Una divinidad me ha visitado!
Publicado en Jul 10, 2015
Existió hace mucho tiempo en un lugar cercano a dónde vives, dos personas. Juan, siendo Dios su única adoración. Y Raúl, quien era joven y se dedicaba a disfrutar los placeres de la vida, con una personalidad opuesta a la de su vecino, e incluso decidió ser ateo.
Ambos existían, ambos vivían, pero ninguno de ellos se conocía a pesar de que vivían en la misma calle, a pesar de que lo único que separaba ambas casas era otra casa. El único deseo de Juan era conocer al mismísimo Jesús o que Dios y sus santos se le aparecieran, pero nada de eso ocurría. Era tanta la obsesión por aquello que Juan al ver que nada de eso sucedía, comenzó a cuestionarse la existencia de su santidad. Por otra parte Raúl había encontrado una forma de pasar el tiempo; había descubierto su buena puntería con una honda. Todas las tardes se dedicaba a practicar en el patio trasero de su casa. Juan al creer que Dios lo había abandonado comenzó a preocuparse por la naturaleza, e ideo su propio jardín del edén en su patio trasero. Aquel patio termino siendo la viva imagen de algo magnifico; un abundante y hermoso verde, con variadas flores que completaban aquel hermoso cuadro. Diariamente regaba sus plantas y se preocupaba de que en su patio no se encuentre ninguna piedra. Raúl ya era un lanzador extraordinario. Podía derribar una lata ubicada a un metro y medio de distancia con una sola piedra, pero prefería entrenarse tirando piedras a la casa del vecino de la esquina, casa de Juan. Todas las tardes lanzaba una piedra en esa dirección y cada mañana Juan al ver aquel suceso empezó a creer que era una señal de alguna divinidad, que le dejaba una piedra diariamente en su patio para que vuelva a creer en que las divinidades celestiales realmente existían. Un día Raúl tuvo un accidente y pasó tres días hospitalizado, mientras tanto Juan al creer que la divinidad nuevamente la había olvidado, al no ver ninguna piedra durante tres días en su patio. Enfadado, Juan opto por terminar con su vida lanzándose al mar. Cuando Raúl volvió del hospital realizo lo de costumbre, pero aquella casa estaba vacía. Juan desde el cielo o desde el infierno al ver aquella situación, grito llorando: - ¡Una divinidad me ha visitado! E intento volver a la Tierra para conversar con aquella divinidad, pero el señor de la muerte se lo negó, puesto que su cuerpo ya era polvo, como el polvo que levanta una piedra al caer suelo.
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Mara Vallejo D.-
Me ha gustado el tema de tu relato y la forma como lo has plasmado.
Grato leerte.
Saludos
Maria
Lucy Reyes Neira de Lozano