesis para hablar de quién fue José Miguel de Barandiarán Ayerbe y a qué debe su justa fama. José Miguel de Barandiarán Ayerbe fue el más pequeño de los nueve hijos de Francisco Antonio Barandiarán y Antonia Ayerbe, nació el 31 de diciembre en el caserío Perune–Zarre de Atáun (Guipúzcoa, España). Guiado por las enseñanzas de su madre, mujer de fe muy profunda, y sintiendo la vocación religiosa, dirigió sus estudios al sacerdocio, por lo que a los catorce años ingresa en la Preceptoría de Baliarrain, y más tarde en el seminario de Vitoria, cursando a la vez las carreras de Teología y de Magisterio. Fue ordenado en diciembre de 1914 en Burgos, obtiene la licenciatura en Teología en la Universidad Eclesiástica de Burgos en 1915, y a partir del año 1916 comienza su interés por la Prehistoria e inicia sus investigaciones en el ámbito de la etnografía y de la arqueología vascas. Las enseñanzas del profesor Wilhelm Maximilian Wundt (16 de agosto de 1832 - 31 de agosto de 1920) que fue un fisiólogo, psicólogo y filósofo célebre por haber desarrollado el primer laboratorio de psicología experimental (en Leipzig) y autor de la monumental obra "Völkerpsychologie", en la Universidad de Leipzig, marcaron el rumbo de sus posteriores investigaciones antropológicas y etnográficas. En el verano de 1916, mientras Barandiarán explora el castillo de San Gregorio, descubre en las inmediaciones de Argarbi, en la sierra de Aralar, nueve dólmenes prehistóricos desconocidos como tales hasta entonces. El joven Barandiarán escribió al profesor Telesforo de Aranzadi Unamuno (Vergara, Guipúzcoa, 1860 - Barcelona 12 de febrero de 1945) que fue un cientítfico especialista en antropología, botánica y zología. Añadamos, dicho sea de paso, que Vergara fue ciudad famosa por el famoso "Abrazo de Vergara". Se denomina "Abrazo de Vergara" a un convenio que se firmó en Oñate (Guipúzcoa, España) el 31 de agosto de 1839 entre el general isabelino Joaquín Baldomero Fernández-Espartero Álvarez de Toro, nacido en Granátula de Calatrava, Ciudad Real, el 27 de febero de 1793 y fallecido en Logroño, el 8 de enero de 1879 (y trece representantes del general carlista) con el general español Rafael Maroto Yserns (nacido en la localidad murciana de Lorca (España) el 15 de octubre de 1783 y fallecido en Valparaíso (Chile) el 25 de agosto de 1853) y que dio fin a la Primera Guerra Carlista en el norte de España. El convenio quedó confirmado con el abrazo que se dieron Espartero y Maroto el 31 de agosto de 1839 ante las tropas de ambos ejércitos reunidas en las campas de Vergara, razón de su nombre popular. Este célebre abrazo fue motivo para el relieve del Monumento a Espartero de Madrid (realizado por el pintor y escultor tarraconense, del siglo XIX, Pablo Gibert Roig, en 1886). Volviendo al tema principal, Telesforo de Aranzadi Unamuno, catedrático de Antropología en la Universidad de Barcelona, que estaba excavando monumentos análogos en la vertiente navarra de la Sierra de Aralar, escuchó a Barandiarán sobre su hallazgo. Y en el verano de 1917, Barandiarán, Aranzadi y el geólogo y catedrático de la Universidad de Oviedo, Enrique Eguren Bengoa (nacido éste último en Vitoria, Álava de España, el 13 de enero de 1888 en la calle Florida, y muerto en Oviedo el 14 de julio de 1944 siendo enterrado en Vitoria, en el panteón familiar de Santa Isabel) realizaron la primera campaña de excavaciones e investigaciones en los dólmenes del Aralar guipuzcoano. Así se formó el equipo de investigación prehistórica Aranzadi-Barandiarán-Eguren, responsables de muchas prospecciones, excavaciones e investigaciones llevadas a cabo durante los veinte años siguientes, hasta 1936, fecha en la que el comienzo de la guerra civil española los dispersó y no se volvieron a ver nunca más. Barandiarán, ya Profesor del seminario de Vitoria, pronuncia el discurso inaugural del curso 1917-1918 sobre prehistoria vasca. A raíz de la publicación de este discurso entabla relación con el eminente prehistoriador francés Henri Édouard Prosper Breuil, quien le pone en contacto con el prehistoriador alemán Hugo Obermaier Grad. En el año 1921, Barandiarán crea la Sociedad de Eusko Folklore, la revista “Anuario de Eusk Folklore” y la serie de publicaciones "Eusko-Folklore. Materiales y Cuestionarios", que recoge mitos y leyendas. En 1922 y en compañía del profesor Aranzadi realiza una gira por Europa visitando diversos museos e instituciones. Durante los años 1923 y 1924, el Padre Barandiarán asistiría a los cursos del Abate Breuil, a petición de este último. También durante esta época el Padre Barandiarán conocerá las dificultades que la politización de su trabajo le va a acarrear, encontrando una fuerte oposición de sus superiores eclesiásticos, y por otra parte de los medios anticlericales, lo que no fue obstáculo para que su trabajo fuera reconocido en los ámbitos académicos y fuera nombrado Patrono regional del Museo del Pueblo Español de Madrid en el año 1930 y en 1934 miembro del Consejo Permanente de los Congresos Internacionales de Antropología y Etnología de Londres. Entre sus discípulos de esta época se cuenta el sobrino de Pío Baroja y Nessi, que le solicitó que lo incluyera en su equipo de investigación, que era, claro está, el Profesor Julio Caro Baroja. En 1929, emprende un segundo viaje de estudios, de nuevo con el doctor Aranzadi, recorriendo diferentes sociedades e institutos antropológicos. En el periodo comprendido entre 1917-1936, en compañía de los doctores Aranzadi y Eguren, lleva a cabo un plan sistemático de excavaciones arqueológicas sobre todo en el territorio del País Vasco: dólmenes de la sierra de Aralar (1917), dólmenes de la sierra de Aitzgorri (1918), cuyo nombre hace recordar, a quienes tenemos suficiente cultura literaria, la novela de Pío Baroja y Nessi titulada "La Casa de Aizgorri" y cuya sinopsis se puede resumir en las siguientes frases: En la casa de Aizgorri, su primera novela, plantea Pío Baroja y Nessi un conflicto social, tratando de encajar en los esquemas de la novela realista la preocupación de un pequeño burgués que ha experimentado dificultades de subsistencia de su pequeña industria familiar. Seguimos con los dólmenes descubiertos por el citado trío. Los de Atéun-Burunda (1919), de Altzania (1920), de la sierra de Encía y de Elosua Placencia (1921 y qué buenos aceites se producen en Elosua, de León); de Belabieta y Urbasa; y grutas artificales de Santimamiñe (1924, 1925 y 1931), Lumentxa (1925), cavernas de Ermittia y otras de Guipúzcoa (1924 y 1927), Bolinkoba (1933) y Urtiaga-Iciar 1936). Por fin, en el año 1935 después de Jesucristo, Barandiarán es nombrado en Londres miembro del consejo permanente del Congreso Internacional de Antropología y Etnografía. Sigamos con Vizcaya. Hablemos de la red de yacimientos al aire libre de Kurtzio. La anteiglesia de Barrica (en euskera y oficialmente Barrika) es un municipio de la provincia de Vizcaya, en en País Vasco de España. Pertenece a la comarca de Uribe (cuyo nombre a los seguidores y aficonados del Athletic Club de Bilbao siempre nos trae a la memoria el recuerdo de Ignacio Uribe Etxebarría (nacido en Bilbao, España, el 27 de diciembre de 1933) un ex futbolista español que se desempeñaba como delantero en aquella inolvidable alineación del Athletic Club de 1956 (campeones de Liga y Copa del Generalísimo) formada por Carmelo (vizcaíno); Orúe (vizcaíno), Garay (vizcaíno), Canito (vizcaíno); Mauri (vizcaíno), Maguregui (vicaíno); Arteche (vizcaíno, Uribe (vizcaíno), Arieta (vizcaíno), Marcaida (vizcaíno) y Gaínza (vizcaíno). 11 hombres vizcaínos. 11 hombres vascos. 11 hombres españoles. 11 hombres vizcaínos, vascos y españoles que jugaron con la Selección Española de Fútbol sin ninguna clase de complejos. En cuanto a Agustín Gaínza Vicandi, el Gran Capitán de aquel famoso Athletic Club de Bilbao, se cuenta la anécdota de que cuando recogía la Copa del Generalísimo de manos de Francisco Franco Bahamonde, siempre se despedía de él con la frase de "hasta el año que viene Don Francisco". Y todo eso en pleno apogeo de la época franquista. Quizás los ignorantes paletos proetarras no sean estas cosas pero son reales, ciertas y verdaderas, y sería muy bueno que lo conociesen en lugar de decir tantas estupideces sobre la verdad el pueblo vasco. Pues bien, aclarado esto para los ignorantes paletos proetarras, digamos que la naturaleza de anteiglesia del municipio de Barrika ha permanecido hasta bien entrado el siglo XX. Esto ha dado lugar a que la población haya sido eminentemente rural y diseminada por el terreno municipal. Aun así se han conformado dos núcleos, más o menos compactos, con cierta entidad urbana. El lugar donde se ubica el ayuntamiento y la iglesia parroquial, que normalmente son el corazón del núcleo urbano, solamente se completaba con dos casas. Estas dos entidades han tomado relevancia en los últimos tiempos al producirse un notable aumento de la población atraída por el alto nivel de la calidad de vida de la zona y su proximidad a Bilbao (y el aumento de la carestía de la vivienda en dicha ciudad). Los barrios, que carecen de casco antiguo, son los de Elejalde (Elexalde) y Goyerri (Goierri). Ubicada en un terreno irregular con muchas montañas de baja altura y al nivel del mar con una costa acantilada, en donde se abren las playas, Barrica tiene como referente el mar. Son importantes, más que sus ríos, sus playas. El más importante río que recorre el municipio es el río Butrón, ya convertido en ría en su territorio. Junto a él hay varios pequeños arroyos que, bien vierten en el propio Butrón o directamente en el mar. Los afluentes del Butrón en este tramo de Barrika son: el Urgoso, que procede del barrio Goyerri y fue utilizado para mover un molino situado en el caserío de Lastarri; el Blaserrota, que nace en el Monte Gane y pasa por Musurieta.y que sirvió para mover los molinos de Bekoerrota y Blaserrota; y el Kukutxe, que desemboca en el Butrón junto al caserío Ardantza y movió el molino de Learrota. En la vertiente hacia Sopelana nos encontramos con el Umoso, que procede del monte Gane en donde nace al lado del caserío Agarre; el Lemosa, que nace por Goyerri, en la fuente de Arteaga; y el Errekalde que nace en el monte de Kurtzio y discurre por Zabaletxe. En cuanto a la playas, el litoral marítimo de Barrika está dominado por los acantilados bajo los cuales se abren éstas. En las proximidades de Plencia se desciende con suavidad hasta formar la llamada Vega de Txipio. En sus 6 kilómestros de costa, Barrica tiene 3 playas, éstas son: Playa de Barrika (con una buena calidad de arena, aunque muy irregular en cuanto a la cantidad), que es de tamaño medio, 270 metros de largo por 30 metros de ancho, variando mucho según las mareas. En ella está permitido el nudismo y mantiene un nivel de ocupación medio. Se sitúa a los pies de un acantilado y hay que acceder por unas curiosas escaleras. La playa Meñakoz (con orientación noreste), está en el límite de Barrika con