DESPUS DE LA PATERA continuacin 13 PARTE
Publicado en Jul 02, 2015
Luego se coloca detrás de él para indicarle como lo tiene que hacer.
Después de unas cuantas instrucciones, Fernando ya tiene la idea de disparar. Pero el cuerpo de María está pegado al suyo. Quiere retenerlo un poco más. Sin moverse lo más mínimo dice. ¡Esta flecha está torcida! ¡Tú sí que estás torcido. Dispara! Fernando suelta la flecha, pero ésta ni siquiera se acerca a la calabaza. Alfonso tiene los ojos clavados en su hermano. Le conoce muy bien. Esa mirada brillante le cuenta que Fernando siente algo especial por María. Javi y los demás lo abuchean. ¡Ya dije que no acertaría! Fernando protesta. ¡La flecha está torcida! ¡Ya! dice Javi, Luego coge el arco dispara. La parte alta de la calabaza, sufre un desconchón enorme. ¡La has levantado la tapa de los sesos qué animal! dice Alicia con tal gracia, que hace reír a todos. Fernando no despega los ojos de María. Lucía también se ha dado cuenta. Mira a María y juraría que la mirada de su amiga también tiene algo especial. Llega la hora de la partida. Javi empieza a llorar y se pone muy nervioso. Grita que quiere marcharse con ellos. ¡Aquí estoy peor y me aburro, yo quiero ir al instituto! Todo es inútil. Sus padres le consuelan e intentan que comprenda que no puede ser. Todos tienen el corazón encogido, pero hay que ser fuertes. Si vuelve ahora sus amigos precisamente serán su perdición. No puede contra todos y desiste. Pero en su cabeza ronda una idea. Sus padres se van. Carmen no puede más. Llora y se echa la culpa de todo. Dios mío! debería haber cuidado más las amistades de Javi. No te atormentes cariño, le dice Alfonso. Esas cosas no son fáciles de detectar. Lo primero porque nunca esperas que eso te pase a ti. Y lo segundo porque no crees que nadie sea tan canalla como para hacer una cosa así. Ten paciencia mamá. La dice Lucía. Todo va a salir bien. Además, no seas “Masoca” tú no tienes la culpa de nada. El la casería todos están pendiente de Javi. Parece más tranquilo, pero a María no la gusta la mirada de Javi. Algo está tramando. Estaré muy atenta. Se dice. Alicia y José, están deshechos. Ya son mayores y estos tragos son muy duros. Todos se retiran a descansar. La primera guardia la hace Fernando. Después María. No ha pasado nada. ¡Falsa alarma ¡ se dice María . Han pasado dos semanas. Javi ha tenido alguna crisis, pero algo menos fuertes. Estas semanas sus padres no han venido. Todos creen que es lo más conveniente, el muchacho se pone más nervioso y solo piensa en irse con ellos. Todos saben para qué. Así que deciden que no vendrán en un tiempo. Fernando y María están librando una dura batalla, pero el muchacho se salvará. Pasa algún tiempo. Javi en una de sus crisis arremete contra María. Le tira un vaso y luego la llama “Negra de Mierda” El resultado es como poco asombroso. María, ni se inmuta. Pero su tío le suelta una sonora bofetada. Javi le mira con cara de asombro pero no dice nada. Ha pasado la crisis y Fernando habla con su sobrino. Está muy enfadado. ¡Le pides perdón ahora mismo. ¿Tú no te das cuenta de lo que está haciendo esa muchacha por ti? No tiene ninguna obligación, y está implicada de lleno en tu recuperación. Si no fuera por ella estarías en la clínica, en vez de aquí. La diferencia es grade. Javi agacha la cabeza y llora. Lo entiende y le pesa muchísimo. Él aprecia a María, y sabe lo que está haciendo por él pero no se controla. Le pediré perdón tío. Claro que si, pero yo no quería insultarla. En ese momento entra María. Lo ha escuchado todo. Javi se acerca. María perdóname. De verdad que no quería insultarte. No sabes como lo siento. Si lo sé. No pasa nada. ¿Desayunas conmigo? Le pregunta sujetándole por los hombros, como si no hubiese pasado nada. ¡Vale, qué buena eres! María le da un beso en la sien. Tú también Javi. Solo es que cuando te pones así no eres tú. Yo lo entiendo, no pienses más en ello ¿Vale? ¡Gracias Maria? Fernando ya no tiene dudas, está locamente enamorado de María. De esa crisis tampoco se vuelve a comentar