DESPUS DE LA PATERA continuacin 14 PARTE
Publicado en Jul 02, 2015
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 Un momento. Dice Fernando. ¿Tan mal te ves Javi? hay mucho cariño en esa pregunta. Javi sabe le quieren mucho, pero lo que no sabe es lo que puede hacer mañana. Es algo que no puede controlar.
Alicia se adelanta hacía su nieto.
No llames todavía a tus padres. Pensaremos tranquilos, luego decidiremos.
Javi se va con su tío. Está tan avergonzado que no levanta los ojos del suelo.
Su tío le pregunta. ¿De verdad quieres ir a la clínica? Allí estarás muy solo.
Ya lo sé tío, y no sé si lo soportaré. Pero aquí os estoy haciendo mucho daño. ¡Mira como está la abuela!
Su abuela está ahora en la cocina con María.
María esta pesarosa. sabe que no debería haber encubierto a Javi. Eso no es bueno para él.
Se acerca a Alicia y la dice. Lo siento no debí  hacerlo, pero no lo pensé, me daba tanta pena... Está hundido, pobre criatura.
Lo entiendo María. Esto nos está volviendo locos a todos.
José sigue en el salón. Daría con gusto lo que le queda de vida por poder borrar el recuerdo de esa noche.
Después de un desayuno rápido y silencioso, cada uno continúa con sus quehaceres.
Javi está atendiendo el ganado con su tío. Su abuela le dará más tarde unas clases como todos los días. Después hará un poco de deporte con María y más tarde leerá un libro a su abuelo.
Tiene un programa bastante apretado. Todos tratan de que se cumpla a rajatabla. No conviene que tenga mucho tiempo libre.
El muchacho hoy habla menos que de costumbre. Piensa en el detalle de María y de su abuelo. Piensa. Pobre abuelo, Con lo que él quiere a ese reloj.
Ha decidido que llamará a sus padres, les dirá la verdad y que ellos decidan lo que tienen que hacer con él.
Fernando tampoco habla mucho esa mañana. Piensa  en el incidente, pero también piensa en María.
Juraría que había amor en aquel abrazo inesperado. ¡Sí había mucho amor! El corazón de Fernando se acelera por momentos cuando piensa en ella.
los padres de Javi  vendrán esta tarde.
Javi los ha llamado sin que sus abuelos y su tío se enteren, sin embargo se lo ha dicho a María.
No les digas nada a los abuelos, quiero contarles personalmente a mis padres lo que he hecho. Le había dicho.
María le dice: Es un hermoso gesto por tu parte ¡Adelante! no diré ni pío. Luego le da un pellizquito en la mejilla.
Es un niño. Pero es honrado a pesar de todo. ¡Por  qué no reventarán todos los que traen la droga. Dios no debía  permitir esto.
Suena el viejo reloj del salón. Son las seis de la tarde pero ya es noche cerrada.
La chimenea chisporrotea alegre.
Fernando  está sentado enfrente de María.
Sus miradas se cruzan cada cierto tiempo. María  está azarada, desde el incidente del jardín,  tiene una extraña sensación, extraña pero agradable. Intenta no mirarle pero no lo consigue, sus ojos acaban siempre en el mismo sitio.
Por su parte Fernando ya no tiene dudas. Esa mirada no la ha visto nunca en María.
No sabe qué pensar ni qué hacer. Lo que si sabe es que le gusta. Le gusta mucho esa mirada. Juraría que María se está enamorando de él.
El ruido de un coche le saca de sus pensamientos.
Se miran interrogantes ¿Quién puede ser a estas horas? Dice Alicia.
Poco después ante la extrañeza de casi todos aparecen los padres de Javi.
Les he  llamado yo, aclara el muchacho. Luego corre hacía ellos y los abraza. No llora, parece haber madurado en cuestión de horas.
Les piden que le escuchen y les cuenta sin omitir detalle todo lo que ha pasado y el disgusto que le ha dado a todos.  También les pide que le ingresen, que no quiere causar mas problemas.
Sus padres tienen cara de espanto, pero también de pena y de cariño.
Javi a pesar de la droga es noble y se está convirtiendo en un hombre.
No lloran ni hacen espaviento algún, esperan a que Javi termine de hablar. Luego su madre le abraza en silencio mientras Alfonso pasea nervioso por todo el salón.
Nadie ha dicho ni una palabra. Esperan que hable Alfonso.
Bien hijo. Para esto se necesita casi un consejo de familia.
Luego se dirige a Fernando. ¿A ti que te parece? También mira a María. Esta no mueve ni un solo músculo de su cara, ni siquiera pestañea.
Alicia está observando a Javi. Está sereno pero ella sabe que necesita toda la ayuda del mundo. Ella ya ha hablado con José sobre lo de la clínica y los dos están de acuerdo.
Fernando no contesta.