Sopelana. Abierta al mar, es muy frecuentada por los surfistas. La playa de Muriola (o de la cantera), está orientada al este y muy protegida del mar. Esta playa se generó a partir de los depósitos efectuados por una cantera de arena silícea que se encuentra junto a ella. Junto a esta pequeña playa se abre la ensenada de Barrikondo o Usendegi Kala en la cual se refugian mucha embarcaciones. El territorio municipal de Barrika es muy accidentado. Desde los acantilados costeros hasta el barrio de Goyerri se levantan multitud de pequeñas colinas, que no llegan a los 200 metros de altitud, que dan un paisaje característico. Una línea de cumbres que corre de norte a sur divide el territorio municipal en dos vertientes diferenciadas, una que vierte hacia el Butrón y la otra hacia la cercana Sopelana. Esta línea divisoria de aguas está definida por las cumbres de los montes Gane, de 188 metros de altitud y Kurtzio de 139 metros sobre el nivel del mar. Las laderas de estos montes, que descienden de forma suave hacia sus valles, forman espacios propicios para el cultivo y la ganadería. Los acantilados y la rasa mareal que se abre a sus pies, son de interés geológico relevante y atraen a estudiosos de todo el mundo. La economía del municipio ha estado basada, tradicionalmente, en la explotación ganadera y agrícola, a la que se unía la forestal. La población, diseminada por el territorio, habitaba en típicos caseríos vascos dedicándose a las labores de la agricultura y ganadería. La afluencia de habitantes a las nuevas urbanizaciones ha hecho que los ingresos económicos se consigan trabajando en otros lugares de la comarca o en Bilbao. El turismo se está convirtiendo en una interesante fuente de ingresos. El sector primario ha sido el que tradicionalmente ha mantenido la economía de la anteiglesia. Las explotaciones unifamiliares basadas en la costumbre se dedicaban a la agricultura, en pequeñas huertas y a la explotación ganadera, predominando el ganado vacuno. El mercado natural para esta producción ha sido la propia comarca y la capital vizcaína. La explotación forestal de los bosques que hay en el municipio, así como alguna cantera, completaban la actividad del sector. La pesca, incluso la de la ballena, tuvo cierta relevancia. Hoy en día se mantiene parte de esas explotaciones pero han perdido, en su mayoría, el carácter de contribución principal a la economía doméstica. La actividad principal se desarrolla en la industria o en los servicios, normalmente fuera del municipio, quedando la actividad agrícola y ganadera como secundaria. El sector secundario poco desarrollado, con alguna industria. En el sector servicios, la popularidad del surf ha propiciado el turismo en el municipio. Esto hace que se haya desarrollado una cierta, aunque escasa, infraestructura hostelera. Barrika entra dentro del conjunto turístico de esta parte de la costa vizcaína que se centra en Plencia. Los hallazgos del yacimiento arqueológico de Kurtzio testimonian presencia humana en el territorio municipal ya en el período Asturiense. Este yacimiento es un lugar en donde los neaandertales se aprovisionaban de piezas líticas. Es muy importante saber (para demostrarle a los proetarras que sólo son, en realidad, unos ignorantes paletos) que el Asturiense es una cultura del Epipaleolítico, fase inicial del Mesolítico, identificada por el Conde de la Vega del Sella en 1923 y que los Condes de la Vega del Sella son una familia nobiliar cántabro-asturiana que tiene sus inicios en la familia Estrada, alcaides del castillo de Llanes en el siglo XI después de Jesucristo; esta familia Estrada es de origen cántabro, procedente de la localidad de Estrada en las cercanías de Val de San Vicente, que se une en el siglo XV con la familia Duque de origen montañés y así nace la familia Duque de Estrada; lo mismo que hay que saber que a esta familia se le otorgó el título de Condes de La Vega del Sella por orden del rey Felipe IV el 31 de diciembre de 1647. Su residencia era el Palacio de los Condes de la Vega del Sella, palacio señorial situado en Nueva, concejo de Llanes, Asturias (España). Hoy en día la familia ostenta los títulos de Marqués de Canillejas, Conde de la Vega del Sella y Grande de España. Buscando por Internet, he encontrado lo siguiente: Pillow, en inglés, significa "almohada". Las rocas denominadas "almohadas de lava" deben su nombre a su morfología redondeada, adquirida al crearse en erupciones volcánicas submarinas, debido al brusco enfriamiento de la lava al contacto con el agua. La costra vítrea de las almohadillas se solidifica progresivamente hacia el interior, produciendo capas concéntricas; el núcleo se enfría lentamente y es por tanto más cristalino. En algunos casos podemos observar vacuolas, a veces rellenas de calcita. Estas pillow-lavas, de color verde oscuro, se sitúan al Oeste de la cala de Meñakoz, formando una barra rocosa de unos 15 metros de altura que se interna en el mar, por lo que son solo visibles en bajamar. A lo largo de toda la franja litoral desde Getxo hasta Barrika se encuentran, dispersos en el Flysch, diferentes depósitos de sílex. El silex es una roca sedimentaria de origen orgánico: se ha formado por la acumulación de restos de seres vivos, de caparazón silíceo, que vivían en el mar (esponjas, erizos, algas). Tiene una gran dureza (raya el vidrio) pero a la vez es fácil de tallar. Ha sido esencial en una buena parte de la existencia del ser humano, ya que con él se fabricaron las herramientas que garantizaron la supervivencia de nuestra especie durante miles de años: hachas de mano, raederas, raspadores, buriles). En el área de Meñakoz se halla uno de los yacimientos de sílex más importantes del Cantábrico, tanto por su abundancia y calidad como por su facilidad de acceso. Tal vez por ello en el entorno de Kurtzio se han encontrado restos de pequeños asentamientos que constituían talleres temporales relacionados con el aprovechamiento de los afloramientos naturales de sílex, material utilizado para elaborar los instrumentos que emplearon estas primeras comunidades. Se ha encontrado sílex de Barrika en yacimientos prehistóricos de Bizkaia (Santimamiñe, Axlor) pero también de Asturias y Nafarroa. Lo cual viene a demostrar que los neandertales no tenían fronteras nacionales sino territorios regionales a lo largo de toda Europa y de toda la península Ibérica. Un reportaje del periodista Andrés Portero dice lo siguiente: Los bellos y escarpados acantilados, el paseo por la arena de sus playas, los restos arqueológicos de Kurtzio y sus edificaciones históricas singulares hacen siempre apetecible una ruta por Barrika, enclave costero de la comarca de Uribe adscrito a la ría de Butrón. El bello paisaje de sus acantilados proyecta una bella postal de Barrika, anteiglesia de la Merindad de Uribe que pasa por ser una de las localidades más antiguas del herrialde vizcaíno, ya que fue fundada en el año 496 después de Jesucristo por Sancho Vela y yo añado que la Familia Vela o Familia de Los Velas fue un poderoso linaje feudal de origen visigodo establecido, para que se enteren los incultos proetarras, nada más y nada menos que en Álava, bajo la supervisión del Imperio Carolingio y teniendo su origen más antiguo en el Conde de Vela Jiménez de la región vasca y si se enteran los proetarras eso que aprenden porque no les vendría nada mal aprender un poco en lugar de decir memeces histéricas en lugar de saberes históricos. Cercana a Bilbao y con un pasado agrícola, ganadero y ligado a la pesca de las ballenas, Barrika es un pueblo de escasos habitantes y, además, diseminados en su amplia superficie territorial. Ningún visitante debe pasar por Barrika sin visitar su frente costero, que abarca desde el límite con Sopelana hasta la desembocadura de la ría de Butrón, que cruza el municipio desde el barrio de Ardanza hasta la desembocadura en el mar Cantábrico, en una longitud de 1,950 kilómetros. Su caudal varía sensiblemente según las mareas, quedando gran parte de su lecho seco en las bajas y cubriéndose en su totalidad en las altas, lo que aprovechan los aficionados a la pesca para capturar crustáceos y moluscos, sobre todo en la orilla de Barrika. En esa área costera destacan sus playas, principalmente la conocida como Barrika, de difícil acceso aunque atractiva por sus inclinadas escaleras y la calidad de su arena. Son más fáciles los paseos por ella que por el arenal de Meñakoz (rocoso, casi sin arena) o el pequeño de Muriola, cuya arena procede de los vertidos, posteriores al lavado, de una cantera de arena silícea cercana. Los amantes de la arqueología, la arquitectura y el pasado también tienen planes de interés en la localidad, empezando por el yacimiento arqueológico situado en el Monte Kurtzio y zona aledañas, sin que se puedan señalar puntos concretos y determinados. Se trata de areneros que han suministrado pieza líticas correspondientes al período Asturiense como microlitos, raederas, cuchillos, etcétera (es necesario saber que el Asturiense es una cultura del Epipaleolítco, fase inicial del Mesolítico, identificada como ya expliqué antes por el Conde de la Vega del Sella en 1923 y, entre sus edificios, destacan el Ayuntamiento y el asilo, con su escultura en mármol de Higinio de Basterra Berastegui (escultor que nació el 11 de enero de 1876, en Bilbao (España) t murió en la misma ciudad española, el 18 de febrero de 1957), pasando por la iglesia de Santa María (siglo XI, estilo románico), la ermita de San Pedro González Telmo, casas solariegas como las de Barrika, Txarta y Garramune, la casa-fuerte de Los Condes o múltiples baserris de interés, de Torretxe a Elordi, Erdiko-Etxe o Etxetxu. En cuanto a Guipúzcoa, ya hemos explicado lo relativo a Lezetxiki; así que vamos a ver, a continuación, lo relacionado con otros hallazgos. Por ejempolo, Maialen Ezquerro, en mayo de 2013, informó que los derivados de las excavaciones realizadas en Praileaitz a finales del año pasado, confirman la ocupación del hombre de Neandertal en la cueva de Deba. Según explicó el responsable de las excavaciones arqueológicas Xabier Peñalver, se han encontrado media docena de herramientas de piedra de la época del Paleolítico Medio y la cultura musteriense. Estos instrumentos, que utilizaban para cazar y para otras actividades, tienen una antigüedad entre 40.000 y 120.000 años. Además, señaló, han hallado colgantes y dos bastones de mando, piezas de secuencia estratigráfica desde 8.000 hasta 100.000 años antes que evidencian la ocupación "esporádica" de los brujos, brujas y chamanes de toda clase. El resto del tiempo, explicó, la cueva era un refugio de animales ocupado por osos, panteras, zorros y lobos. Este descubrimiento espectacular se sitúa en el área tres, en un nivel inferior de difícil acceso que han dividido en tres partes para poder introducirse. El arqueólogo de Aranzadi, explicó que es una zona colmatada rellena de tierra muy compacta, dura y con mucha piedra, que no se puede excavar de