Casandra- 2da. parte
Publicado en Jun 29, 2015
-Cada uno de ustedes, creen que pueden ayudarnos, pero, se equivocan, ustedes no nos conocen, no saben quiénes somos, no saben lo que pasa por nuestras cabezas, si no saben, si no comprenden, como piensan que pueden ayudarnos, no tienen idea de por lo que pasamos. ¿Cómo un ciego, ayudar al que todo lo ha visto?
Hansel solo se limitó a callar, no supo que decir, tal vez no había entendido del todo la pregunta. Terminó su día y paso Martes y Miércoles, todo iba demasiado bien, nada podía afectar su bien sentir, no hasta que llegó el jueves por la mañana. Llegó nuevamente y en recepción no había nadie, se le hizo raro no ver a alguna de las señoritas que atendían con siempre, marcó su hora de llegada y después de llenar su taza con café, se dirigió a su oficina, no había terminado de subir las gradas cuando a lo alto de estas vio a un grupo de tres enfermeros correr de un pasillo a otro, no era común que estos se alarmaran tanto. Se apresuró a subir por las escaleras y fijó su mirada en el bulto de enfermeros que se formaba en una de las habitaciones, que sorpresa, era la 115. Unos espantosos gritos salían de allí, gritos femeninos. -¿Lesly, Que está pasando? -¿Hola doctor Paz, es la paciente 115, otra vez está haciendo alboroto. Hansel veía la escena y se dispuso a intervenir, dejó su taza y abrigo sobre una de las bancas y moviéndose entre los enfermeros logró entrar a la habitación y entonces lo vio, cinco enfermeros tratando de controlar a una mujer joven que seguía gritando: -¡No más, no más, calla, Cierra la maldita boca! Hansel pidió que le entregasen algún sedante y en segundos lo tuvo en la mano, ordenó que la calmasen y después de varios intentos lograron tomar su brazo entre de otro dos enfermeros colocar el sedante, aunque la joven continuó gritando, se dejó de sacudir poco a poco hasta que solamente calló. Hansel tomó un respiro cuando la vio tranquilizase y agradeció a los enfermeros mientras se retiraban. Se dirigió a Lesly: -¿Quién es esta chica? -Aquí esta su información, su nombre es Casandra De la Torre, lleva aquí unos meses. -¿y quién es el doctor a cargo? -No hay nadie a cargo de ella por ahora, el último que la trató se mudó del departamento por lo que dejó el hospital. -Y no la han asignado a nadie ¿Por qué? -Nadie ha querido quedarse a cargo, resulta que a traído muchos problemas y se ha vuelto insoportable para algunos, tanto que hemos tenido que remover a algunos enfermeros que la han terminado golpeando. -Pues bien, no veo por qué no, ponga su caso a mi nombre, yo la trataré de ahora en adelante. -señor está usted seguro, aún tiene a varios pacientes a su cargo. -Sí, pero también me ha quedado tiempo de sobra, no habrá problema. Le dio un último vistazo a la muchacha ya recostada en su cama y nuevamente sintió el frío de la habitación. Respiró fuertemente y tomando nuevamente su taza y abrigo se dirigió a su oficina ordenando por último que mantuvieran vigilada a la paciente. Ya en su oficina y sentado en su roja y acolchonada silla giratoria, revisó la información de la paciente: -Casandra de la Torre, 19 años, Pronóstico: Esquizofrenia. ¡Vaya esquizofrenia!, este es el caso que he estado esperando, tal vez con esta chica consiga el traslado que quiero.
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