La abuela habla por fin después de aquel silencio tan doloroso.
Tu padre y yo no queremos que se vaya. Estamos cansados, sí  pero si no lo vemos será peor. Nosotros opinamos que debe quedarse aquí.
María cruza una mirada rápida con Fernando y sonríe. Con eso queda claro lo que piensa.
Luego Fernando vuelve a mirar a María y dice. Nosotros también
opinamos lo mismo, Javi necesita algo más que una clínica, además creo que ha  aprendido una gran lección, dice volviendo a mirar a María.
Javi está llorando. Pero ahora su llanto es silencioso y hay un gran agradecimiento hacia todos en sus ojos.
Alfonso y Carmen también lloran en silencio. Carmen tiene abrazado a su hijo como para darle fuerza.
Alicia como siempre domina la situación.
Bien entonces se queda. No se hable más.
En los ojos de José hay una gran admiración hacía su esposa. Sigue siendo fuerte como una roca. Piensa.
Voy a preparar café dice María más contenta que unas castañuelas.
Con el café queda zanjado el asunto.
Alicia y Carmen la siguen hasta la cocina.
Escucha María, dice Carmen. Tú no tiene por qué soportar que te insulte y todo lo demás...
María no la deja terminar de hablar.  Yo puedo soportar eso y más. Luego con un cariño inmenso añade. ¡Yo le quiero mucho! Además también él lucha contra si mismo.
Carmen la mira asombrada. Gracias María. Te lo agradeceré toda la vida.
Alicia interviene en la conversación. Sin María nos sería imposible. Pero ella es tan fuerte...
Todos estamos en deuda con ella.
¡Vale, vale, me van hacer llorar! dice María con un total desenfado.
Las tres mujeres se abrazan. Hay mucho agradecimiento en ese abrazo.
María  siente que también ella forma parte de esa familia y con eso ya se considera pagada, si hay algo que pagar.
En el salón ya roto el hielo, no hay caras largas.
Javi sigue un poco cortado y José está muy triste pero los cuatro están jugando una partida de cartas.
De vuelta las mujeres al salón, Maria dice. Ha llegado el café. Luego añade con retintín mirando  a Javi ¡Y el Cola Cao!
Javi sonríe tímidamente. Pero sonríe y todos se lo agradecen.
Los pensamientos de todos son uno solo. ¡Hay que salvar a Javi!
Mientras toman el café un poco más relajados, Alfonso  advierte  el cruce de miradas entre Fernando y María. Todos menos José se han dado cuenta.
El anciano abandona la partida. Dice que le duele la cabeza. No es cierto, el problema es que no distingue casi ninguna carta.
Tengo que solucionar esto. Piensa , mientras se frota los ojos.
Después de cenar, los padres de Javi se despiden.
Está vez  Javi no llora ni suplica. Solo los abraza una y otra vez. Se van tan tristes...
El  cambio de Javi les ha gustado, pero no deja de ser triste.
Les vuelve abrazar mientras les dice: No os preocupéis. Me voy a portar bien.
Siempre dice eso, pero está vez sus padres tienen la esperanza de que sea cierto.
La vida sigue en la casería.
El sacerdote ha vuelto. José le cuenta todo, se ha convertido en su confidente. Con él se desahoga. Este le aconseja y le anima. Le dice que tenga paciencia. Estas cosas son difíciles pero con paciencia se logran vencer.¡Yo también voy a pedirle a Dios que le ayude!
A José le vienen bien estás visitas. Siempre logra animarle.
Ha pasado el tiempo y la primavera ya se nota en el jardín
Alicia está  mucho mejor. Javi más tranquilo, sigue habiendo crisis y sobresaltos, pero la mitad no se lo cuentan. tampoco se lo dicen a sus padres. La realidad solo la saben Fernando,  María, y Lucía.
Sigue habiendo miradas enamoradas entre Fernando y María. Alicia no se da por enterada, pero es demasiado inteligente como para no darse cuenta.  Javi también se ha dado cuenta, pero no comenta nada. Solo pide a Dios que sean verdad sus sospechas.
Lo mismo que Alicia piensa que sería demasiado bonito que María se casara con Fernando. Además Javi piensa que su tío es muy viejo para María.
Alicia sin embargo piensa que la edad no es inconveniente. Pero sería demasiada suerte. A ella siempre la ha preocupado que sería de Fernando cuando ellos faltasen. Ya le habían animado para que buscara una chica y se casara. No querían que se convirtiera en un solterón.
La respuesta de su hijo era siempre la misma. ¡aún hay tiempo no te preocupes! Pero Alicia se preocupaba. Alfonso ya no tendría más hijos y ella tenía ganas de un nieto pequeño al que poder achuchar. A este paso no lo consigo. Había pensado.