arriba abajo como hacen generalmente. Asimismo, cree que seguramente el sitio en el que están excavando no es el lugar por donde accedían los brujos, brujas, chamanes y los animales, porque el sedimento sube. Los objetos más antiguos encontrados en Praileaitz en las excavaxiones del año 2009 tenían entre 12.000 y 17.500 años, pero ahora se ha descubierto que la ocupación de la cueva es de años antes de lo que se conocía. Por ello, Peñalver subrayó que están ante un yacimiento con mucha "prolongación hacia la antigüedad". Por ese motivo, Peñalver apuntó que es relevante subrayar que estos restos antiguos que se situaban en la zona colmatada llena de sedimento no están suficientemente protegidos por el decreto del Gobierno Vasco. Para explicar el suceso, dijo que es como si se cayera la catedral de Burgos y el ábside estuviera lleno de escombros y solo se protegiera la catedral y no el ábside, debido a que el acceso es difícil. Por su parte, la responsable de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Ikerne Badiola, señaló que "hay expectativas de que en la cueva aparezcan más elementos, y añadió que la apuesta por esta investigación es firme y continuarán con las excavaciones en verano" Así, la Diputación ha asignado 30.000 euros de presupuesto para esta práctica. Peñalver comentó que uno de los objetivos es retomar las investigaciones que se habían interrumpido en 2009 porque los datos que proporcionaba el yacimiento eran muy "prometedores". Además, recalcó, las investigaciones se centrarán sobre todo en los niveles inferiores, con el fin de conocer más acerca de esas épocas antiguas. Asimismo, opinó que es fundamental conocer el completo desarrollo de la cavidad, introducirse en la zona y ver los resultados que proporcione la galería. El "El Diario Vasco" encuentro lo siguiente: Nuevo hallazgo de arte rupestre paleolítico en la cueva de Erlaitz. Se han reconocido al menos 8 figuras de animales grabadas a las que han de sumarse posiblemente varias más, que actualmente resultan más difíciles de reconocer. Miembros de Antxieta Jakintza Elkartea han descubierto grabados rupestres en la cueva Erlaitz de Zestoa. Tras el descubrimiento de Danbolinzulo, hace un mes, y en el mismo contexto de revisión de cavidades, varios miembros del grupo localizaron un panel con algunas figuras animales grabadas. Hasta hace poco sólo se conocían las pinturas de Ekain, y los descubrimientos de Danbolinzulo y Erlaitz dibujan ahora un paisaje cultural completamente diferente. En Erlaitz, situada en las inmediaciones de la de Ekain, muy cerca del límite entre los municipios de Zestoa y Deba, se han reconocido al menos ocho figuras de animales grabadas (caballos, ciervos y uros), a las que han de sumarse posiblemente varias más, que actualmente resultan más difíciles de reconocer. Aunque no existe unanimidad en la adscripción cronológica de este tipo de grabados, se acostumbra a situarlos, en términos numéricos, entre 22.000 y 15.000 años aproximadamente. Esto implica que Erlaitz ocuparía una posición cronológica intermedia entre las vecinas cuevas de Danbolinzulo (más antigua) y Ekain (más reciente). La diputada de Cultura, Juventud y Deporte, Ikerne Badiola, ha subrayado la importancia de estos últimos hallazgos: "Lo que se ha encontrado en Erlaitz, demuestra que Deba, Zestoa... todo el valle de Sastarrain y su entorno guardan un gran patrimonio arqueológico y de arte parietal que nos obligan a cambiar la perspectiva. El paisaje cultural ha variado: Ekain, Danbolinzulo, Erlaitz, Praileaitz, Astigarraga... Es precisa una actuación conjunta. Quizá sea el momento de repensar los cometidos de Ekain Fundazioa". Los especialistas han constatado ya el empleo de la cavidad por los humanos en dos momentos temporales diferentes: el primero de ellos durante el Paleolítico Superior, como lugar de habitación, y el segundo, en un momento indeterminado del Calcolítico o la Edad del Bronce, cuando se le dio un "uso sepulcral". Según ha explicado el experto Álvaro Arrizabalaga, las figuras de Erlaitz fueron grabadas con un instrumento lítico, probablemente un buril, y un trazo de anchura intermedia, de entre dos y tres milímetros. Arrizabalaga ha desvelado además que estas representaciones tienen similitudes con otras de la región Cantábrica, aunque los paralelismos más evidentes se encuentran en las cuevas del Monte Castillo (Cantabria) y en la gruta vizcaína de El Rincón. Los expertos consideran que esta caverna presenta "un alto potencial de información científica" para recabar datos sobre "una etapa muy mal conocida en la expresión gráfica y simbólica de los grupos humanos de cazadores y recolectores del Paleolítico Superior". Con este fin, la Diputación de Gipuzkoa está diseñando junto a la UPV-EHU, un proyecto de estudio integral sobre las ocupaciones humanas de Erlaitz, el estudio de su arte rupestre y la definición de posibles medidas para preservar su conservación. Por otra parte, en la misma rueda de prensa, la institución foral y el Ayuntamiento de Deba han anunciado que encargarán un informe para determinar "la situación jurídica exacta y las medidas específicas necesarias para garantizar la protección de la cueva de Praileaitz", ubicada junto a la cantera de Sasiola, con el objetivo de preservarla. Este informe "tratará de superar la indeterminación sobre los límites de la cueva y la restricción de actividades en sus proximidades", dado que muchos expertos consideran que la actual protección de 50 metros con la que cuenta la cueva debería ampliarse hasta los cien. Continuamos con el tema. El yacimiento de la cueva de Amalda (Cestona, Pais Vasco) se encuentra a 110 metros sobre el fondo de un estrecho valle lateral de la cuenca del río Urola. La cueva de amplia boca (12 metros de ancho y 7 de alto) consta fundamentalmente de una galería principal de 50 metros de profundidad. La excavación arqueológica, extendida a 124 metros cuadrados, se ha practicado en los 32 primeros metros de la cueva entre los años 1979 y 1984, y ha sido dirigida por Jesús Altuna Etchabe. Gracias a Nerea Azurmendi Zabaleta, guipuzcoana nacida en Legazpi y periodista del "Diario Vasco", sabemos lo siguiente: Una mirada superficial a la Carta Arqueológica de Gipuzkoa referida a las cuevas permite comprobar a simple vista que la concentración de yacimentos de esa naturaleza entre Mendaro, Deba y Mutriku resulta muy llamativa. Si el catálogo que realizó la Sociedad de Ciencias Aranzadi en 1995 y que se publicó como suplemento de la revista Munibe se actualizara, la densidad de puntos aumentaría, ya que en los últimos años el número de cavidades conocidas que han conservado durante miles de años vestigios de enorme interés se ha incrementado considerablemente, aportando en ocasiones grandes sorpresas. Las mayores, aunque no las únicas, se han producido en Praileaitz I. La cueva, descubierta en 1983, ya estaba incorporada a la Carta junto con su vecina Praileaitz II -de mucha menor relevancia y engullida ya por la cantera tras haber sido excavada y documentada-, pero todavía no había sido objeto de la excavación sistemática, realizada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi bajo la dirección de Xabier Peñalver, que ha permitido recuperar una magnífica colección de colgantes del Magdaleniense y encontrar las pinturas que han elevado a tres el número de cuevas con arte parietal en Gipuzkoa, limitado hasta el año pasado a dos: Ekain (Deba) y Altxerri (Orio). Hay que ser muy optimista -y confiar en que los hallazgos que según los expertos se seguirán produciendo en la zona sean absolutamente espectaculares- para que el apelativo «pequeña Dordoña» responda a la realidad pero, en cualquier caso, no se puede ignorar que más de la mitad de los vestigios del Paleolítico Superior (entre los años 40.000 y 10.000 anteriores a nuestra era, aproximadamente) y el Epipaleolítico (la fase final y postglaciar del Paleolítico), se concentran en esos tres términos municipales del Bajo Deba. Con toda probabilidad, siempre estarán lejos de los 150 yacimientos catalogados del valle del Vézère, afluente del Dordoña, que ha convertido su riqueza arqueológica en su principal fuente de promoción y recursos. El valle, con un entorno natural magníficamente cuidado y declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, cuenta con 25 grutas con arte rupestre y con algunos de los yacimientos más conocidos del mundo, como Lascaux, La Madeleine, Les Eyzies... Pese a todo, y salvando las distancias, a nadie se le escapa que más allá del interés estrictamente científico la concentración de vestigios prehistóricos en el Bajo Deba plantea también posibilidades de aprovechamiento turístico y cultural que no han pasado desapercibidas a los municipios de la comarca. En su día, hace casi una década, ya perdieron en beneficio de Zestoa la posibilidad de acoger la réplica de la cueva de Ekain, situada en el término municipal de Deba pero muy cerca de la localidad balnearia de Urola Kosta, que también puede presumir de un importante patrimonio arqueológico, con yacimientos como Irikaitz, el yacimiento al aire libre más antiguo del País Vasco, considerado el primer campamento de los pobladores de Gipuzkoa, establecido hace 150.000 años. La Sociedad de Ciencias Aranzadi anunciaba recientemente que uno de los campos en los que ha comenzado a trabajar dentro de las tareas previas al establecimiento de su propuesta sobre la protección de Praileaitz I y su entorno es la «contextualización de la cueva en el entorno del Bajo Valle del Deba durante el Paleolítico Superior y la valoración patrimonial del mismo», recordando que ese entorno «presenta una de las mayores concentraciones de yacimientos en cueva correspondientes a este período». El estudio aportará sin duda una visión actualizada y global del patrimonio que ya llamó en las primeras décadas del siglo XX la atención de José Miguel de Barandiarán, a quien se debe el descubrimiento de yacimientos como Urtiaga o Ermittia. Urtiaga -al igual que Ekain, está situada al este el término municipal de Deba y fuera del ámbito que recoge el plano adjunto- fue descubierta en 1928. Situado en el barrio de Itxaspe, muy cerca del mar, el yacimiento fue inicialmente excavado por el propio Barandiarán y Telesforo de Aranzadi, y proporcionó gran cantidad de hallazgos que abarcan un amplísimo intervalo de tiempo. Fue también Barandiarán quien descubrió en 1924 la cueva de Ermittia en la que, del mismo modo que en la anterior, los distintos niveles de la excavación permiten aproximarse al curso de miles de años de evolución del ser humano. Al igual que las restantes cavidades del mismo nombre, que fueron descubiertas a partir de los años 70 por miembros del grupo Munibe, se encuentra sobre el túnel de la autopista colindante con la cantera de Sasiola, cerca de Praileaitz. Las obras de construcción de ese túnel, precisamente, causaron importantes daños a Ermittia. No todas las cuevas tienen, que se sepa, la riqueza de