DESPUS DE LA PATERA continuacin 15
Publicado en Jul 09, 2015
Espera que nadie se de cuenta. No sabe como va a reaccionar María, pero aceptará lo que sea.
María esta en el salón con los demás. Javi explica con toda clase de detalles el parto. María parece escuchar al muchacho, pero no tiene ni idea de lo que Javi habla. Éste de vez en cuando pregunta ¿A qué sí María? María responde como un autómata. Sí, sí. Pero nada más. Su cabeza está en otra parte. Ha visto entrar a Fernando, pero no la ha mirado, ni a ella ni a nadie. Solo ha dicho. ¡Hola! y ha pasado de largo hacía la escalera que lleva al piso de arriba. Está en el corredor ensimismado. ¿Cómo es posible? Nadie la ha besado, es un diamante en bruto. Él sabe que nunca ha querido a nadie así. Es un amor sano y dulce. Querer y que le quiera esa criatura es lo que más quisiera en ese momento. Ahora sabe que él la amará toda su vida Recuerda ese cuerpo pegado al suyo y le dan ganas de gritar a la noche. ¡La quiero! Tengo que tranquilizarme. No sé ni como, pero así no puedo mirar a mis padres ni a ella. ¡Dios mío, ella! Se mete en la ducha, luego se pone ropa limpia, respira hondo y baja. La cena está servida. Se sienta a la mesa. No quiere mirar a Maria, pero es imposible. Los ojos de la muchacha tienen una expresión, mezcla de amor ternura y reproche. Un cóctel que a Fernando le resulta muy peligroso. Maria en los ojos de Fernando solo ve amor. No se ha dado cuenta pero le ha sonreído. José está mirando a María. si pudiese ver, lo tendría muy claro. María está enamorada, muy enamorada. Esa noche como cualquier otra noche se sigue el ritual con las guardias para vigilar a Javi. Fernando no ha dormido en toda la noche. María por su parte ha recordado la escena una y otra vez y feliz se ha quedado dormida. Por la mañana José se despide de María y de Javi. Fernando y Alicia le acompañan. Tiene un miedo espantoso y lo confiesa. Todos le animan, pero la verdad no sirve mucho. Maria le dice: Cuando vuelva a entrar por esa puerta, ya habrá pasado todo y será muy feliz. ¡Dios te oiga! Había dicho el anciano. Portaos bien dice Fernando a María y a Javi. No se atreve a quedar a solas con María, pero Javi sale con su abuela y ellos sin remedio se quedan solos. Fernando se vuelve hacia ella y murmura ¡Te quiero! Lo ha dicho muy bajito, pero María lo ha oído perfectamente. Sus labios no han dicho te quiero pero sus ojos sí. Fernando se sienta tan feliz que no desea nada más. La muchacha sujeta fuertemente su pecho con las manos. Su corazón está a punto de explotar. Entre Javi y ella se encargan de las tareas de la casa. Luego María ha pedido a Javi que la acompañe a las cuadras. Quiere ver al ternero. ¡Es tan bonito! Javi se porta muy bien y come estupendamente. Está mejorando mucho. Sus padres están muy contentos. Han llamado por teléfono para decirles que por la tarde operarán a José. Los abuelos se van a quedar allí algunos días por si se complica algo. Le recuerda a Javi que se debe portar bien y les manda un abrazo. El muchacho ha cogido gran cariño a María y trata de ayudarla. Tienes mucho trabajo no sé como puedes con todo. La dice. Es ya muy tarde cuando llega Fernando. Ellos le están esperando en el salón. Entra sonriente. Todo ha salido bien. Los abuelos se quedan allí. Papá no quería pero ya sabes como manda la abuela, dice Fernando. Sí, dice Javi la abuela es más fuerte. si no fuera por ella él no se movería de la cama. ¿Te preparo algo para cenar? Ha preguntado Maria. No ya he cenado. Me cambio y voy a ver que tal están la nueva mamá y su hijo. Están muy bien dice María intentando no mirar a Fernando. ¿Ah sí? pregunta éste. Javi interviene, hemos ido a verlos a la cuadra. María me pidió que la acompañara. ¡No me digas! ¡Sí te digo! Espérame tío voy contigo. María no dice nada. Fernando pregunta. ¿Tú no vienes? La está mirando directamente a los ojos. Como una autómata contesta. Sí claro. Se ponen las madreñas. María no es muy experta pero sabe que en la cuadra las va a necesitar. El ternero