Sabía que era egoísta porque si María se casara con Fernando no la perdería tampoco a ella.
Alicia sabía que algún día arreglaría los papeles y se iría y tomaría otro modo de vida. Era lo justo. Pero no quería perderla, le tenía verdadero cariño, claro que se lo había ganado a pulso.
María se sentía querida y eso para ella era muy importante.
Con mucho esfuerzo y paciencia, el sacerdote había logrado convencer a José para que hablase con su familia y para arreglar lo de la operación.
Le cuesta mucho pero al fin con la ayuda del sacerdote, habla con su familia y decide que se operará.
Todos están muy contentos con esa decisió, será a principios del verano.
Alicia no tiene mucha confianza, teme que se vuelva atrás  en su decisión, pero hay que esperar.
Lucía  y María se han hecho grandes amigas.
Lucía también se ha dado cuenta de la forma que mira su tío a María. Sabe que no tiene remedio. Está enamorado, seguro.
No sabe los sentimientos de María, pero opina que la muchacha nombra demasiadas veces a Fernando, un día se lo pregunto, piensa Lucí.
Pasa el tiempo. Alicia esta feliz. Ve como las miradas entre los dos son cada vez mas frecuentes y más largas. ¡Ojalá sea verdad! se dice.
El jardín esta precioso. Los manzanos  cuajados de flores blancas, parecen de fábula. Hay rosas blancas por todas partes, pero este año también hay rosas rojas.
Fernando ha traído varios rosales casi floridos con un gran cepellón que se ha acomodado perfectamente al suelo del jardín.
Eso ha significado para Alicia una gran alegría. Sabe lo que significa. A María la encanta el color rojo.
En una de las visitas a la casería, Lucía se da cuenta del  detalle.
Pregunta con intención. ¿ Quién ha plantado rosas rojas?
Tu tío, dice Alicia apuntándole con el dedo.
Lucía se rasca la cabeza en un gesto simpático, mientras mira a su tío y dice: ¡huí, huí, huí tío!
Este echa a correr detrás de ella y le da un buen tirón del pelo.
Ella le dice: ¡Pero tío si te has puesto rojo. Tú estás muy mal!
¡Anda que como te pille tú si que vas a estar mal!
Después desaparece hacia las cuadras.  Una vaca esta a punto de parir. Javi le dice: Espera tío voy contigo.
Los dos van camino de las cuadras. Lucía sonríe. Su abuela se da cuenta, intercambian una mirada cómplice. Las dos piensan. ¡Ojalá!
Luego Alicia pregunta. ¿Tu crees...?
¡Yo creo, abuela, yo creo!
Ríen felices.
Mañana operan a José. Está muy nervioso y de mal humor. Si pudiese se volvería atrás pero no hay escapatoria posible. Así es que no dice ni pío.
El sacerdote ha estado por la tarde y le ha animado bastante,pero sigue teniendo miedo.
Entra Javi. esta muy alborotado. ¡La vaca está pariendo pero no puede! dice. es una ternero muy grande  y hay que ponerle un aparato, pero los dos solos no podemos. ¿Dónde está María?
Alicia le contesta está planchando ¿Qué pasa?
Que la vaca no puede parir. ¡María! Llama Javi alborotado al máximo.
María sale asustada del cuarto. ¡Pero qué pasa, qué es esté alboroto.
Que la vaca está echando el ternero y no pued, dice Fernando que nos ayudes.
Maria mira asustada hacía Alicia. No quiere ir, las bacas la dan pánico.
Alicia se encoge de hombros y sonríe.
María sabe que no hay escapatoria.
Se santigua y salen corriendo hacía las cuadras.
En el fondo es una niña. Piensa Alicia.
La cuadra iluminada. El animal en el suelo, se queja.
Fernando está sudando a mares. No logra poner las cuerdas en las patas del pobre animal, que lucha desesperadamente por salir.
Si logro ponérselos, será muy fácil. Les dice Fernando.
Maria con espanto mira la escena. La pobre vaca se queja sin cesar.
A ella le da repelús acercarse al animal.
Fernando la dice: tú tienes mucha fuerza, ocúpate del aparato. Cuando yo te avise, haces  dar vueltas a este volante, así.
María piensa con alivio. Si es solo eso...
El aparato es largo y la vaca está un poco lejos de la muchacha.
Fernando logra al fin colocar los brazaletes en las patas del animal, luego los coloca en una especie de ganchos sujetos al aparato. Luego mira a Javi, tú ayuda a María. lo va a necesitar.
No dejéis que los cables se aflojen.
Fernando da la orden: ¡Ahora!
María y Javi hacen girar la rueda. Los cables chirrían. Cuesta mucho mantenerlos tensos.
El esfuerzo es grande. Javi suda mucho Maria tiene más fuerza pero cuesta mucho dominar el volante, pero lo consiguen.
Fernando ayuda tirando de las patas del animal  es un esfuerzo terrible para el animal y para ellos.