Ekain, Ermittia, Urtiaga o Praileaitz. Algunas son sólo pequeñas cavidades, en tanto que otras están compuestas por complejos sistemas de galerías. Tampoco han sido todas objeto de excavaciones exhaustivas, limitándose en algunos casos el trabajo realizado hasta la fecha a pequeñas catas. Cada una de ellas es especial y peculiar, pero el conjunto es imprescindible para ayudar a componer el relato de la vida de nuestros antepasados, que encontraron en esta zona, en la que por sus características geológicas abundan las cuevas, un clima propicio para refugiarse durante las glaciaciones y un entorno natural que les facilitaba los recursos necesarios para sobrevivir y desarrollarse. Salvo Praileaitz I, cuya función parece estar más relacionada con la vida espiritual de aquellos seres que con su vida material, la mayoría de las restantes cuevas fueron utilizadas por aquel homo sapiens que era el hombre de Cromañón de la antigua edad de la piedra como lugar para desarrollar su vida. Pero no fue el primero en llegar, porque también se han hallado en la comarca huellas del hombre de Neandertal, que tuvo menos éxito y acabó extinguiéndose hace unos 30.000 años. En la cueva de Zerratu, situada en el valle de Astigarribia de Mutriku, el equipo dirigido por el profesor de Prehistoria de la UPV-EHU Andoni Sáenz de Buruaga terminará este año la excavación de un yacimiento que está proporcionando importante información sobre la presencia de los neandertales en la zona. Sáenz de Buruaga está trabajando en la actualidad en la cueva de Aldatxarren, de Mendaro, en la que también se están produciendo hallazgos relevantes. Aldatxarren no figura en la Carta, ya que fue descubierta por miembros de Munibe en 2001. Además de revelar los pormenores de la vida de nuestros precedesores, las excavaciones en la zona también están ayudando a completar las páginas del libro correspondientes al entorno en el que vivieron. En ese contexto se puede enmarcar el trabajo que está desarrollando en Kiputz IX, próxima a Zerratu y descubierta por miembros de Munibe en 2003, el paleontólogo Pedro María Castaños Ugarte. En esa cueva se ha encontrado el mayor número de restos de reno de toda la península. Y puede que lo mejor esté por llegar, porque la investigación arqueológica es una disciplina que concede un amplísimo margen a la sorpresa. Un tema apasionante es el de los asentamientos de Jaizkibel. El monte Jaizquíbel (en euskera "Jaizkibel") se encuentra en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco de España. Para muchos, es la estribación más occidental de los Pirineos, para otros, los Pirineos mueren en las Dunbaks, en la playa de Hendaya. Jaizquíbel está situado junto al Mar Cantábrico, al oeste de la desembocadura del río Bidasoa. En sus faldas están las ciudades de Fuenterrabía, Irún, Pasajes, Rentería y Lezo. Su punto más alto, llamado Allerru o San Enrique, se encuentra a 543 metros sobre el nivel del mar. Pese a su modesta altitud, su situación costera le otorga una elevada prominencia, que hace posible que su silueta sea visible desde alta mar y desde las cercanas costas francesas. Además, Jaizquíbel es el monte más alto de la costa cantábrica española, el segundo monte costero de mayor altitud de España (sólo superado por Vixía de Herbeira, en la costa atlántica de Galicia) y uno de los de mayor altitud de Europa, sólo superado por Hornelen (Noruega), Cabo Enniberg (Islas Feroe), Croaghaun (Irlanda), el citado gallego Vixía de Herbeira (en el municipio de Cariño, en La Coruña de España), Preikestolen (Noruega), Slieve League (Irlanda) y Cabo Giráo (Isla Madeira, de Portugal). Junto a la cima hay antenas de telecomunicación (televisión, etcétera). A lo largo de la cresta quedan ruinas de cinco torreones de la última guerra carlista. El monte también acoge varios fuertes: el de San Enrique (1876) está junto a la cima y el de Guadalupe, muy cerca de la ermita homónima, fue proyectado y construido a finales del siglo XIX, y es mucho mayor y está mejor conservado que el anterior. En las estribaciones occidentales de la montaña, sobre Pasajes de San Juan, se halla el fuerte de Lord John Hay. Junto a la carretera, subiendo desde Fuenterrabía, se encuentra el Santuario/ermita de Guadalupe, patrona del municipio. También junto a la carretera hay varios restaurantes y cantinas. Una de ellas está junto al Santuario. Otra está en la bajada a Lezo y ofrece guerras de paintball (el paintball -en español "bola de pintura"- es el deporte en el que los participantes usan marcadoras, así llamadas por haber sido usadas en otro tiempo en granjas ganaderas para marcar a los animales. Se vendían en los catálogos agrícolas y también podían usarse para marcar árboles. Las marcadoras son accionadas por aire comprimido, anhidrido carbónico u otros gases, para disparar pequeñas bolas rellenas de pintura a otros jugadores. En esencia es un juego de estrategia complejo en el cual los jugadores alcanzados por bolas de pintura son eliminados del mismo a veces en forma transitoria, a veces en forma definitiva dependiendo de la modalidad. Contrariamente a lo que se piensa, es uno de los deportes de aire libre más seguros). Junto al Santuario se encuentra la casa forestal del guardabosques de la zona. En 2009 se inauguró una cancha de práctica de golf cerca del Santuario, que complementó al Real Golf Club de San Sebastián, que se halla en la falda sur de Jaizquíbel. El Camino de Santiago de la Costa recorre Jaizquíbel en sus primeros kilómetros (salvo si se eligen las alternativas que pasan por Oyarzun), ofreciendo diferentes opciones (siguiendo buena parte de la cresta o bajando antes, en diferentes puntos, a la ladera sur). También la GR 121 (Vuelta a Guipúzcoa) pasa por Jaizquíbel. En el panorama ciclista el monte Jaizquíbel es conocido porque la Clásica de San Sebastián lo sube a 32 kilómetros de la meta, por tanto suele provocar una fuerte selección en la carrera. Volvamos a la prehistoria. Leo lo escrito por Borja Fernández de Arlas Bidegain, Ph. D. en Ciencias de Materiales, Ciencias Químicas por la Universidad del País Vasco: el enterramiento, posiblemente más antiguo de Gipuzkoa, fué descubierto en marzo de 2003 durante un sondeo arqueológico realizado en uno de los abrigos del Jaizkibel por un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dirigido por la arqueóloga Maria José Iriarte. Los restos localizados a principios de 2003 en el monte Jaizkibel, en Fuenterrabía, datan del año 7.000 antes de Jesucristo según la prueba del Carbono 14 practicada a los huesos encontrados, lo que lo que convierte al hallazgo en “el enterramiento humano más antiguo del País Vasco”, a juicio del profesor Álvaro Arrizabalaga. Arrizabalaga, profesor de la Universidad del País Vasco, aseguró a Efe que los hallazgos son más antiguos de lo esperado, y precisó que pese a que la prueba del Carbono 14 “no acierta al cien por cien”, otros análisis “del mismo nivel” efectuados sobre los huesos arrojaron resultados similares, lo que confirma que datan del Epipaleolítico o Mesolítico. Los restos, que se encontraban tapados por conchas y moluscos, un tipo de inhumación muy extendida en este período, fueron hallados entre los pasados meses de febrero y mayo y remitidos a la universidad holandesa de Groningen para la práctica de la prueba del Carbono. La Sociedad de Ciencias Aranzadi, que dirigió la excavación, localizó a cincuenta centímetros de la superficie diversos huesos de piernas y brazos, así como un molar, una falange y segmentos del cráneo de un individuo de unos 30 o 40 años. Junto al enterramiento se hallaron, igualmente, herramientas de sílex, trozos cerámicos, huesos de animales e incluso vértebras de peces, lo que podría ayudar a conocer las artes pesqueras propias este período prehistórico. Aranzadi advirtió el pasado mes de marzo de que la ubicación de Jaizkibel en una zona de paso entre Europa y la península Ibérica, así como el fácil acceso al mar y a los pastizales, permite ser optimistas de cara a la localización de nuevos vestigios. Hablemos, ya en territorio alavés, de la Cueva de Arrillor. Cueva de 150 metros de longitud ubicada al sureste del monte Gorbea. Pertenece al término municipal de Zigoitia (Álava) y la localidad más próxima es Murua. Situada a 740 metros a nivel del mar. La boca se abre en la cara noroeste del barranco colector de los Embalses del Gorbea y sobre la cueva del «Manantial de Sale el Agua». Abundan las formaciones litoquímicas. Posee otra pequeña boca en el barranco de Asunkorta. Hay yacimiento arqueológico explorado en julio de 1959 por Barandiarán, F. Medrano, Arbosa, Nolte y Santesteban. Se descubrió un raspador de cristal de roca, una lasca de silex, tres trozos de hueso, varias lascas, etcétera. La cueva de Arrillor contiene un amplio depósito sedimentario de más de 5 metros de profundidad. Su secuencia estratigráfica incluye diversas manifestaciones del Pleistoceno superior. A los datos paleoclimáticos referibles al Würm II, Würm III y Würm IV, hay que añadir aquellos relativos de las ocupaciones humanas que ilustran un elevado número de episodios culturales del Musteriense y, más marginalmente, del Magdaleniense. Algunas dataciones AMS sitúan de manera precisa los momentos de desarrollo pleno y avanzado de la fase atemperada de Hengelo y las primeras manifestaciones más frias del inmediato pleniglaciar neowürmiense. En cuanto al conjunto al aire libre de Murba, primero debemos saber qué es Murba y dónde se encuentra dentro de la provincia española de Álava. Se encuentra en el Condado de Treviño que, aunque está enclavado en la provincia española de Álava, pertenece a la provincia española de Burgos. Es un yacimiento al aire libre, cuyos restos se esparcen por las terrazas aluvionales, ya muy alteradas, del río Ayuda. Situado a 651 metros sobre el nivel del mar. El yacimiento fue descubierto en 1974, fecha en que se iniciaron las prospecciones sistemáticas y posteriormente se procedió a su excavación/sondeo estratigráfico entre 1975 y 1977 bajo la dirección de Amelia Baldeón. Es un yacimiento en posición secundaria. Los únicos restos son líticos. Se aprovecha la abundancia de sílex natural en la zona para la talla de útiles, principalmente para la preparación de núcleos, destacando los Levallois. El yacimiento tiene carácter de taller y se ha considerado Musteriense de Tradición Acheulense. Recientemente se ha publicado un estudio-memoria de la excavación así como un estudio geológico. En Navarra vamos a citar a Coscobilo y la Cueva de Abauntz. Emecemos con Coscobilo. En el blog de Mariano Sinues se lee: Explicamos lo que se sabe de la extraordinaria cueva de Coscobilo, habitada durante casi cien mil años y destruida hace setenta años para hacer una cantera. Hoy en día, Atapuerca es uno de los paradigmas españoles respecto a la Prehistoria. Un lugar lleno de cavidades habitadas durante casi millones de años, con descubrimientos de repercusión mundial. Coscobilo, a pequeña escala, pudo