está precioso. María lo acaricia con ternura al tiempo que le dedica unos cuantos mimos y achuchones. Mira a Fernando y le dice ¡Es precioso! Como la cosa más natural, Fernando le dice ¡Te lo regalo! La sorpresa de la muchacha hace feliz a Fernando que la mira embobado. María abre los ojos como platos y pregunta¿ Y lo podré cuidar yo? ¡Claro será obligación tuya! Sin pensarlo dos veces y sin darse cuenta en un impulso echa a correr hacia Fernando y le estampa un sonoro beso en la mejilla. Es un beso de amiga pero para él es maravilloso. Fernando la abraza y le dice. Si me das otro te regalo la vaca. Los tres ríen con ganas. Cuando Javi se calma dice con infinita guasa: No sabía yo que los besos estaban tan caros. Yo te he dado muchos y nunca me has regalado un ternero. ¡Ah bueno, pero es que tú no los das también como Maria. Dice clavando sus ojos en los de la muchacha que está mas bien sofocada. Es simplemente feliz, esta vez no piensa ni por qué. Después de dejar todo en orden salen de la cuadra. María va en medio de los dos. Fernando desea que Javi desaparezca. Tiene verdaderos deseos de abrazarla, pero no lo hace. María habla sin cesar del ternero, está nerviosa. Fernando la abraza por los hombros. Ella le mira pero no dice nada. Javi mira a los dos y dice ¡No sé estáis los dos muy raros. Esto me huele a chamusquina! No me extraña, porque te voy a quemar vivo ¡mocoso! Maria intenta apartarse un poco avergonzada, sin saber por qué de pronto echa a correr y los reta a los dos ¿A que no me cogéis? Los dos corren lo que pueden. Fernando daría algo por atraparla, pero por supuesto María se escapa. Se sienta en el porche y los espera tranquila. ¡Cómo corres, pareces un gamo! ¡Dímelo a mí! dice Javi Los dos respiran fatigados. María se ríe. ¡Estáis hechos polvo, valla par de ellos! Pasan un rato hablando en el porche y luego deciden irse a dormir. Ya es muy tarde. Los tres suben las escaleras y cada uno se mete en su habitación. A media noche, Javi llama a Fernando no se siente bien. María está haciendo la primera hora de guardia le ha oído y entra corriendo. Esta vez la crisis es mas débil. Fernando también ha acudido a la llamada de Javi. Todo pasa pronto. El muchacho se ha quedado dormido. Tengo que hablar contigo María. ¿Salimos al corredor? No, mejor mañana, estoy muy cansada. María tiene miedo que se rompa el hechizo de su raro idilio. Piensa que si se aclara se romperá el hilo maravilloso que ahora los une, y es tan bonito... Teme que Fernando se disculpe. Le diga que no pasa nada, que solo ha sido un arrebato. Ella no sabe casi nada de los hombres y tiene miedo. Por otra parte tampoco aspira a que se case con ella.¡Sería demasiado bonito. Fernando para ella es la persona mas maravillosa del mundo, pero seguro que tiene una novia con la que piensa casarse algún día. No es capaz de olvidar la escena del beso. La tiene grabada a fuego en su mente y se recrea con ella una y mil veces. Está en la cama pero no puede dormir. Cuando ella se ha negado a que hablaran, él no ha protestado. Solo un ¡está bien hasta mañana! Ella hubiese querido que la besara otra vez. Piensa. No volverá a pasar, pero yo tendré ese beso en mis labios toda la vida. Por fin se duerme y sus sueños son preciosos. En esos sueños está por supuesto Fernando. Amanece otro día y la rutina sigue. Fernando ha pensado regalar una rosa a María, pero luego se dice: Mejor no, hasta que hable con ella. Está nervioso y feliz. Él sabe que la muchacha se está enamorando de él. ¡Será maravilloso! Ya no tiene complejo alguno. Es más ni se le ha pasado por la imaginación. María sabe que es un poco cojo. Pero conociéndola sabe que eso no importa. Sigue pensando con los ojos cerrados. Le enseñare lo que es el verdadero amor y estoy seguro que será muy feliz. En su cabeza ronda la conversación que tuvo con su hermano el día anterior. Alfonso le conoce muy bien. Sabe que su hermano está enamorado de la muchacha. En realidad lo saben todos. Todos menos José éste no podía ver si no lo sabría