El reloj de la media noche.
Publicado en Jun 18, 2015
He soñado noche tras noche el mismo sonido, un sonido apocalíptico para mi ser, mis oídos sangran, mis dientes rechinan de la desesperación que siento al no poder silenciar tan infernal ruido, el sueño que antes relajaba a un ser estresado, cansado de la rutina diaria y de los demonios que guarda en su interior hoy se ha vuelto una tortura, las horas que al dormir se transformaban en minutos dejaron de hacerlo, cada minuto se ha vuelto una hora, una hora un día, un día en un año y un año en una vida, la noche, refugio de tranquilidad, paz y calma me ha traicionado, se ha vuelto en contra mía, me ha aprisionado y no duda en tortúrame sin misericordia con tan espantoso ruido, siento como la sangre recorre mis oídos, me llena de rabia el ver como mi amada esposa disfruta de tan pacifico sueño, como es que no escucha tan infernal sonido que hace retumbar a la casa, cada noche ella muere, y al salir el sol revive, debe de ser la única explicación posible para que no haya tratado de arrancar de su cuerpo sus oídos, envidio su forma de soñar, envidio su tranquilidad al cerrar los ojos, sabe que al despertar mi sonrisa la recibirá, aun y cuando esta es una máscara que oculta el calvario por el cual cada noche atravieso, no puedo continuar así, la obscuridad me consume con cada segundo que transcurre, mis brazos son incapaces de obedecer mis órdenes, mis ojos rojos ya no se cierran mas, mi vocabulario se ha vuelto reducido a balbuceos, he ido desvaneciendo con el pasar de la noches, maldigo la noche en que escuche por primera vez a mi tortura, aun lo recuerdo, como olvidar el día en que te encuentras con el diablo y el único sonido que sale de su boca te atormenta por el resto de tu vida, el se presento ante mí de una forma muy peculiar, no como se lo imaginan, ante mí se postro en forma de un objeto, un objeto inofensivo, un tanto bello, bien construido, incapaz de resistirte a poseerlo, al momento en que mirabas su perfección te dabas cuenta de que tenía que ser tuyo, nunca antes había visto un reloj más impresionante como este, un reloj de salón forrado de caoba, manecillas negras, un cristal que reflejaba a mi persona, nunca he sido un experto en relojes pero estaba seguro de que lo que tenia era algo especial, no podía esperar el colgarlo en mi pared, solo tenía un defecto, las manecillas solo marcaban las 12:00, se podía escuchar como el segundero se movía pero este no lo hacía, no le di importancia, me dispuse a raparlo pero jamás lo hice, desde el momento en que mi mirada se fijo en el quede enamorado, solamente había sido capaz de amar dos veces en mi vida hasta ese momento, al igual que nunca antes había odiado tanto como a ese reloj, ese reloj saco lo mejor de mi así como lo peor, su constante sonar llego a ser un alivio así como una tortura para la cual nunca me prepare, paro ya estoy harto, ya no mas, esta noche mis oídos por fin podrán descansar, mis ojos podrán permanecer cerrados sin el miedo de abrirse, mi cuerpo caerá en un coma indefinido, la única manera de lograr esto es acabando con el causante de todos mis dolores, juro que antes de que salga el sol ese reloj no volverá a emitir ningún sonido, esposa mía, te prometo que mi sonrisa volverá a ser honesta, el hombre del que te enamoraste volverá, por ti, por nuestra hija que al igual que todo ángel descansa en una nube que la arrulla y mantiene su sueño sereno, te juro en silencio que ese reloj maldito no volverá a marcar las 12:00, su tiempo se detuvo antes de conocerme, esta noche acabare por completo con él.