ser algo parecido para la prehistoria de una tierra rica en patrimonio como Navarra. En un entorno extraordinario, habitada en distintas fases a lo largo de al menos cien mil años. A pesar de su desgraciada destrucción hace casi setenta años, la información recuperada sigue siendo de gran interés. Destruida en los años cuarenta con motivo de de los desmontes de una cantera de cemento de Olazagutía, su valor como yacimiento fue descubierto por M. Ruiz de Gaona, que recuperó (él, y otros estudiosos como Barandiarán) materiales en la gravera resultante de la destrucción. El corredor natural del río Arakil ha sido desde la Prehistoria un punto de paso para fauna, cultura, y seres humanos. Siempre fue una vía de movimientos culturales y de población. Está flanqueado por las imponentes sierras de Aralar y Urbasa, zonas de actividad pastoril en la prehistoria, actividad asociable a la abundancia de monumentos megalíticos en ellas. Siguió siendo zona de paso en época romana (mansio de Aracaeli, en Huarte Araquil), probablemente recorrida por una vía romana. En la Edad Media formaba parte del primitivo Camino de Santiago (el Monasterio de Zamarze se superpone a los restos de esa mansio romana que hemos mencionado). La altiplanicie de Urbasa, con una altura media de unos 900 metros, es una plataforma plana en la que uno siente en muchos momentos la sensación de retroceder en el tiempo. Nunca tuvo poblados o villas. Sólo hay cabañas de pastores, ganado suelto, y un solitario palacio, hoy medio en ruinas. Apenas tiene cursos de agua, pero sí hay fuentes. Y, además de fauna, y cavidades, contaba con un recurso fundamental, a no más de cinco kilómetros de Coscobilo: canteras de sílex. Desde el Paleolítico Inferior, en lugares de Urbasa como Aranzudia, Bioiza o Mugarduia, se tallaba el sílex (y se siguió tallando para dientes de hoz, o para piedras de fusil, hasta casi el siglo XX). En el Paleolítico Superior (Magdaleniense), y en el Aziliense, uno de los abrigos de esta sierra, Portugain, fue habitado en periodos cortos. No hay muchos datos seguros sobre la cavidad de la Cueva de Coscobilo. Se sabe que era una cueva orientada hacia el Sur en el valle de la Burunda, cerca del río Arakil, en las laderas de la sierra de Aralar, a unos 540 metros sobre el nivel del mar. Se integra en un corredor natural rico en cavidades, con abundante agua, y con canteras de sílex cercanas. Controla el valle del curso encajado del Arakil, un punto geoestratégico de paso con una pequeña llanura junto al río que conecta dos grandes espacios abiertos. Por sus condiciones, este corredor sirvió necesariamente de tránsito a manadas de ungulados. Muchas ventajas para una pequeña comunidad prehistórica. Se habla de una cavidad de grandes dimensiones. Lo que parece claro es que sus condiciones de habitabilidad, y su ubicación, fueron lo suficientemente buenas como para que fuera utilizada reiteradas veces a lo largo de miles de años. Investigadores como I. Barandiarán remarcan la importancia (en el caso del Gravetiense) de Coscobilo como centro de distribución de la producción de útiles líticos en los "talleres" y canteras de sílex de la sierra de Urbasa (Mugarduia Notre y Sur y Arandazuia como ejemplos) y la relacionan con otros asentamientos cercanos al aire libre en el valle del Arakil, como Arya 70 y Pelbarte. Hay testimonios materiales de que la cueva albergó a temporadas, comunidades humanas del Paleolítico Medio y Superior: Musteriense de tradición acheulense, acaso Chatelperroniense, Gravetiense, Solutrense y, tal vez, Magdaleniense Superior y Final. Los restos de la cavidad cuentan también con abundantes evidencias paleontológicas del Pleistoceno. En parte resultantes de la caza y/o consumo de fauna por los habitantes de la cueva que debía en algunos casos vivir en el lugar, permiten identificar ejemplares de jabalí, ciervo, corzo, cabra montés, caballo, oso pardo, lobo, zorro; y de animales inconfundibles del Paleolítico, como: hipopótamo, rinoceronte (Rhinoceros tichorhinus o el Decicerohunus hemitoechus), leopardo (Felis pardus), bóvidos (Bos curvidens y Bison sp.), hiena, y oso de las cavernas. El sacerdote Máximo Ruiz de Gaona (1902-1971), investigó cavidades con fauna cuaternaria, para especializarse finalmente en microfauna eocénica. Miembro de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1941), fue agregado del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Sobre Coscobilo y su zona publicó muchas obras. Podemos citar, entre otras: "Sobre el Eoceno de Urbasa a lo largo de la carretera provincial de Olazagutía a Estella", "La funa principalmente nummulítica de la serie terciaria guipuzcoana", "Un yacimiento de mamíferos pleistocénicos en Olazagutía" (1941); "Noticias del hallazgo y destrucción del yacimiento paleolítico superior más importante de Navarra" (1952) o "Todavía algo sobre el yacimiento de Coscobilo (Olazagutía)" (1958). Afortunadamente, los tiempos han cambiado. Pero sigue siendo tema de reflexión la facilidad con la que el patrimonio cultural se convierte en un problema cuando se cruza la economía por medio. Pasamos, por último, al País Vasco francés. Abrigo de Olha. Recurro a Ignacio Barandiarán Maestu. Es un yacimiento prehistórico situado en Cambo, Laburdi. El Abrigo de Olha I está bajo un saliente de roca cerca de donde el arroyo de Olha confluye en el Nive. Descubierto en 1913 como yacimiento prehistórico por el investigador francés E. Passemard fue excavado en 1917 por él mismo. La importancia arqueológica del abrigo de Olha I radica sobre todo en la densidad de sus niveles del Musteriense (ricos en fauna y en industria lítica) y en lo que aportan al conocimiento de esa época en Euskal Herria (junto a Lezetxiki, Axlor e Isturitz) y, en general, en todo el Sudoeste europeo, entre cuyas estaciones importantes debe incluirse la de Olha. En sus colecciones, precisamente, tomó pie F. Bordes para la definición de una facies "regional" del Musteriense: el Vasconiense "con lascas Olha" trabajadas como hendedores. Junto a ellas son abundantísimas las industrias de piedra tallada propias del Paleolítico Medio: puntas musterienses, raederas, algunos bifaces, denticulados, etcétera. El lugar de Olha I conoció diversos hundimientos del techo-visera del abrigo, cuyos bloques se mezclaron con el relleno arqueológico que iban dejando quienes lo ocuparon en la Prehistoria. Es así cómo E. Passemard pudo diferenciar hasta tres sucesiones de hogares: hogares inferiores (subdivisible en cuatro estadios Fi4, Fi3, Fi2, Fi1), hogares medios y hogares superiores. Todo ello suma un depósito estratificado de cerca de cinco metros de potencia. Parece observarse en el rellano del abrigo de Olha I la posibilidad de agrupar los utensilios de industria humana y las muestras de fauna de mamíferos en dos conjuntos distintos. Los correspondientes a los niveles Fi4 y Fi3 presentan caracteres comunes que se diferencian bastante notablemente de los Fm y Fs: se presentan el reno y el mamut aquí, siendo sustituido el rinoceronte de Merck por el lanudo. Siendo los niveles Fi2 y Fi1 etapas "de transición" entre lo que en alguna ocasión se ha calificado como Musteriense "cálido" y Musteriense "frío" en Olha. La identificación cultural de los niveles del depósito del Musteriense en Olha no ofrece dificultad. Mientras que en los tres horizontes de hogares inferiores (Fi4, Fi3, Fi2) la caracterización debe hacerse a favor de la facies Vasconiense, los niveles Fm y Fs (y quizá, también, el Fi1) se asemejan a la facies Charentiense. Más en concreto -y según H. Delporte (en el año 1974)- se han de subrayar dos hechos esenciales: a) "que aparte las lascas Olha ('hendedores'), el stock musteriense no conoce a través de todo el depósito estratigráfico del abrigo sino variaciones menores"... y b) que el fenómeno de los hendedores parece muy bien delimitado en el tiempo: "aparece en Fi4, se desarrolla en Fi3, disminuye en Fi2 y desaparece en Fi 1 ". En el último cuarto del siglo pasado, según noticia recogida por Passemard, unos obreros que extraían piedra del sitio de Olha hallaron en el sitio huesos de caballo y algún cráneo humano. No se dio, lógicamente, valor alguno al descubrimiento, de forma que se perdieron aquellas evidencias que con probabilidad correspondían al yacimiento prehistórico y, acaso, al tipo humano de Neanderthal que lo ocupó. En cuanto al Abrigo de Olha II (no lejos de Olha I) ha sido excavado por Georges Laplace (un prehistoriador francés nacido el 13 de agosto de 1918 y fallecido el 21 de septiembre de 2004) en varias etapas, desde 1948 hasta finales de la década de los 70. En su estratigrafía se distinguen tres grandes etapas de depósito: la inferior, de gravera y canto rodado de base; la media, con industrias musterienses relativamente similares a las de Olha I (con hendedores del tipo Vasconiense) depositada en la primera parte de la glaciación de Würm; y la superior, también del Musteriense, con el ajuar propio de la época (puntas, raederas y denticuladas: que suponen casi el 90 % de todo el efectivo). En cuanto a Isturitz, y según ha escrito Julio Arrieta, para los investigadores Nicholas J. Conard, Maria Malina y Susanne C. Münzel, firmantes del artículo de 'Nature', hasta ahora «no existían pruebas convincentes de la existencia de instrumentos musicales anteriores a los 30.000 años», salvo quizá una de las flautas de Isturitz (País Vasco), cuya antigüedad exacta se desconoce porque «fue recuperada en una excavación pobremente documentada a principios del siglo XX». Para los tres expertos, el único instrumento comparable al publicado es, ahora, otra flauta de 19.000 años encontrada en Grubgraben, Austria. Pero resulta que los primeros humanos modernos que vivieron en lo que ahora es el suroeste de Alemania tenían una tradición musical desarrollada ya en los inicios del Paleolítico Superior, entre 35.000 y 40.000 años. Así lo demuestra una flauta fabricada en hueso encontrada en el yacimiento de Hohle Fels, excavado por un equipo de la Universidad de Tubinga y cuyo hallazgo se publica en la revista científica 'Nature'. Según los investigadores, se trata del instrumento musical más antiguo encontrado hasta ahora. Los orígenes de la música han sido muy discutidos por los prehistoriadores porque se trata de un arte que en muchos casos no deja restos físicos. No hay modo de documentar la aparición del canto y expresiones musicales como la percusión sobre estalactitas o huesos pueden no dejar evidencias reconocibles. Los instrumentos musicales más antiguos conocidos son silbatos y flautas realizadas en hueso (de los cuales se encontraron diversas muestras en la cueva de Isturitz) pero resulta que, una vez más y para conocimiento y disgusto de los incultos proetarras que se creían únicos en la Historia, la prehistoria del País Vasco tenía vasos comunicantes con la prehistoria del resto de la península Ibérica y de Europa occidental. La naturaleza de todos estos vestigios ha sido objeto de