más. Ha llegado el invierno. Javi, sigue recuperándose pero muy despacio. El sacerdote sube dos veces por semana. Habla mucho con José, se han hecho grandes amigos, ahora como hace frío José le recibe en la habitación. En una de esas visitas, el sacerdote ha descubierto a Maria. Le ha extrañado y se lo dice a José. José le pide que no diga nada, que haga como si no la ha visto, y por supuesto le pide que guarde el secreto. El anciano le pone al corriente de todo sobre María y la falta que les hace. No se preocupe José. Seré una tumba. Además me da mucha pena toda esa gente que se expone a todo por solucionar su vida. José queda tranquilo. María sabe que el sacerdote viene los lunes y los viernes. Así es que lo organiza todo para no dejarse ver. Alicia está más delgada si cabe, y José cada día ve menos. Un día se lo comenta al sacerdote. ¡Pero hombre, si ahora es facilísimo! Le dice el sacerdote. Bueno, ya veremos. De momento tenemos a bastante lío con lo del nieto. El invierno sigue su curso. Hoy ha empezado a nevar. María jamás ha visto este fenómeno. Esta asombrada. La parece maravilloso ver nevar. Poco a poco se va formando una capa blanca sobre el suelo que deja boquiabierta a María. Hace bastante frío, pero en el salón la chimenea arde dando ese calor que solo la leña ofrece. Después de unos días la nieve ha desaparecido dando paso a un suelo encharcado y frío. Está anocheciendo. A Javi hoy se le nota muy nervioso. Seguro que se nos avecina otra crisis. Piensa María, con resignación. Fernando también se ha dado cuenta, los dos siguen muy pendientes del muchacho. Tan pronto le ven mejor como empeora. Fernando ha decidido no mirar a María. Sabe que está enamorado, pero no quiere ningún compromiso, y tampoco es tan cruel como para proponerle nada. María no se merece que nadie la haga daño. Él no se lo hará ni desde luego consentirá que nadie se lo haga. Daría su vida por ella. Pero sabe que María tiene que vivir su vida. Es joven y muy bonita y algún día cuando tenga sus papeles en regla, querrá irse a buscar su vida en una ciudad, es muy lista y muy inteligente, puede llegar muy lejos en la vida si ella quiere. Lucha cada vez que ella está cerca. Es un sentimiento tan fuerte, que le es casi imposible apartarse de ella. Piensa que la muchacha no se da cuenta. No tiene ni idea de lo que María siente por él. María está enamorada de Fernando y lo sabe, pero también sabe que un día tendrá que marcharse, y él tiene aquí su sitio. Mientras tanto su mente imagina escenas propias que no tienen nada que envidiar a las mejores escenas románticas de cualquier novela rosa. Para ella solo es el mejor, solo Fernando tiene esos ojos tan dulces, ni la boca ni las manos, ni su corazón. Esta noche aparte de estar nervioso Javi tiene algo en la mirada que María sabe que no es normal. Le ha visto salir de la habitación de sus abuelos mientras estos estaban en la cocina. Juraría que escondía algo. Luego piensa. Serán cosas mías. Fernando hace la primera guardia. Pero María no puede dormir. Tiene la sensación de que algo está pasando. Coge un libro y se pone a leer. No sabe cuanto tiempo lleva leyendo cuando se detiene el tiempo. De pronto oye algo, agudiza el oído. Siente que Javi se mueve sigiloso por la habitación y abre un cajón. Ella ya se ha puesto en pie. Siente que la puerta de la habitación de Javi se abre con mucho cuidado. No sabe por qué, pero María siente un escalofrío. Luego piensa. Irá al baño. Oye unos pasos son tan suaves que solo el oído de María cansado de espiar los sonidos del bosque puede captar. Ahora los pasos ya sabe que no se dirigen al baño. Suena el penúltimo escalón de la escalera, siempre suena cuando lo pisan. María decide abrir la puerta de su habitación para mirar. Javi ya ha bajado las escaleras. ¿A dónde irá? ¡Dios mío Fernando se ha dormido! piensa. No puede llamarlo despertaría a Alicia y a José. Rápidamente decide seguirle. A lo mejor tiene hambre y va a la cocina. Desde la barandilla, María observa. Si entra en la cocina daré la vuelta y no me verá. Sin