FRAGILIDAD NOCTURNA.
Publicado en Jul 19, 2015
La noche tiene ese sagrado encanto de vestir
la desgarradura del alma la locura de las sombras, ese perfecto estado de no ser sólo un cuerpo, un existir... sin el otro, el que está afuera, con sus ojos mirándonos sin ver , sin saber qué sueños nos parte qué maldita cosa nos duele, la noche es soledad, es el refugio de nuestra desnudez Y él se mueve, me habita y me contiene, el que me crece por dentro en los bordes, en los intersticios de mis huesos Crece en la fragilidad amniótica de mis visiones internas, me habla, me hace sabia. Él sabe de mi soledad, la despedaza y su voz casi embriagante, me desflora y me eleva. Algo me crece adentro esta noche, y todas mis noches, como una flor me aroma Y yo me pierdo en quién sabe que intentos de versos, como si quisiera decir aquello que esperan de mí, lo que no saben, lo inmanente, lo bello… Y mis manos se atascan en armónica danza, como un ovillo que nunca termina de rodar, como una flor, como un rezo, y no sé a quien, adónde, O por qué, y se me ocurre mirar hacia la noche hacia el vasto azul, y mis ojos se van, se pierden en la anchura infinita donde no sé quién soy.
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