polémica científica. Así, se ha descubierto que algunos son de origen natural: los orificios que hacen que suenen cuando se sopla por un extremo son consecuencia de las mordeduras de carnívoros. En otros casos los agujeros son sin duda artificiales, pero se discute el uso de los artefactos. ¿Eran realmente instrumentos para hacer música o sólo se usaban como reclamos para atraer a las piezas de caza? Para sorpresa de los ignorantes e incrédulos proetarras, ahora resulta que sí, que el País Vasco estaba, ya en la Prehistoria, totalmente comunicado con las demás regiones de Iberia y Europa occidental y por eso el instrumento musical más antiguo del mundo no es la flauta de Isturitz sino una flauta hallada en Alemana, fabricada con un hueso de buitre y que tiene más de 35.000 añ¡os de edad. Para sorpresa de todos ñuede producir hasta siete notas distintas. Terminamos citando algo de Gaztarria. Sabemos que la Cueva de Gaztarria, donde se han descubierto utensilios de la época Musteriense, se encuentra en la Aquitania francesa (en Zuberoa para ser exactos) y existen varias rutas que pasan por allí. Por ejemplo, una muy interesante, por los bellos paisajes que se descubren en su recorrido, es la que parte dese Larraiñe primero al oeste hacia el río Ori, y luego volviendo otra vez a Larraiñe hacia el este hasta llegar a Otsogorrigaiana pasando por Gaztarria donde podemos detenernos a contemplar su cueva. Estoy seguro de que los proetarras desconocían estas bellas estampas del País Vasco francés porque de Geografía saben tan poco (por no decir nada) como de Historia y de política social. Volvemos textualmente a Álvaro Arrizabalaga Valbuena. Atendiendo a la ubicación de los sitios, resulta llamativa la selección de emplazamientos. Ninguna de las cavidades se sitúa en el mismo litoral (lo cual demuestra, tal como defiendo yo, que los neandertales eran nñomadas). Son los asentamientos al aire libre de Vizcaya, Guipúzcoa y Laburdi los más cercanos a la actual línea de costas. Por otro lado, las cuevas como Zerratu, Amalda y Olha (esta última más bien un conjutno de abrigos rupestres) ocupan una situación relativamente próxima al actual litoral, aunque al resguardo de sus circunstancias cambiables por la selección de sus emplazamientos (lo cual reafirma la idea de que eran nómadas). Finalmente, resulta llamativa la presencia de potentes señas musterienses en yacimientos inferiores; algunos de ellos jalonando la divisoria de aguas cantábrico-mediterráneas (demostración de que los prehistóricos vascos no eran exactamente vascos sino peninsulares en toda Iberia y se movían de región eni región, y de comarca en comarca porque no tenían patria vasca, como dicen los proetarras, ni ninguna otra clase de patria nacionalista sino "patrias chicas" totalmetne cambiantes). Son ejemplo de esto Arrillor, Axlor, Lazetxiki o Coscobilo por poner cuatro ejemplos bien conocidos e importantes. Lejos de apreciarse una cortapisa en los emplazamientos de cierta altitud (sobre el nivel del mar o sobre la cota del valle que dominan), como la que será frecuente durante el Paleolítico superior, detectamos ciertas preferencias por estas localizaciones, a veces con desfiladeros angostos (recordemos a Roncesvalles del cual hablaremos en su momento) o lugares escarpados, controlando rutas de tránsito y, quizás, cazadoras de animales ungulados. Esta vinculación creciente entre aprovisionamiento de recursos y utilización de asentamientos parece también bastante evidente en series como las de Urbasa (por ejemplo, Mugarduia Norte y Murba) vinculadas al aprovisonamiento de materias primas líticas en los vecinos afloramientos de sílex. El Musteriense ha sido definido, por algunos investigadores, como una cultura meseta. ¿Qué es una cultura meseta? Antes de definirlo como lo hace Arrizabalaga en relación con el País Vasco, vamos a ver cómo lo definimos en términos generales ya que siempre de lo general se extrae lo particular (para que se enteren los proetarras que piensan al revés de lo que se debe pensar porque ni pensar saben). Las cultura meseta es la que se viene desarrollando, desde la Prehistoria, en los altiplanos. Veamos qué dice Arrizabalaga: "su irrupción plantea un significativo avance material con respecto a las anteriores condiciones, pero los altibajos que conoce a lo largo de un dilatado período no pueden correlacionarse con el paso del tiempo; no se detectan variedades del Musteriense más antiguas o más recientes, de acuerdo a las condiciones más arcaicas o evolucionadas de sus conjuntos industriales". Ya hemos dado a entender (aunque los proetarras no lo entiendan porque les falta por completo el entendimiento) que, como producto del nomadismo de los neandertales en el País Vasco, hay diferencias significativas en cuanto al hábitat elegido y en la dispersión de los asentamientos por la geografía vasca; así que no existe un núcleo social concreto sino dispersiones muy tribales y diferentes las unas de las otras dentro del contexto social del área vascuence. No existe una unidad vasca como los proetarras quieren entender sin fundamento alguno sino que, por lo contrario, se va produciendo una ampliación de las dimensiones de los grupos humanos asentados en campamentos de rotación estacional. Por eso, el único sitio en que existen abundantes restos humanos durante el Paleolítico superior del País Vasco (es un error llamarlo todavía Euskal Herria pues esa palabra ya hemos dicho que se empleó muchísimos siglos más tarde) es el yacimiento de Isturitz que, por eso, quizás puede ser considerado el primer núcleo humano con caracteres de vascuences propiamente dicho. Terminemos hablando del Paleolítico superior en el País Vasco, tanto español como francés. Me parece suficiente y definitivo el artículo de Jesús Altuna publicado en hiru.com: El País Vasco está situado en una zona rica en yacimientos prehistóricos, en especial del Paleolítico Medio y Superior, como es la Región Cantábrica. Por otro lado, se encuentra en el corazón del área fundamental de creación artística parietal del Paleolítico superior, que es Aquitania, el Ariège y la Región Cantábrica. Hoy en día conocemos santuarios paleolíticos muy alejados de esta área, pero la zona mencionada sigue siendo, con mucho, la más rica y esplendorosa en estas manifestaciones. Ya desde sus comienzos el arte paleolítico tomó derroteros distintos, tales como la escultura, el grabado, el relieve, la pintura... Podemos distinguir, de entrada, dos vertientes claras, el arte mobiliar y el arte rupestre. El arte mobiliar realizado sobre objetos diversos de hueso, cuerno, plaquetas de piedra o cantos rodados, se limita a veces a dibujar representaciones no figurativas sobre instrumentos tales como azagayas o arpones. Otras veces las representaciones se realizan sobre objetos colgantes o sobre objetos no utilitarios, bien grabados sobre plaquetas de hueso o piedra, bien pequeñas esculturas de piedra, hueso, cuerno o marfil. El arte rupestre o parietal es el realizado sobre las paredes rocosas de las cavernas. Los medios más empleados para ello son la pintura y el grabado. Pero existen también relieves, si bien estos son más raros que los grabados y pinturas. Precisamente uno de los contados casos de bajorrelieve se da en la cueva de Isturitz, en el País Vasco. Nosotros nos fijaremos, en el presente trabajo, en el arte parietal. Queremos sin embargo citar aquí una obra importante referente al arte mobiliar paleolítico cantábrico. Es la de Ignacio Barandiarán (1973), que recoge todo lo que se conocía del mismo hasta la fecha de edición de la obra. Los hallazgos posteriores deben consultarse en las monografías correspondientes a yacimientos ya publicados posteriormente (Altuna y Apellániz 1978; Altuna, Baldeón y Mariezkurrena 1985; Barandiarán y Cava 1989. Centrados en el arte rupestre del País Vasco, se conocen hoy una docena de santuarios que contienen manifestaciones del mismo. Estos santuarios son los siguientes: Cueva de Venta Laperra (Carranza, Bizkaia) Este fue el primer hallazgo de arte rupestre en el País Vasco. Tuvo lugar en 1904 y fue L. Sierra quien descubrió una figura a la entrada de la caverna. Dos años más tarde H. Breuil descubrió cuatro figuras más (Alcalde del Río, Breuil y Sierra, 1911). Las figuras representan tres bisontes, a los que no se dibujó la cabeza, un oso completo, un bóvido poco definido y una serie de líneas indescifrables. Están realizadas mediante un grabado relativamente profundo en la roca. Su situación en la cueva distingue a este yacimiento de todos los demás. Las figuras están, en efecto, a la entrada de la cueva y pueden contemplarse a la luz del sol. El estilo de las mismas nos lleva a un período remoto del arte paleolítico, el realizado dentro del ciclo Auriñaco-perigordiense, con algunos paralelismos en la provincia próxima de Cantabria, concretamente en Hornos de la Peña. En este yacimiento además, apareció un hueso con un grabado de la parte posterior de un caballo, realizado mediante una técnica análoga y hallado en el nivel Auriñaciense. Cueva de Arenaza (San Pedro de Galdamiz, Bizkaia): en contraposición al santuario anterior la mayor parte de las figuras de Arenaza se encuentra en un pequeño recinto o cámara lateral de la cueva, de muy difícil acceso. Además de ellas hay algunas figuras más en la galería principal de la cueva, entre las que sobresale la de un uro (Apellániz 1982). Las figuras de la cámara son un conjunto de ciervas, la mayor parte de las cuales se encuentra en un estado muy malo de conservación. Están pintadas en rojo, mediante una técnica de punteado, similar a la utilizada en algunas cuevas de Cantabria, tal como Covalanas. Nada similar se conoce, hasta el presente, en el resto del País Vasco. Estas figuras muestran relaciones con el Estilo III de Leroi-Gourhan (1973) y pueden considerarse realizadas en una época que va desde el Solutrense final al Magdaleniense Inferior Cantábrico. Desgraciadamente la excavación del importante yacimiento que se encuentra a la entrada de la caverna, iniciada en 1972, no marcha al ritmo deseado y desconocemos los niveles Paleolíticos del mismo. Cueva de Santimamiñe (Kortezubi, Bizkaia): Esta cueva ha constituido el santuario emblemático del arte rupestre vasco el, hasta el descubrimiento de los importantes santuarios guipuzcoanos durant los años 60. El conjunto principal de figuras se encuentra también en una pequeña cámara a la que se llega hoy fácilmente mediante una escalera metálica, pero a la que era difícil acceder cuando se descubrieron las figuras en 1916. Esta cámara constituye un verdadero santuario y está precedida de una antecámara donde existen varios bisontes y caballos incompletos, además de una serie de rayas. El conjunto de figuras de Santimamiñe llega a casi al medio centenar. La especie más veces representada es el bisonte. Hay también dos caballos, un ciervo, un uro y un oso. Las figuras están en su mayoría pintadas en negro. Las grabadas son muy pocas. Desde