embargo Javi no se dirige a la cocina. Camina con paso rápido hacía la puerta de la calle. Se le nota muy nervioso, no acierta con la cerradura. María ya no aguanta mas y baja las escaleras de dos en dos. Javi ha logrado abrir la puerta y sale como una exhalación. María sale tras él y lo alcanza en el jardín. El coche de Fernando está junto a la puerta . Está claro que lo que Javi pretende es escapar en él. Maria le agarra fuertemente al tiempo que le pregunta ¿a dónde crees que vas? El muchacho se revuelve, casi no puede con él. La insulta y arma tal alboroto que ha despertado a todos. Fernando desde el corredor contempla la escena. No tarda en llegar ni un minuto. Sujeta al muchacho al tiempo que le pregunta. ¿Pero que pensabas hacer? ¡Irme con mi padre! Dice Javi intentando deshacerse de las manos de su tío. Desde la galería, José intenta ver la escena. Alicia ya está junto a ellos. Está aterrada. Fernando se ha dado cuenta que el muchacho esconde algo en la mano. Se la abre sin ningún miramiento. ¡Son la llaves de su coche! Busca a María con la mirada. La muchacha, está en el suelo. Tiene el pijama lleno de barro. Alicia está a su lado. Fernando ya con las llaves en su mano, ayuda a María a levantarse. Instintivamente, la abraza. María rompe a llorar, no sabe si es por los nervios o es de felicidad. Aquel abrazo es algo más que de protección. María se aparta y le mira a los ojos. Hay poca luz, pero para los dos es suficiente. ¡Ya pasó! Le dice Fernando mientras la abraza de nuevo. María no quiere que desaparezca esa sensación que siente. Espera un momento y luego se aparta de él. Mira su pijama, está llena de barro. Javi tiene barro hasta en las orejas. Se acerca hasta él, y sujetándole por un brazo con energía le dice. ¡No lo vuelvas hacer. Si no te juro que seré tu sombra, soy capaz de dormir contigo todas las noches, pero tú te curas! ¡Por mi madre! dice con rabia mientras besa sus dedos índice y pulgar, a modo de juramento. El muchacho no sabe que hacer. Esta asustadísimo. Cree que María la va a emprender a golpes con él. Como siempre se equivoca. Lo coge por un brazo y con una energía que no deja lugar a dudas dice. ¡A la ducha! Luego le da un empujón. Javi la mira sin rechistar. Se siente tan culpable que no se atreve ni a pedir perdón. Fernando camina detrás de él. ¡Mañana hablaremos tú y yo amiguito. Le dice. María se da cuenta que Alicia está temblando, parte por el frío, pero más por los nervios. La abraza por los hombros y la dice con ternura: vamos se va a poner enferma. Algunas veces María preferiría estar muerta. Esto es demasiado para mí. Si. Pero no volverá a pasar. Pasarán otras cosas y esta criatura acabará en la clínica o le que es peor en la cárcel. No diga eso. Mañana hablaremos con él. Fernando está con Javi en la cama. Ha decidido que de ahora en adelante dormirá con él todos las noches. No podrá escapar aunque para ello tenga que atarle. Si llega a coger el coche se mata, esa carretera no sirve para cualquiera. Es tortuosa y además ahora tiene algo de hielo. ¡El muy loco! piensa y sin decirle ni pío le suelta un coscorrón. Javi le mira sorprendido. ¡Tú a dormir! Le dice su tío. Alicia está fatal. Ha tenido que explicarle la verdad a José. El anciano ha roto en sollozos como si fuese un niño. Alicia no puede dormir. Son las seis de la mañana. Decide levantarse y preparar una tila. Ya en la cocina, mientras reposa la tila, piensa que no volverá a la cama, no tiene ni una pizca de sueño. Pondré la lavadora. Piensa. El pantalón de Javi está lleno de barro, por eso Fernando lo ha dejado en el suelo junto a la lavadora. Alicia lo coge. Está imposible, le quitará el barro primero, si no atascará la lavadora. Lo mete en el fregadero y comienza a frotarlo. En el bolso hay algo. No piensa siquiera que será. Mete la mano en el bolso para que lo que sea no entre en la lavadora. Cuando saca la mano del bolsillo y se da cuenta de la que es, la cara de Alicia se transforma en una máscara de terror. No puede creer lo que esta viendo. Los ojos y la boca están