Reuní todas mis fuerzas para poder levantarme y estar de pie, después de casi 2 meses sin dormir, el estar de pie y el caminar es tan pesado, es como cargar bolsas llenas de ladrillos que no puedes soltar, cada paso que doy es tan lento y tan pesado, fácilmente podría dejarme caer y permitir que el reloj gane, pero no lo hare, ese reloj me ha llevado a la locura, al grado de que estoy librando una guerra en contra de un reloj, así de loco estoy, se que sabe que voy tras él, no caerá sin antes dar pelea, me lanzara lo mejor y lo peor para intentar detenerme, pero no cederé, esto termina hoy, sin tregua y sin piedad. Aunque mi caminar es lento y pesado no tengo duda de que pronto llegare ante mí enemigo, he logrado salir del cuarto en que mi esposa y yo solíamos disfrutar por la noche, esa habitación que me daba placer se había vuelto una celda de castigo, juro que volverá hacer lo que en un principio fue, el reloj se encuentra en la planta baja, para ser más exacto en nuestra sala, mi habitación y la de mi hija se encuentra en el segundo piso, antes de llegar a las escaleras debo pasar por dos cuartos, una es la habitación de mi hija pequeña, no tiene ni un año de nacida, al enterarme de que ella venia en camino fui el hombre más feliz, jure a los cuatro vientos que te amaría sin importar que, aun no te tenía en mis brazos y ya te amaba, cuando mis ojos te contemplaron por primera vez me di cuenta de que hombre más afortunado nunca más existiría en la tierra, daría el mundo por verte sonreír, daría mi vida para que tus ojos jamás se empañaran de lagrimas, te ofrecí el paraíso a cambio de una simple cosa, que fueras feliz, solo me he enamorado dos veces y tú fuiste la segunda vez, abrí con cuidado la puerta de tu habitación para contemplar como dormías, si el calvario que hoy en día vivo es el precio que tengo que pagar para verte dormir así tan tranquila sin dudarlo lo pagaría, te doy un beso en la cabeza para que sepas cuanto te amo, papi volverá hacer quien era, te lo prometo, es extraño, ese beso se sintió como una despedida; la segunda habitación por la cual debo de pasar es un cuarto lleno de objetos sin valor, objetos que llegamos acodiciar pero que con el tiempo solo se volvieron un estorbo, un espacio vacío que llenar, la función básica de esos objetos hoy en día era acumular polvo, cada una de estas cosas tenía su historia, como por ejemplo esta lámpara, fue el primer regalo que recibimos mi esposa y yo cuando recién nos casamos, nos mudamos a un pequeño departamento, no teníamos grandes cosas, un refrigerador vacio, una pequeña parrilla eléctrica para cocinar sopa, muebles de jardín que simulaban una sala, nuestra vida como casados al principio fue difícil, yo tenía un empleo mal pagado y mediocre el cual odiaba, nunca pude darle la luna de miel que siempre había soñado mi esposa, le prometí un mundo imposible de alcanzar en esas fechas, pero cada mañana sin importar la realidad en la que vivíamos yo me aferraba a esos sueños que te prometí algún día entregaría a tus manos, si pude soportar esos sueños en mi espalda por tanto tiempo hasta hacerlos realidad, creo que puedo soportar este peso que llevo conmigo en este momento y llegar hacia donde se encuentra el reloj que me ha privado de ver las cosas con claridad, este cuarto no está lleno de cosas sin valor, está lleno de todo mi esfuerzo, de lo que soy capaz de conseguir, hoy no tengo sueños, ya no mas, ese reloj me despojo de ellos, una razón más para deshacerme de él, después de todo esto, este cuarto no será solo un salón de objetos sin valor, será mi nueva sala de trofeos; he atravesado los dos cuartos que me separaban de ese reloj maldito solo tengo que bajar las escaleras y ponerle fin a todo, escaleras que nunca antes me parecieron tan altas, bebe de ser el reloj que causa estas alucinaciones en mi cabeza, sabe que estoy cerca y nada me detendrá. Nunca me han gustado las escaleras, representan separación, para poder estar con alguien debes de superar esta separación y no es justo, de niño solía vivir en una casa de dos pisos, tenían estas escaleras grandes de madera, un día mientras mi mama cocinaba sufrió un accidente cocinando, se corto parte del pulgar izquierdo, ella grito pidiendo ayuda, yo me encontraba en la planta de arriba, al oírla fui lo más rápido corriendo hacia ella, no me di cuenta de que los cordones de mis zapatos estabas desatados, al bajar con apuros las escaleras pise los cordones de mis zapatos provocando que cayera por estas, no pude llegar al auxilio de mi madre, termine en el hospital con el brazo roto, de haber estado en una planta baja al caerme solo me hubiera golpeado pero hubiera sido capaz de levantarme e ir con mi madre, cuando me ofrecieron la casa en la actualmente vivo, mi primera preocupación fueron los escalones, no quería que algo igual le ocurriera a mi hija, debí negarme a aceptar esta casa y buscar otra con una sola planta, de haber hecho eso hoy no me encontraría en la situación en la me encuentro, peleando a muerte con un reloj; estos escalones se sienten frágiles, como si en algún momento se fueran a derribar sé que no pasara pero mi mente no ha descansado en tanto tiempo que aunque me repita “toda estará bien”, en el fondo se que no lo está, no hay mayor mentira que mentirse así mismo, doy cada paso con un inmenso cuidado, no quiero darle el lujo a ese maldito reloj de verme fracasar, con cada paso que doy hacia abajo siento que diera uno hacia arriba, siento que la he bajado