GORDA MARIHUANERA VIII
Publicado en Jun 30, 2015
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Entramos a la casa, y ahí la vi…tirada sobre el sofá, en pedo. No recuerdo si alguna vez de las pocas que me la topé, la observé tan detenidamente como hoy. T era una mujer atractiva, FLACA, debe medir 1.55 y pesar 40 Kg (me siento sobre ella y la mato). Vestía un mini vestidito morado, que probablemente me entraba en una pierna. Extensiones rubias, pestañas postizas y unos zapatos más altos que el Everest. Me detuve a observarla y la muy desgraciada no llevaba ropa interior.
-Turco, esta mina está totalmente en pedo, dudo que se despierte. Mejor me voy, llamáme un móvil o dame plata, o lo que sea pero hacé algo.
-Sí, tenés razón Lola. Te pido disculpas. Vamos, te llevo a casa.
-Dale, prestáme el baño y nos vamos. 

Pero ¿quién carajo me manda a mí a entrar al baño?, ¡me cago en la reputísima madre que me parió! ¿No podía apretar un poco más?, ¿llegar a mi casa y mear tranquila?...Debí imaginarme que este forro iba a buscar la forma de que la mina se despierte. Nadie cuerdo puede soportar que lo caguen a piñas todos los días con o sin motivos y que de paso entren a su casa como si se tratase de un rancho sin dueño.
Mientras me lavaba las manos empecé a escuchar gritos, pero gritos dignos de una histeria en medio de una trifulca antes que empiece la segunda guerra mundial. Me aterré; entendí que realmente no tenía nada que estar haciendo en esa casa, en ese baño, con ese pibe que estaba igual o más loco que su ex. Puse las manos y el oído sobre la puerta del baño, pero no lograba distinguir ninguna palabra, solo gritos y golpes que se asemejaban al de patear mesas, sillas y probablemente las gambas del turco.
De pronto un golpazo a la puerta del baño, me sacudió:
-¡Salí de ahí perra!, ¡voy a romper todo si no me das la cara!
A mí no me asustaba para nada la petiza ésta, con una manoteadita la dejaba inconsciente. A mí lo que me jodía era estar metida en tremendo quilombo gratis, tener que estarme peleando por un tipo al que no veía hace siglos y que por cierto nunca me tocó ni con guantes. En eso aparece el pollerudo en cuestión, que a estas alturas pensé, estaba knock out en la sala:
-Lola, salí. Estoy en la puerta, tranquila. 
Abro, salgo como puedo, y me escondo atrás del susodicho.
-¿Por esta gorda me cambiaste?, ¿Por esta chancha me dejaste?
(Lo que me faltaba)
-T, tranquilizáte por favor. Dejá de insultar, por favor andáte de mi casa. Ya no estamos juntos entendélo, hace siete meses que esto se terminó. (Enfatiza, como para que yo confirme que nunca me mintió)
-¿Por qué se terminó? ¿Por quién? ¿Por esta gorda marihuanera? ¡Mirála! ¡Es una marihuanera! ¡Es una gorda asquerosa! ¡Parece un travesti, mirála Roberto!  
(Ah bueno, la frutilla del postre. Gorda te lo acepto, pero ¿marihuanera?, no, eso es totalmente nuevo para mí).
-Dejá de insultar te lo ruego. Por favor andá a tu casa. Nada tenés que hacer acá. 
La mina se subió sobre él y empezó a golpearlo a puños cerrados, con tal fuerza, que mínimo tenía encarnados a Damien,  Annabelle y a todo el apocalipsis.
Cuando me doy cuenta que los insultos no cesaban, y que lo que ella quería en realidad no era golpearlo a él, sino agarrarme a mí, decido reaccionar. Me alejo un poco de ambos y por fin abro la boca:
-Bueno, ya vendría siendo momento de que cerremos el orto. Y vos petiza, a ver…bajáte, hacéme el favor, tené un poco de dignidad o de última miedo porque si éste no fuera un pollerudo y fuera cualquier forro de esos que abundan, ya te hubiera dislocado la mandíbula de una piña, ¿lo entendés?
- Soltáme, Roberto, soltáme que la voy a matar.  
-Soltála Roberto (digo imitando su agudita voz)
Obviamente la suelta sin pensarlo dos veces. Éste idiota juró que yo iba a ser la vengadora de todo su maltrato sufrido. ¡JA!
-A ver petiza, ¿me querés pegar?, ¿estás segura? Mirá que yo no soy Roberto eh…soy una gorda falopera y así como me ves, no sabés lo bien que me vendría sacarle su reputísima a una enana tan maleducada como vos.
Empieza a llorar (obviedad).
-Mirá lo que me hacés Roberto, mirá como me humillas, yo te amo, ¿no te das cuenta? ¿Por estar con esta gorda no querés estar conmigo? ¿Te estás vengando porque me cogí a Juan? ¡Vos me indujiste a eso!