desmesuradamente abiertos. El color de su rostro ha desaparecido por completo. Se diría que es de mármol. Luego pestañea repetidas veces y cubre su boca con la mano que la queda libre. No puede creer lo que está viendo. En su mano derecha brilla un reloj pero esta despierta. Tan despierta que piensa que después de esto no volverá ha dormir jamás. Cae desplomada en una silla y se cubre el rostro con las manos. ¿Cómo es posible? Su querido nieto un ladrón. ¡Hasta donde se puede llegar Dios mío! Luego se dice. Seguro que pensaba escapar para venderlo y comprar la droga. ¡Dios mío como les digo yo esto a sus padres! Hablaré con Fernando. Si él lo cree conveniente se lo diremos. Está confusa. Al fin decide que reunirá a todos en el salón y pondrá las cosas claras. Luego hablará con los padres del muchacho. Son las siete de la mañana. Maria entra en la cocina. Alicia sigue en la misma silla. La tila esta completamente fría. Pregunta. ¿Se siente bien? No, me siento fatal. Quiero que Fernando y Javi bajen ahora mismo. Por favor Maria avísalos de mi parte yo llamaré a José. Nos reuniremos todos en el salón. En el rostro de la mujer se lee que algo grave ha ocurrido. Maria llama a la puerta de la habitación. Contesta Fernando. ¿Qué pasa qué hora es? Tu madre quiere que bajéis al salón ahora. Son las siete. El hombre se sobresalta. ¿Qué puede haber ocurrido para que su madre los reúna a estas horas? Mira a Javi está como un tronco. Le despierta y sin siquiera pasar por el baño bajan al salón. Alicia ayuda a José a vestirse y luego salen de la habitación. Ella todavía lleva la bata puesta. No se ha vestido. Se sientan todos. No saben lo que ha ocurrido, pero sí que es algo grave. Alicia está de pie frente a ellos seria y demacrada. En esos momentos María recuerda al padre Anselmo. Alicia tiene la misma expresión que el sacerdote el día que la dijo que le quedaba poco de vida. María piensa ¡Dios mío, no. Ahora no puede morirse! Sería demasiado dolor junto. José no lo soportaría. Fernando se temía cualquier cosa, pero no tenía ni idea que es lo que podía pasar. José todavía no sabía nada. Javi era el único que sabía lo que estaba pasando y no sabía donde mirar. Deseaba morirse allí mismo. Muy en el fondo tiene la esperanza de que se trate de otra cosa. Espera. Alicia rompe los pensamientos de todos. Os he reunido por que no quiero que quede ninguna duda sobre esto. Luego mira a Javi. Saca el reloj de oro del bolsillo y lo pone en la palma de su mano. Está de pie ante el muchacho y es la furia personificada. Luego con toda la calma que logra reunir pregunta a su nieto ¿Me puedes explicar que hacía este reloj de tu abuelo en el bolsillo de tu pantalón? La densidad de la escena es tremenda. Cada uno piensa diferente. Fernando da un paso hacia Javi. Su madre le detiene con un gesto de la mano. José está asustadísimo. ¿Cómo puede haber hecho eso su nieto? María por su parte siente una gran pena del muchacho. Qué mal lo debe de estar pasando. ¡Pobre Javi! Javi no contesta. No puede ni hablar, siente una vergüenza terrible, no levanta los ojos del suelo. Decide confesar. Pero la voz de María le hace levantar la vista. ¡Un momento. El reloj se lo ha regalado su abuelo! Mira a José pidiendo ayuda. Este dice. Si es cierto, se lo regalé el otro día. Javi cada vez está más asustado. ¿Por qué María dice esa mentira? y lo que es peor ¿Por qué su abuelo lo acepta? Alicia sabe que miente. Se dirige a Javi. ¿Tú qué dices a esto? Para sorpresa de todos. Javi mira de frente a los ojos de su abuela y dice: Tienes razón abuela. Yo lo robé. Pensaba comprar droga con el dinero que me dieran por él. Luego mira a su abuelo y a María. Gracias, pero no merezco lo que hacéis por mí. Llamaré a mis padres y les diré que me lleven a esa clínica. No quiero haceros más daño. Luego intenta marcharse. Su tío le mira con una pena infinita. Esto supera los limites, pero comprende que el muchacho esta dominado por la droga.
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Elvia Gonzalez
Mara Vallejo D.-
saludos
María