Al fin salen las patas delanteras, luego la cabeza, después el cuerpo sale fácilmente. Fernando lo sujeta, es muy grande.
Lo pone en el suelo y se deja caer junto a una alpaca de hierba.
¡Puf, esta es una de las veces que me alegro de no haber nacido hembra!
¿Las otras veces no?  pregunta Javi.
Me gusta ser hombre. somos más fuertes.
¡Jajajá! dice su sobrino. A que tú no habrías aguantado eso. Le dice apuntando hacía la sufrida vaca que ya aguanta unos fuertes tirones de sus ubres. El ternero  quiere comer.
No, estoy seguro que no. Los dos ríen a carcajadas.
Les extraña que María no haya dicho nada. No se han dado cuenta, pero María ahora está al lado del ternero. El miedo a la vaca ha desaparecido. Con ternura limpia el cuerpo del ternero que lucha por tenerse en pie.
María está ajena a todo, toda su atención está puesta en aquel animal. La vaca sigue tirada en el suelo cubierto de paja.
María se vuelve hacía ellos: Mira Fernando no puede andar. ¡Pobre animalito!
Fernándo mira aquella mujer, tan fuerte en algunas ocasiones y tan sensible en otras.
Muestra tanta ternura con el animalito, que Fernando siente verdadera envidia de él.
Desea sujetarla en sus brazos y besarla y abrazarla sin fin.
Si Javi no hubiese estado allí, eso sería lo que habría ocurrido.
Rompiendo sus pensamientos le dice: No te preocupes está bien.
Enseguida correteará por toda la cuadra.
Ven siéntate aquí con nosotros, veras como tengo razón.
Se sienta pero no aparta la mirada del ternero. Se sienta junto a Javi, y le sonríe.
Ahora Fernando también siente envidia de Javi.
 Han pasado solo unos minutos cuando el ternero se vuelve a levantar y va  seguro a reclamar sus derechos.
La muchacha grita ¡Bien!
Parece una chiquilla. Está feliz. tiene una cara preciosa, entre alegría y ternura.
Fernando se la comería a besos.
Se levanta y acopla al animal en su sitio de costumbre.
Todo sigue su curso.
Se lavan los tres en una especie de fregadero , y Fernando se quita la funda que protegía su ropa.
María lo encuentra guapísimo. Lleva unos vaqueros con la clásica camisa de cuadros. Da la casualidad que es igual que la de María.
Javi llama “copion” a su tío y este amenaza con atarlo a un pesebre si no deja de meterse  con él.
A pesar de los apuros que han pasado ahora se sienten muy felices.
Bueno dice Fernando. Ahora vamos a cenar.
Salen de la cuadra. Hace frío, María sube el cuello de la camisa.¡Huí que frío!
Ya están cerca de la casa. Javi echa a correr. Quiere ser él el primero en contarlo todo. María camina de prisa, un poco  más atrás Fernando la sigue.
Javi ha entrado en la casa como un tiro. Solo a cuatro metros María y Fernando ya caminan a la misma altura.
La puerta de la casa se ha cerrado detrás de Javi.
De pronto como movido por un resorte, Fernando sujeta a Maria con fuerza y la atrae hacía él. Luego sin ninguna explicación la abraza. María levanta la cabeza y unos ardientes labios abrasan su boca.
No saben lo que hacen. Pero Maria reacciona y se escapa de sus brazos.
Está asustada, muy asustada, pera muy feliz. Algo que nunca ha sentido recorre todo su cuerpo y llega a la garganta.
Entra a la casa corriendo.
Alicia la mira extrañada ¿Te pasa algo? le pregunta.
¡Nada, nada! Dice María frenando su frenética carrera.
Está apuradísima.
Fernando tarda unos minutos en entrar. Está sentado en el porche.
¡Dios mío, la he asustado, pero ha sido más fuerte que yo!
¡No sabe besar, pero su cuerpo se ha estremecido, estoy seguro!
Estoy loco, debería haberme controlado, pero me ha sido imposible, es tan bonita y tan especial... Jamás en mi vida he querido así a nadie.
Tengo que entrar.
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Palabras Clave: INTRIGAS CARIO SOSPECHAS

Categoría: Cuentos & Historias

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Comentarios (3)add comment
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Elvia Gonzalez

es el momento afloran los sentimientos, todos sensibilizados por javi, y el amor mete su cola en este capitulo, bueno me gusto
Responder
July 04, 2015
 

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

Debo disculparme por no haber leìdo desde el inicio
Tratarè
Saludos
Responder
July 02, 2015
 

Mara Vallejo D.-

El amor reluce en medio de tantas situaciones tristes. Interesante!
Responder
July 02, 2015
 

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