el punto de vista del estilo y la técnica utilizados en esta cueva, hay una gran variedad. Hay figuras completas con un importante modelado interno, junto a simples siluetas. De ahí la dificultad que muestran Aranzadi, Barandiarán y Eguren (1925) a la hora de datar las figuras. En conjunto son asimilables al Estilo IV antiguo de Leroi-Gourhan, enclavables dentro del Magdaleniense Inferior Cantábrico. Aunque los niveles del Magdaleniense Superior-Final y del Solutrense están mejor representados en el yacimiento excavado a la entrada de la cueva, hay también en el mismo, según Ignacio Bariandarán (1967), claros indicios de Magdaleniense Inferior. Cueva de Altxerri (Aia, Gipuzkoa): Esta cueva encierra un numeroso conjunto de representaciones. Las figuras han sido distribuidas por José Manuel Barandiarán (1964) en 7 grupos, con más de un centenar de animales, dos antropomorfos y numerosos signos. El primer grupo, el más externo, se encuentra a 100 metros de la entrada de la cueva y contiene el grupo más numeroso de figuras. La mayor parte de ellas está grabada y representa bisontes, renos, cabras, zorros, peces, un ave y dos antropomorfos. En los demás grupos hay grabados y pinturas y añaden a las especies representadas, caballos, uros, ciervos, un sarrio y un serpentiforme. Las pinturas se han conservado mal. Las técnicas del grabado son variadas: fino, medio, profundo, múltiple, ancho y poco profundo, rayado, raspado, etcétera. Se utiliza para contornos, para modelado interno, para indicación de la abundancia de pelaje (¿rayado de pelaje? según Altuna y Apellániz 1976) y para preparación de la roca, eliminando el mantillo arcilloso que la recubre. El rayado de pelaje plasma un estilo expresionista en muchas de las figuras que lo llevan. La pintura es siempre negra. El conjunto pertenece al Estilo IV avanzado de Leroi-Gourhan y puede haber sido realizado en el Magdaleniense Medio o Superior-Final. La primera monografía del santuario se debe a José Manuel Barandiarán(1964). Cueva de Ekain (Deba, Gipuzkoa): La cueva tiene una galería principal de unos 120 metros de longitud, con algunas pocas ramificaciones. Excepto un pequeño grupo de figuras situado en una de estas ramificaciones, el resto se encuentra en la citada galería principal. La conservación del conjunto es muy buena, dado que las figuras se descubrieron el mismo día en que se descubrió la galería que las contiene. Las figuras fueron distribuidas en 5 grupos por Barandiarán y Altuna (1969). El primer grupo es el que se encuentra en una ramificación lateral de la galería principal y contiene una gran cabeza de caballo pintada a tinta plana, que parece anunciar que la cueva está dedicada a este animal, un ciervo y cierva grabados, un salmón y cuatro cabras pintadas. El grupo 2 se encuentra en la parte central de la galería principal y contiene el mayor número de representaciones. Es aquí donde se encuentra, en forma espectacular, el gran panel de caballos En una zona de tránsito de la galería, entre los grupos 2 y 4, en un techo bajo, se encuentra una pareja de osos. Los dos grupos finales contienen 7 caballos más y unas líneas grabadas de difícil interpretación. Domina en el conjunto la pintura sobre el grabado y dentro de aquélla, la negra sobre la roja. En casos se limita solamente al contorno del animal, pero es frecuente el modelado interno y la aplicación de tintas planas para indicar detalles morfológicos tales como crineras, líneas cruciales, línea lateral en M, cebraduras de las patas, diferencias de coloración entre dorso y vientre etcétera. Son frecuentes los casos en que se aprovechan contornos o fisuras de la roca soporte para realizar los animales. Las figuras encajan plenamente en el Estilo IV de Leroi-Gourhan, pudiendo pertenecer al Magdaleniense Superior-Final, bien representado en el yacimiento de la entrada de la cueva. En este nivel además apareció una plaqueta grabada con figuras animales (Altuna y Apellaniz, 1978). La cueva de Isturitz (Baja Navarra): La cueva de Isturitz, famosa por el extraordinario yacimiento que encierra y el conjunto magnífico de manifestaciones artísticas proporcionado por el mismo, en especial su nivel Magdaleniense Medio, contiene también figuras rupestres, distribuidas en varios pisos o galerías independientes del complejo kárstico. Así en la galería superior, o cueva de Isturiz propiamente dicha, hay varias figuras, que destacan por estar realizadas en bajorrelieve sobre roca, cosa excepcional en el arrte rupestre del Pirineo. Entre las figuras sobresale la de un reno. Hay media docena más, de atribución específica difícil. Aunque Breuil (1974) las consideró de época Solutrense o Magdaleniense antiguo, no parece que sean tan antiguas, a juzgar por su estilo. En la galería intermedia, denominada también Oxozelaia o Haristoi hay también otras representaciones, divididas en dos grupos. En el primero hay grabados de trazo muy fino, debido a la dureza de la roca soporte, y pinturas en negro. Representan cuatro caballos grabados y dos pintados, un bisonte pintado y una cierva grabada. Dentro del segundo conjunto, en el que hay una veintena de figuras según Larribau (1982), destaca un caballo completo en el que se han modelado, mediante grabado, una serie de detalles anatómicos, algunos de los cuales han sido interpretados como guarnición y como consecuencia, como caso de ¿domesticación?. Bien es verdad que, aunque las líneas estén correctamente interpretadas, no hay por qué ir más allá de una atadura en cautividad o un intento de doma. Por fin, en la galería inferior o cueva de Erberua, recientemente J. D. Larribau y sus colaboradores han descubierto una serie de galerías con nuevos conjuntos de pinturas y grabados, que superan el centenar de figuras. Dominan los caballos, si bien hay bisontes, ciervos, cabras y un oso. El estudio de este conjunto, de acceso muy difícil, lo debemos a Larribau y Prudhomme (1983). Cueva de Alkerdi (Urdax, Navarra): Esta pequeña cueva presenta dos conjuntos de grabados. Uno frente a la entrada y otro al fondo de una estrecha galería. Entre las contadas representaciones de estos conjuntos, destacan la de un bisonte, un ciervo y un probable caballo, todos ellos en el grupo del fondo. Ignacio Barandiarán (1974) atribuye estas figuras al Magdaleniense Inferior o Medio. Etxeberriko Karbia (Camou-Cihigue, Zuberoa): En esta cueva, en un lugar de difícil acceso, hay otro conjunto de figuras rupestres, consistente en una docena de caballos, dos bisontes, dos cabras y una serie de signos y puntuaciones rojas. La mayor parte de las figuras son siluetas, con algunos detalles morfológicos dentro de las mismas. Las hay dibujadas con arcilla. Laplace (1952), que las ha estudiado, apoyándose en Breuil, piensa que las pinturas rojas pertenecen al Auriñaciense, las pinturas con arcilla al Magdaleniense inicial y las pinturas negras a una fase intermedia. Para Leroi-Gourhan (1973) pertenecen al Estilo IV antiguo, Magdaleniense Inferior o Medio. Cuevas de Sasiziloaga y Sinhikole (Zuberoa): Cerca de Etxeberriko Karbi se encuentran las cuevas de Sasiziloaga o Xaxixiloaga y la de Sinhikole. En la primera hay dos figuras de bisonte y en la segunda dos bisontes incompletos, un caballo y unos signos de difícil interpretación. Uno de los bisontes aprovecha el contorno natural de la roca. En resumen, vemos que el País Vasco cuenta con manifestaciones artísticas Paleolíticas, que fueron realizadas durante todas las épocas en que tales manifestaciones tienen Iugar en Europa. Cuenta, en efecto, con una cueva (Venta Laperra), cuyas figuras situadas a la entrada de la misma, grabadas en un estilo paralelizable con el Estilo ll de Leroi-Gourhan, permite considerarlas de la época arcaica de este arte, es decir, realizadas durante el período Auriñaco-perigordiense, si bien es difícil precisar más dentro de este amplio período. Otros yacimientos, como Arenaza, con paralelos en Cantabria, han sido incluidos dentro del Estilo III del mismo autor, por lo que su realización tuvo lugar en una época que va desde el Solutrense Final hasta el Magdaleniense Inferior Cantábrico. A esta última fase parece pertenecer también el conjunto de Alkerdi, cuyos rasgos técnicos recuerdan a los empleados en el arte mueble de las cuevas cántabras del Castillo y Altamira, concretamente a las escápulas grabadas con cabezas de ciervas, que llevan un relleno de trazos en el cuello. Trazos análogos aparecen en el cuello del ciervo de Alkerdi. Por fin, la mayoría de los restantes yacimi, paralelizables al Estilo lV, parece que fueron realizados en épocas más avanzadas del Magdaleniense. Así Santimamiñe, Ekain, Atxerri y el complejo de Asturitz, con las galerías inferiores de Haristoi y Erberua. Desde el punto de vista de las técnicas utilizadas, se da el grabado (Venta Laperra) tanto profundo (Isturitz) como fino (Alkerdi), el rayado y raspado (Altxerri), la pintura en rojo unida al punteado o tamponado (Arenaza), la pintura en negro (en la mayoría) y la policromía (Ekain). Por otro lado, si el tiempo no respeta testimonios como la madera o las materias pétreas blandas, mucho menos lo hacen con otros aspectos culturales como el lenguaje, las costumbres, los rituales, el pensamiento, los mitos, la estética, la musicalidad... que en los aspectos de conducta grupal del Paleolítico superior (lo cromañones) sólo han dejado algo de ello cuando su práctica compuso algún signo o artículo material (como por ejemplo ciertos objetos duraderos) que, de ninguna manera, se puede pensar que fuese exclusivo de los euskeras (porque entonces no había esuskeras) para conocimiento de los ígnoros proetarras, sino que era común entre todos los cormañones de la península Ibérica y de Europa occidental. Es un absurdo pensar que los inventores de esos objetos fuesen los vascones que, entonces, todavía no existían como pueblo (y ya lo explicaremos cuando hablemos de los primeros pueblos que se formaron y se forjaron en el País Vasco. Un ejemplo excepcional (que tampoco es invento de los vascones sino de los cromañones) son las pequeñas flautas aparecidas en el yacimiento de Ituritz (de los cuales, dicho sea de paso, no se sabe todavía si son productos de la cultura gravetiense, de la cultura solutrense o de la cultura magdelaniense). Las flautas de Ituritz son un caso único europero y su colección es, al parecer, la más completa de todo el Paleolítico superior continental; lo cual significa que quizás formaban parte del ocio de los cromañones (no de los vascones sino de los cromañones) así como los inicios de las danzas actuales del País Vasco. Y aquí tendríamos que explicar lo que son los "chistularis" y los "dantzaris" pero lo haremos cuando llegue el momento más oportouno. Lo que sí vamos a exponer, a continuación, es el origen de las flautas. Se denomina flauta a un tipo de Instrumento musical aerófono de bisel. Por la sencillez de su construcción, puede que sea uno de los instrumentos más antiguos, pues con diversas formas