y subido por horas, no me explicaba que ocurría, conforme la recorría miraba cada momento que me hizo llegar hasta aquí, desde el momento en que abrí por primera vez la puerta de esta casa y la bautice como el hogar que vería realizarse todos nuestros sueños, no solo la llenaríamos de muebles sino de amor y felicidad, cambie de trabajo, obtuve uno mejor pagado y con grandes oportunidades debido a esto pude comprar esta casa, la decoramos al gusto de mi esposa, nunca antes la vi sonreír como esos días, por un momento la mire a los ojos y pude ver cómo era feliz, sus sueños de tener una familia feliz se estaban volviendo realidad, no existía nada que nos pudiera frenar de nuestros anhelos, hasta que una noche, decidí quedarme a limpiar un poco más la casa, mande a mi esposa a descansar, quedaban unas cuantas cajas que guardar en el sótano, las tome y las lleve, al bajar y guardarlas note un objeto cubierto con una sábana blanca un tanto sucia, descubrí el objeto, era un reloj, un reloj que me pareció hermoso y quedaría perfecto en la sala y ahí lo coloque justo donde todos pudieran verlo, sus manecillas no se movían pero se podía oír su caminar con claridad un sonido que me pareció relajante al principio, el reloj solo marcaba las 12:00, después de eso me fui a dormir, aun en mi alcoba podía oír claramente el tik tak del reloj como si lo tuviera a un lado mío, como mencione este sonido me parecía relajante al principio, esa noche seria última en la que dormiría de nuevo, conforme las noches transcurrían y el tik tak del reloj se agudizaba con más fuerza haciendo incapaz de poder conciliar el sueño, la falta de sueño provoca que mi humor cambiara, siempre estaba irritado, me molestaba cada palabra que decía mi esposa, las horas del día se me hacían eternas al igual que las de la noche, mi rendimiento en el trabajo fue decayendo al grado de hoy me encuentro suspendido, un día olvide alimentar a mi hija no oía su llanto, lo único que podía oír era el tik tak del reloj, estuvo casi ocho horas sin comer, mi esposa se molesto en serio nunca antes la vi tan enojada como esa vez, recuerdo haberle dicho algo que en verdad la molesto pero no recuerdo cuales fueron esas palabras, después de eso el horrible sonido del reloj continuo con su castigo a mis oídos, horas después henos aquí, aun tratando de bajar las escaleras infinitas, pero un golpe me hizo despertar, no sé qué es lo que haya sido pero lo que si se es que ya no estaba en las escaleras, al fin había podido bajarlas, ya nada se interponía entre el reloj y mi persona, entre a la sala y ahí estaba, conforme me acercaba el ruido que emanaba del reloj se volvía más intenso, creí que mis tímpanos no soportarían tal estruendo, me acerque los más rápido posible a él, lo tome con mis manos y lo arroje lo mas fuerte al piso, comencé a patearlo lo más fuerte posible hasta que nada quedara de él, poco a poco el ruido se fue evaporando, por fin, silencio, me desplome al igual que mis ojos, había llegado el momento de dormir sin que nada me molestara, pero en eso, mis ojos se abrieron de manera inmediata al oír el grito de mi esposa, ¿dónde me encontraba?, ¿Cómo había llegado aquí?, lo último que recordaba era caer rendido al cansancio en la sala, pero ahora me encontraba en la habitación de hija, mis manos manchadas de rojo, mi esposa gritaba y lloraba inconsolablemente mientras abrazaba lo que parecía el reloj que acababa de destruir, ¿no sabía que apreciara tanto a ese infernal reloj?, me acerque a ella para consolarla y mire lo que tenía en sus brazos, no era un reloj lo que ella sujetaba con tanto ardor y desesperación, era el cuerpo de mi hija, mi habla se cerro, mis ojos no tardaron en comenzar a mostrar lagrimas, ¿Cómo había ocurrido esto?, hace solo unos minutos la mire y la bese, no comprendía nada de lo que estaba pasando, mi esposa gritaba ¿por qué lo hiciste?, no sabía a quién se refería, hasta que me miro a los ojos y vi como ese amor que alguna vez nos tuvimos se esfumo, mi memoria en blanco comenzó a pintar con fragmentos de recuerdos que me ayudaron a entender lo que había pasado, el día que encontré por primera vez el reloj fue el primer día que hija paso su primer noche en la casa, el horrible ruido, el tik tak infernal, no era más que el llanto de mi hija, el día que la deje sin comer y mi esposa se molesto conmigo yo le dije unas palabras que no recordaba hasta ahora, -”ojala nuestra hija nunca hubiera nacido, espero el día para deshacerme de ella”-, baje y subí las escaleras para convencerme de no hacer lo que iba hacer, entre al cuarto lleno de objetos sin valor para buscar algo que me ayudara a terminar con el ruido, al no encontrar nada decidí hacerlo todo con mis manos, abrí cuidadosamente la puerta del cuarto de mi hija para que mi esposa no pudiera escucharme, le dedique unas palabras en silencio, le di un beso, la tome entre mis brazos, y la azote lo más fuerte que pude contra el piso, comencé a patearla sin detenerme hasta silenciar su respiro, una vez que todo había terminado, me senté en el piso y al fin pude dormir hasta que escuche el grito de mi esposa, nunca existió un reloj, todo lo invente yo, con el fin de justificar mis actos, me maldigo en silencio por lo que hice, solo me queda una cosa por hacer ante todo este silencio que al fin he logrado conseguir, solo me queda dormir y soñar, dormir y soñar para siempre. Leonardo David Castañeda Valdez
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gabriel falconi