PEQUEÑA NIÑA MUERTA. (A Alejandra Pizarnik)
Publicado en Jul 27, 2015
Ella muere en sus numerosos funerales ella, la que canta en el viento la que no sabe lo que vè y no vè lo que sabe. la pequeña olvidada, (¿què harè con el miedo?) còmo decir y no morir, como vivir inmersa en un cuerpo extraño, en un mundo hostil, enajenado. El grito conjugado se silenciò en el vaso que le sangrò en la boca. Su pecado fuè el verbo maldito, despiadado, un pájaro cristalizò el vuelo en su garganta. Ella detuvo el tiempo cuando quiso, negociò su dolor. La que canta y encanta, con su vestido azul viaja hacia donde la muerte la lleve de regreso Y nos deja el misterio de sus versos partidos… y morimos con ella, y caemos hasta el fondo de su alma, tan oscura, tan blanca, y nos late en los ojos la piedad y el horror, se nos mete en el cuerpo cada gota de sangre, oh, preñez de tus sueños en el delirio mìstico, se te siente, Alejandra. Desgarrada, inmensa, transparente, te sostienes en las vèrtebras del vértigo que esconde tu luz de visionaria, la belleza que nos muerde en cada verso, la carne, y ese, tu decir angustiado nos recorre por dentro. Vestimos tu mortaja pequeña niña muerta… el mundo era tan frágil, tan ajeno…no estabas , Alejandra, ya no, cuando te fuiste, la que canta, se encanta ... ahora es libre, la que se sabe àngel, allí... donde la muerte, le enseña a vivir a los muertos. —
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maria del rosario
Ya lo había dicho Borges cuando se suicidió Lugones. " ¡ qué mal debe andar un país cuando los poetas se suicidan !".
Marité, has escrito una excelente poesía y crítica literaria sobre la triste Alejandra.
Te felicito y te abrazo con cariño
María Ester Rinaldi
Muchas gracias por tus palabras, maría.
Un abrazo fuerte.