también. Ese amor es algo que Fernando no puede ni quiere ocultar. Estás colado por María le ha dicho su hermano. Él no lo había negado muy al contrarío había comentado con su hermano todos sus planes. Ya no podría vivir sin ella cerca. Hablaron de los papeles de María, Alfonso le había dicho medio en serio, medio en broma: ¡Cásate con ella y así ya está todo arreglado! Fernando mudo por el asombro, vuelve en si cuando su hermano le propina un espaldarazo al tiempo que le dice¡ Buena idea no? ¡Muy buena! Había dicho él medio ausente casi para sí mismo. Luego piensa: Mis padres estarían encantados, todos estarían encantados. Nadie en esta casa sería feliz si ella no está, la verdad es que Maria se ha hecho imprescindible. También piensa como sería su vida. Tendrían varios hijos. Le encantan los niños, si algo envidia a su hermano son los hijos. Él los tendrá con María. Serán preciosos, unos mulatitos deliciosos. Hablaré con ella y luego se lo diré a mis padres, aunque creo que ya lo saben. Por su parte María no tiene ni idea, claro, de lo que Fernando piensa. Esa misma tarde Fernando muy contento dice: Me voy al pueblo. María lo mira con descaro. Esta pensando, lo que yo decía tiene novia. Se ha puesto de mal humor y Fernando a sabiendas la provoca. ¿Qué te pasa? ¡Tienes cara de gata a punto de saltar! A mí no me pasa nada. Dice pero sus ojos y su voz la delatan, siente celos no debería, pero siente celos. Fernando se ha dado cuenta y se marcha con una gran sonrisa en los labios, esos labios que tanto la gustan a Maria. Da unas cuantas vueltas por la casa para después ir a parar al cuarto donde Fernando pinta. Mira los cuadros. El que está en el caballete es precioso. Es un paisaje de otoño y María siente unas ganas terribles de llorar. Son más de las doce de la noche y Fernando no ha regresado. Ha dejado encima de la mesa del comedor un número de teléfono por si pasa cualquier cosa. Estaría en cinco minutos en casa. Maria deduce que entonces es que tiene la novia en el pueblo. Desea que pase algo para poder llamarlo. En ese momento suena el teléfono. Lo coge Javi. Es Fernando dice que nos acostemos, que vendrá un poco tarde. El muchacho se da cuenta de que a María no la hace ninguna gracia, y piensa: ¡ésta también está colada. Luego pregunta: ¿qué hacemos? Maria contesta de mal humor.¡Nos vamos a la cama! Javi se dirige a su cuarto de prisa. No quiere que se le escape la risa. Me parece que tendremos boda, está pensando. Los dos se van a la cama, pero María no tarda ni tres minutos en levantarse y salir al corredor. No tiene sueño, pero además sabe que Javi está allí y ella tiene que hacer guardia. Sigue pensando en Fernando y el hecho de que tenga novia la trae de coronilla. Tengo que enterarme y si es así no le dejaré que me vuelva a besar. Se lo preguntaré a Lucía. Las dos muchachas son muy buenas amigas, casi como hermanas. Lucía le ha contado muchas cosas y María siente confianza con ella. Se lo preguntaré. También le diré lo que siento, estoy segura que ella sabrá aconsejarme. Suena el coche de Fernando. María contiene la respiración. Quiere verle. La noche no es muy clara, pero Fernando distingue el familiar ovillo en el que se convierte Maria cuando se sienta en el corredor. Ella no espera a que suba Fernando. Se mete en la habitación y coge un libro. No lee, solo escucha. Fernando tarda poco en subir, pica en la puerta y asomando la cabeza dice. Duérmete, ya me quedo yo. Nada más. María ni contesta, apaga la luz y se enrosca en la cama. Fernando sonriendo dice. ¡Hasta mañana! María saca una mano y hace un gesto de despedida. Eso es todo. Javi duerme tranquilo. Fernando empieza a dibujar unos bocetos para un trabajo que le han encargado. Sigue pensando en la muchacha, recuerda que le ha prometido un marco. Se lo hará mañana mismo. También le hará una fotografía. Una se la guardará para él. Ya es mañana. Pero María sigue esquivando la conversación pendiente. No quiere hablar. A Fernando no le importa. Habrá una tregua. Las miradas