se encuentra en todas las (por lo tanto no es de origen vasco). Consta de un tubo, generalmente de madera o metal (pero también de hueso, marfil, cristal, porcelana y actualmente plásticos o resinas, etcétera) con una serie de orificios y una boquilla, en el borde del cual (bisel) se produce el sonido: el aire puede llegar directamente de los labios del ejecutante (como en la flauta traversa o travesera, el bansuri de la India o el shakuhachi japonés), o introduciéndose antes en un canal enfocado al bisel (como en la flauta dulce). En algunas culturas también existen flautas que se tocan a través de la nariz. Abriendo o cerrando los orificios del cuerpo (tubo) del instrumento se cambia la longitud del aire vibrante dentro del tubo, definiendo así la altura del sonido. Los orificios se tapan en algunos casos directamente con la yema de los dedos, en otras con llaves. En su sentido más elemental, para producir una escala ascendente se descubren secuencialmente los agujeros del instrumento, desde el más alejado de la boquilla (o elemento productor del sonido) hasta el más cercano; para obtener sonidos de octavas superiores pueden utilizarse armónicos, en algunos casos con la ayuda de digitaciones cruzadas (en éstas la organización de los dedos de tapar/destapar agujeros puede parecer estar dispuesta de manera arbitraria). A pesar de que puede estar construida en madera o metal, la flauta se cataloga dentro de la familia de viento de madera, ya que el esquema de producción de sonido se mantiene inalterado; en los instrumentos de viento de madera, se produce el sonido mediante la vibración de una o varias cañas o secciones del instrumento (en el caso de la flauta, el bisel de la embocadura, o en la "boca" de las flautas dulces), mientras que en los instrumentos de viento de metal, son los labios los que vibran para producir sonidos, tipo trompeta. Para tocarla hay dos maneras de embocarla: de frente, en casi la mayoría de las flautas, y de lado, soplando por un orificio situado en el lateral, en la flauta travesera o traversa. El sonido de la flauta traversa era asociado con dioses. «Una nota de ésta es capaz de calmar al mundo», fue una de las frases más escuchadas durante la Edad Media. La flauta es el instrumento musical más antiguo que se conoce. De hecho, el instrumento musical más antiguo descubierto hasta ahora es una flauta de hueso con aproximadamente 43.000 años de antigüedad, encontrado en una cueva en el sur de Alemania (no en el País Vasco, para conocimiento de los proetarras, sino en Alemania). En el antiguo imperio chino existían algunos tipos de flautas: las flautas de Pau (si-siao), las flautas de bambú con orificios (siau) y unas flautas traveseras (chou). En las civilizaciones occidentales antiguas (por ejemplo Egipto, Israel, Grecia, Roma) ya existían unas flautas más evolucionadas: en Egipto, una flauta vertical, sin boquilla y con agujeros, que persiste actualmente, con el nombre de nay, o uffata. En Israel se usaban algunos instrumentos de la familia de las flautas, como el ougob (citado en la Biblia), una flauta simple (ugabo tedil) y el cuerno de carnero (alcachofar). En Grecia estaba el aulos, una flauta de doble caña con agujeros, cercano a un oboe. En el Imperio Romano se seguía utilizando el aulos, pero también se tiene constancia de el uso de otras flautas, bastante simples, como algunas que podrían servir de silbatos. En la Edad Media, la familia de las flautas se expandió, llegando a haber más de 200 tipos diferentes (entre ellas el llamado chistu en el País Vasco que, por lo tanto, surgió en la Edad Media pero no en la Prehistoria del Paleolítico superior como veremos a continuación). Las flautas más comunes eran la flauta traversa (una precursora bastante simple de el traverso barroco y de la flauta Boehm actual), el whistle -una flauta parecida a la dulce, muy usada en la música celta y la anglosajona, con un sonido sibilante (de hecho, whistle significa silbato, silbar)- , las flautas de cuerno (básicamente, cuernos, pero con agujeros y bisel) y las flautas dulces, las más importantes, con gran protagonismo hasta la llegada, más adelante, de la orquesta, ya que en ésta se buscan instrumentos más sonoros. En la Península Ibérica también existía la ajabeba, una flauta árabe, parecida al nay egipcio. De las flautas traversas no se conservan ningún ejemplar, pero se supone que eran de madera, con una abertura a modo de embocadura, 7 agujeros para los dedos y uno para el pulgar. Los whistle eran unos instrumentos muy similares a las flautas dulces, con 6 orificios normalmente (con uno para el pulgar) y hechos de metal, normalmente estaño (no en vano se encuentran también como tin whistle) Las flautas dulces eran las más comunes y numerosas (unas 140 según Crane, un investigador). Había varios tipos: sopranino, soprano, contralto, tenor, bajo y contrabajo, en orden de tesitura descendente. Estaban hechas de diversos materiales, como hueso, madera, caña, cerámica... La estructura más habitual es un tubo de una sola pieza, cilíndrico o ligeramente cónico, con embocadura, ventana (la ranura en la cabeza) 7 orificios para los dedos (el último doble) y otro para el pulgar. Éstas son una evolución de unos modelos también medievales, pero más primitivos, con 6 orificios y sin el del pulgar. Se supone que estos cambios fueron realizados para mejorar el tono y el rango, pero se cree que esto no se consiguió. Lo que sí se logró fue mejorar el sonido el la octava aguda, suavizándolo). Actualmente se conservan muy pocos especímenes de flautas dulces medievales enteras, la mayoría de las pocas que hay están fragmentadas. Un dato curioso es que muchas flautas dulces estaban hechas de madera de árboles frutales (boj, ciruelo...). Los instrumentos considerados flautas dulces están representados en muchas ilustraciones y grabados desde el siglo XI (por ejemplo en las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, , aunque éstos no son muy fiables, ya que podrían representar otro tipo de flautas similares, pero se cree que son dulces, ya que seguramente éstas pudieron ser reintroducidas en Europa occidental (principalmente Alemania) desde el Imperio Bizantino. Actualmente hay 2 flautas descubiertas con un valor organográfico incalculable: la flauta de "Dordrecht", encontrada en la localidad homónima (Holanda), flauta dulce soprano con un diapasón muy alto, propio del renacimiento (la3 460Hz, el actual es 440Hz), y la flauta de "Würzburg", descubierta en Würzburg, Alemania, aunque sólo se ha encontrado el tercio inferior. Posiblemente tuviera el extremo parcialmente cerrado, un rasgo de instrumentos marroquíes y de Oriente Próximo, que la dotaría de una sonoridad diferente a la de las flautas totalmente cilíndricas. Es sorprendente los parecidos que existen entre estos dos especímenes, observados en las reconstrucciones que se han llevado a cabo. El galoubet es una flauta de pico cilíndrica usada en varios países europeos. sólo tenía tres orificios (uno inferior) para su ejecución con la mano izquierda, mientras se toca el tamborín con la mano derecha. A finales de la Edad media ya surge un antecesor cercano al traverso barroco, ganando popularidad gracias a su tubo ancho, que permitía que la octava grave fuera más fácil de tocar y que el registro agudo estuviese menos limitado. Estos instrumentos (especialmente la flauta de pico) fueron usados en el medioevo en la música profana: el whistle en la música celta, la flauta traversa en una música profana más culta y formal (como demuestra la ilustración de las Cantigas de Santa María), y la flauta de pico principalmente por los juglares y trovadores. De ésto es de lo que se tienen más datos e ilustraciones. Por ejemplo, Folgore da San Gimignano, un poeta, en un texto escribe: "Gente costumata un e francesca la";que significa "Gente vestida al estilo francés cantar, danzar al estilo de provenzalesca cantando, bailando al estilo provenzal con istrumenti novi d'Alemagna con nuevos instrumentos de Alemania". Un investigador comenta que Folgore se refería al desarrollo de nuevos instrumentos de viento, que rara vez se habían visto en Italia antes, y que estaban siendo tocados en ese momento por músicos llegados del norte, y por otros que los emulaban. Existe también un texto francés del siglo XIII, relacionado con la leyenda de Tristán (caballero de la mesa redonda): "En sa main a pris un flagueil..." que signirica: "En su mano cogió una chirimía...". La chirimía es instrumento medieval parecido a una flauta de pico, pero con caña (un precursor del oboe)Guillaume de Machaut, en sus obras La Prise d'Alexandrie y Remède de Fortune, menciona varios tipos de flautas, entre ellas fretiau y flauta traversa. De esta forma hay muchos textos que mencionan el uso de la flauta en la Edad Media, en su totalidad música profana, en mayoría en un uso callejero, en mano de juglares, aunque también había músicos en la corte (por ejemplo) que usaban flautas. Hablemos del chistu vasco. ¿Cuándo nació el chistu vasco? No nace con la Prehistoria (cuyas flautas son cromañonas) sino en la Edad Media, como lo demostraré cuando llegue a ese tema) para que se vayan enterando los proetarras que desconocen cosas tan elementales que hasta los cahvales y chavalas de los colegios saben una vez que se les explica. Terminamos. A falta de enterramientos, lo que viene a reflejar el universo estético y del pensamiento, en el País Vasco de la Prehistoria, es la obra artística sobre tejidos, elementos de ajuar y enseres domésticos en cuero o madera (por ejemplo las fundas y los mangos) usando fibras animales o vegetales; de la cultura de los cromañones ibéricos y europeos por supuesto. Y en cuanto al arte rupestre (y con esto acabamos con el capítulo) la mayoría de los investigadores aseguran su inicio en el Paleolítico superior (con los grabados de diversos motivos animales fuertemente esquematizados como los que aparecieron en la Cueva Laperra al igual que en otras cuevas ibéricas y europeas) que no se saben, con certeza, si pertenecieron a la cultura del Auriñaciense o, más probablemente, durante la cultura del Gravetiense. Un poco más al oriente se encuentra la cueva de Arenaza, donde existen una docena de pinturas en rojo elaboradas con la técnica del estampado (que no inventaron los vascones) pero ya en el interior de esta gran cavidad, tratándose de figuras de ciervas y algún que otro uro, de la cultura gravetiense o solutrense (tampoco se puede afirmar con rotundidad si es de una o de otra cultura). Fin del capítulo del Paleolítico. Pasaremos al Mesolítico mientras dejamos pensar a los proetarras acerca de ese mito de la "raza pura vasca" que no es más que un mito como vamos a descubrir en su momento. Y como lo cortés no quita lo valiente, sigo afirmando que soy seguidor del Athletic Club, de Bilbao, y nunca he dejado de serlo.
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José Orero De Julián
javier castillo esteban
José Orero De Julián