¡AH NO! No doy más, me acerco a ella y le digo con toda la calma del mundo:
-Mamu, escucháme, por favor. Yo no soy la gorda de tu Roberto, no soy la gorda por la que te dejó, yo soy Lola ¿te acordás?, nos conocíamos antes hacé memoria, soy la ex novia de M (¡la puta madre!). Yo no estoy con tu hombrecito, no estoy, ni estuve nunca. Nos vimos hoy, de casualidad después de un millón de años, vinimos acá a tomar un champán que me ofreció de onda. Sexo no iba a haber te juro, porque no me depilé, te muestro si querés. Tampoco estamos hablando de Hugh Grant. Calmáte petiza, conmigo no es el problema.
-¿Lola? Pero vos eras flaca…
(Me re cago en cien)
-Sí, y vos no estabas tan loca, pero bueno la vida es así. Todo cambia. Ahora que estamos todos calmados, los dejo, tortolitos y yo me voy a la mierda.
- ¡Te llevo! Arremete el mariconazo.
-¡La llevo yo! Grita la loca.
A estas alturas realmente me daba exactamente lo mismo con cuál de los dos enfermos mentales me iba a subir al auto, lo único que quería era llegar a casa.
-Dale petiza, dale. Lleváme pero calláte de una buena vez.
El turco no atinó a decir ni media palabra, no podía creer lo que estaba sucediendo y para ser honestos, yo tampoco.
 Camino a casa T renueva el discurso:
-Lola perdóname, no sé qué decir. Me muero de vergüenza.
-No digas nada, please. Solo metéle pata, que te juro que no doy más.   
-Yo no sabía que eras vos.
-A ver, gnomo…Si no hubiera sido yo, ¿cuál es el quilombo?, el tipo te repitió mil veces que no quiere nada con vos, te dijo que te vayas, que no te aguanta, que hace meses que se separaron. ¿Estás mal de la cabeza vos? Perdonáme, de onda te lo digo. Por solidarizarme un poco con mi género, ponéle.
Parquea el auto como puede y me abraza.
-Vos no entendés, seguro nunca te enamoraste. Yo lo amo. Yo no puedo vivir sin él. Necesito recuperarlo, soy capaz de matarlo, y matarme. No voy a soportar verlo con otra.
(Esta pobre mujer está peor de lo que me imaginaba)
-Estás muy borracha T, dejáme que yo manejo.
Sin poner nada de resistencia cambiamos de lado y a los dos minutos se durmió.
 Le mandé un mensaje al turco que decía textual: «Che, tu loquita se durmió, estoy manejando hacia mi casa. Alcanzála en un taxi, en un avión, buscáte un dron, o no sé qué carajo harás. Pero yo llego a mi casa y la dejo afuera, durmiendo con las llaves por dentro. No doy un minuto más. Bye».
Empecé a manejar, extrañada y horrorizada al ver cómo funciona la mente femenina. Esa fijación que tienen algunas pobres pibas con ciertos hombres a los que les importan un reverendo sorete. ¿Tendrá razón el gnomo al decir que yo “nunca me enamoré”?, porque honestamente yo preferiría pegarme un tiro en el ojo antes de protagonizar una escena de semejante taco. Entiendo que a veces te pelotudeas, “te enamorás” como dice T, y tu mundo se convierte en una novela de Corin Tellado, un poema de Mario Benedetti, una película de Julia Roberts. Pero, ¿qué se supone que tenés que hacer cuando se cagan y se limpian con tu corazón?, ¿cuando te hacen mierda, y descubrís que Corin Tellado, Benedetti y Julia Roberts son unos reverendos hijos de puta? Falacia pura.

Miré por el retrovisor y vi que me seguía un taxi en donde iba el turco. No podía creer cómo me alcanzó tan rápido, ¿estoy manejando como mi abuela?, y tampoco podía creer la cara de calzonudo que traía, ya no aguantaba más las ganas de vomitarle las extensiones a la petiza. Me hice la que no lo vi, traté de ir más rápido hasta que por fin llegué a casa, me bajé…puse las llaves sobre las manos de T, cerré todo y entré. Me quedé a espiar por la rendija y ahí llegó Robertito, con la camisa manchada de sangre, magullado como un durazno.
Abre el auto con su llave de repuesto y despierta a T. Ella le lanza un “mi amor, te amo”, y él la abraza mientras le responde “yo también”.  
 
Continuará... 
 
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Descripción

PARTE 8

Palabras Clave: Loca locura petiza Ex gorda show escndalo mierda marihuana

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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