"La salud psiquica depende, fundamentalmete, de que podamos desarrollar nuestra única e insustituble identidad, ese "sello" original e irrepetible que todo ser humano lleva consigo." (Licenciado Fabián Motta - Psicologo).
   
   La necesidad del "ser yo mismo" no está relacionada con el "ego" , sino con la autoestima, también con la autencidad de nuestra personalidad y la independencia económica y emocional en la toma de decisiones. Para esto es necesario adquirir la capacidad de auto-corrección frente a los errores, sin generar culpa por el error cometido. Esta es la única manera de que el ser humano se sienta pleno y logre conformar su verdadera identidad.
     
    Todos sabemos que en el mundo, del Siglo XXI, y porque no también en los anteriores, es imprescindible la competencia, en muchos aspectos, para poder salir adelante en los constantes desafíos que se nos presentan. Por eso, y sin llegar a los extremos, el competir es necesario para la propia autoevalución de nuestras capacidades. Pero el mayor desafío de la sociedad moderna es el no confundir competencia con "competitividad", un término que impone desde la dialéctica, la urgencia de ser "el primero" en todo lo que haga.
   
    No todas las personas viven según este paradigma, pero son las menos, y en muchos casos, quienes se "enganchan" en él, suelen ser personas que por algún conflicto emocional sufrido en su infancia no pudieron generar su propia indentidad.
    Como Numerologo y orientador, me ha tocado entrevistar a muchas personas que están pasando por muchos conflictos emocionales y existenciales, y el común denominador de estos conflictos es la falta de libertad. Se sienten condicionados a ser el "arquetipo" familiar, social o religioso en todos los aspectos de su vida. Esto lo define muy bien el Numerólogo y Consultor Psicológico Daniel J. Martinez: "Se trata de una libertad condicionada en cualquier ámbito, pero en todos los casos trae como concecuancia la infelicidad y la falta de plenitud en al alma de cada uno, que los lleva a la imposibilidad del ser si mismos. Y por consiguiente, ha traido como resultado la frustración, la desidia, la abulia, la inconscistencia en sus vidas, la falta del deseo, la idea del suicidio, la soledad del alma, la depresión, la enfermedad del cuerpo, en fin, la falta de plenitud.
   
   Este plantéo no se está refiriendo a la falta de libertad en cuanto a desempeñarse en lo cotidinano, está hablando de la falta de libertades ensenciales, la falta de libertad en la toma de decisiones en cuanto a su vida personal. Y esta falta de libertad proviene, ni más ni menos, que de los MANDATOS impuestos en su infancia y primera adolescencia. Si tomamos el Diccionario de la Real Academia Española, vemos que mandato singnifica: "Orden o precepto que el superior da a sus súbditos".
   Por eso voy a referirme a la defiinisión de la Psicóloga Graciela Susana Rodriguez con respecto a los mandatos: "Los mandatos son cantidad de "mensajes" que rigen nuestras vidas, muchos de los cuales nos acompañan desde siempre sin saber de dónde provienen. Nos condicionan, no frenan, a veces nos alientan, nos estimulan, otras nos confunden, y así, sin darnos cuenta, sumados los unos a los otros, van escribiendo nuestro argumento de vida (AV), nuestra "novela vincular". Son "verdades" sostenidas en el tiempo y nunca tamizadas por una pregunta que pueda refutarlas. Así se convierten en "verdades absolutas", incuestionables, que tienen caracter de universalidad, y forman parte del mito familiar que nos atraviesa, pués son trasmitidas. por la familia".
   Veamos algunos ejemplos de mandatos a lo que hace referencia esta Psicóloga: "Eres igual que tu padre". "Todos los hombres son iguales". "Debes ser una buena esposa". "Tienes que ser un/a excelente profesional". "La cabeza no te da para estudiar". "Las mujeres que disfrutan del sexo son putas". "Tu no puedes vivir tu propia vida". Etc., etc., etc.
   Como se puede ver, estos mandatos condicionan y hasta desprestigian, por lo que tal vez, muchos de nosostros, podríamos estar condicionados por ellos, siendo en nuestra vida "lo que aquellos querían que fueramos". La contracara de esta situación sería: "Solo através de una libertad responsable e incondicionada, podemos hallar nuestra propia verdad y ser auténticamente nosotros mismos" (Lic.Fabían Motta).
   Bien, ¿pero que sucede con otros mandatos que no son impuestos por la familia?. Me refiero a los "mandatos sociales". Al comienzo mencioné el tema de la "competitividad", que nos condiciona a tener que ser siempre "primeros en todo", pero existe otro que no es menos dañino: "el consumismo" , cuyo mensaje subliminal es: "tener para ser". Voy a tratar de explícitarlo, no hay nada de malo en tener cosas materiales, de hecho, son necesarias para la excistensia humana: Alimentación adecuada, vivienda confortable, vestimenta, educación, esparcimientos, un medio de transporte, etc. Entonces, el problema en si mismo, no está en las cosas, sino en querer encontrar nuestra identidad por medio de ellas, ya que esa identidad será perecedera y condicionada a los adelantos tecnológicos, que vertigininosamente van cambiando con el correr, ya no de los años, sino de los meses o los días.
    El conflicto se presenta cuando las personas caen en estados de desesperación y angustia al no poder acceder al último "grito de la moda". a la última y más reciente tecnología, porque sienten que al no poseer aquello que otros tienen, "no existen", no poseen identidad acorde con el mandato que impera en la sociedad y que lo plantea como una especie de camino hacia una dudosa felicidad, tratando de llenar un agujero que quizá no está "en los bolsillos", pero si en el Alma. Porque si esto se dá de esta manera, habría que plantearse: "Si todo lo que he conseguido con mi "querer tener" no ha sido producto de una codicia insana, corroida por un extraño mandato externo, que me hizo creer que en los supuestos logros obtenidos está la verdadera realización como persona". (Daniel J.Martinez) A esto le agrego: No confundamos, no es lo mismo "tener para ser yo", que "ser yo para tener".
     "Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional no son sino una señal que voy contra mis propias verdades. Hoy se que eso es la verdadera autenticidad". (Charles Chaplin)
 
   Jorge Biondini
Lic.en Numerología y 
Ciencias Metafísicas