furtivas que le dirige la muchacha son suficiente de momento, si ella quiere jugar a eso él no se lo va a impedir. No se habla del asunto. Pero el asunto está ahí. Fernando observa a María y ésta observa a Fernando, es un juego delicioso, aunque duro para él. Alicia ha llamado para hablar con Maria, quiere sobre todo saber cómo está Javi. Sus padres hablan con él todos los días pero ella se fía más de lo que la dice María. Fernando no desaprovecha ninguna ocasión para estar con María. Hoy ha dicho que quiere enseñarle algo. Javi se apunta y aunque a Fernando no le hace ninguna gracia no dice nada. Les lleva al hórreo. ¡Es una casa de Madera! dice María asombradísima . ¿Si. Pero es mucho más que eso. Ahí guardo yo todas mis penas, mis alegrías y mis secretos más personales. Ya. Dice Javi yo ya lo he visto y ¿Sabes María? Tiene un par de patines sin estrenar. Seguro que le dan miedo, y eso que dice que es muy valiente. Y soy muy valiente. Pero hay cosas que me dan mucho miedo. Luego mira a María y repite. Si mucho miedo. María sabe que esa frase va dirigida a ella, pero no comprende por qué. ¿Por qué va a tener miedo de mí? Luego sin pensarlo dos veces, dice. ¿Tan fea soy? No, dice Fernando ¡eres muy guapa, por eso precisamente! Javi lo capta enseguida, pero no dice ni pío. Ya en el hórreo, Javi coge los patines y se los enseña a María. ¡Lo ves sin estrenar! Así es, están sin estrenar. Siempre les tuve miedo, pero mi pierna tiene mucho que ver en ello. Si me caía me tendrían que operar de nuevo y eso si que me daba verdadero terror. Sí, me lo dijo Alfonso. Ni un comentario más, ni la menor atención al asunto. Fernando está pensando. No te voy a dejar escapar. ¡Eres un cielo! Si no llega a estar Javi la cosa no hubiese quedado así. María no pierde de vista los ojos de Fernando. Está pensando algo muy dulce, se dice. El hórreo está lleno de cosas raras. Los primeros cuadros que él pintó. Son impresentables, pero quiere conservarlos. Aquí empecé a pintar. Cuando tenía que hacer reposo, me aburría una barbaridad. Aquí tallaba madera, aquí pintaba, y dibujaba cualquier cosa. Es agradable aquel lugar. María descubre un sofá viejo, una cocina de gas, incluso una cafetera eléctrica. Hay cojines, también mucho polvo, montones de polvo. Con una sonrisa le pregunta. ¿Esto también está aquí desde que tú eras pequeño? todos ríen la gracia. Si me dejas te lo ordenaré un día. ¡Vale! Pero te ayudaré, si no luego no encuentro nada. ¿Vienes aquí muy a menudo? Sí, a veces lo necesito. A Marí la ha parecido que se ha puesto triste. Les enseña muchas más cosas, luego regresan a la casa. María piensa, que es un lugar muy bonito. Se lo dejaré precioso, vendré mañana mismo. Está ilusionada, en realidad cualquier cosa que esté relacionada con Fernando la ilusiona. Se ha puesto vaqueros y una camisa anudada a la cintura,. se mira al espejo, se encuentra bonita y está muy contenta. Fernando ha bajado de compras al pueblo. Aprovecharé para ir al hórreo. Le daré una sorpresa. Piensa. Seguro que no se enfadar,. se pone un pañuelo en la cabeza y empieza la faena. Los trastos van de un lado a otro con rapidez, no tira nada. Lo coloca de tal manera que todo queda a la vista para que no lo tenga que buscar. Sacude, friega y coloca. Al final el resultado es asombroso. Ha trabajado toda la tarde, pero esta satisfecha. Ahora parece una casa. Al sofá le ha puesto una manta de colores hecha a ganchillo. También ha colocado unos cojines que lo hacen muy acogedor. Ha colgado los cuadros, incluso se ha inventado una mesa con dos cajas y una tabla a medio labrar, tiene su encanto. María mira el entorno. Resulta bonito. Se quita el pañuelo de la cabeza y da por terminada la labor.
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Elvia Gonzalez
Mara Vallejo D.-
Me fascina la forma como siguen organizándose, las piezas que andaban sueltas; salud, de José y Javi, tratamientos de mucha importancia para la gran historia y un animalillo que no podía faltar en ella. Me encanta!!
María