EL TIEMPO.
Publicado en Jul 29, 2015
El tiempo.
Antonio y Susana son dos jóvenes enamorados en la flor de su juventud, superando los veinte años sin rebasar los treinta, uno sintiendo mas amor que el otro pero por suerte. Uno le corresponde al otro, él es cálido, tiene tacto con las personas y se enamora con facilidad, no necesita mucho tiempo para decir un "te amo" no necesita de pruebas para poder hablar con su corazón en las manos, tiene toda la paciencia y está consciente de que su vida se va como tiene que irse, con alegría, con tristeza, con amor, con ira, con miedo, con valentía. Disfruta cada sentimiento y después de los momentos oscuros se da cuenta de que sus problemas no eran nada. Susana por su parte, analiza las cosas más detenidamente, las relaciones poco o nada le interesan se mantiene distante, se mantiene ajena a las personas. Le gustan las fiestas y es partícipe de reuniones con sustancias ilegales. Sus preocupaciones son su trabajo y la manera para reducir su tan elevado estrés es mediante una relación efímera de amor sin forma, sin estructura, sin tiempo, con pasión como todo romance de horas pero sin el compromiso de un alma. Antonio sonríe a quien le ignora, saluda a quien no lo mira y presenta a quien ha conoce. Susana le sonríe a todos, saluda a las personas por las que tiene atracción de cualquier tipo y presenta solo a las personas importantes. — ¿Qué te pasa? —Preguntó Susana molesta, ya era de noche y perdió todo su glamour, se despeinó y arrojó sus cosas a un mueble. Se sentó en una amaderada mesa pequeña donde dejó su computadora portátil y tecleó con velocidad cubriendo sus ojos de la radiación apenas con unos lentes para vista cansada pequeños, blancos— — Nada... Eres el prototipo perfecto de mujer independiente y eso me gusta, trabajo bien merecido, auto propio. Llegas para mas trabajo y ahora mismo debes estar en algo importante. —Expresó Antonio quien estaba sentado desde antes que Susana llegara, él cumplió con sus deberes horas antes, estaba sentado con un aguilucho y lápices de dibujo ¿Qué hizo? Un trabajo que le pidieron y encima él estructuró lo que tenía en la cabeza. Él podría pararse y besarle la mano a Susana pero debido a como hacia su trabajo él se negó, pensó que hablarle seria un fastidio— — Eres un imbécil. Siempre te veo sonriente y por eso andas sin ningún maldito centavo en el bolsillo. Tengo que pagarte las cosas —Respondió la mujer con una evidente carga negativa que su corazón estaba lanzando en todas direcciones, sus ojos pasaban de un lado del monitor a otro.— — Te quiero por eso... Me da mucha pena pero como soy macho me la aguanto... ¿Puedo ayudarte en algo preciosa? — No. Muchas gracias —Gruñó Susana torciendo la boca— — Entiendo. ¿Tomas café? —Preguntó el varón tras ponerse de pie y meterse en la cocina, un espacio pequeño donde solo cabe una persona pero los recipientes están naturalmente llenos, todo está al alcance.— — Crema y azúcar por favor... —Respondió Susana menos enojada, elevó la mirada dedicándole al varón apenas un soslayo y después regresó a su trabajo– — Pude haber pasado por ti. —Dijo desde la quietud de la cocina mientras calentaba el café— — Para eso tengo carro, gracias... —Espetó nuevamente— — Hmph —Esbozó una sonrisa— ¿No importa que te sirva el café en otra taza? — ¿Por qué? —Preguntó la mujer abandonando su trabajo y buscando la taza desde su silla casi queriendo alargar su cuello— ¿No está ahí la tacita de corazones? — Pensé que no te gustaba —Respondió con una sonrisa— — Tú me la regalaste... — ¿Cómo te fué en tú trabajo Susy? — Ashhh... Ya sabes, de un lado para otro asintiendo y diciendo que si a todo, papeleos, regaños, tener todo controlado y listo, cumplir con la agenda. Mi jefe eligió a un grupo de personas para que trabajaran de mas e imagina a quien eligió... Si... "Fuí la afortunada". — No puedo culpar a ese señor, con ese look yo también te tendría horas de más en mi oficina. Ciertamente lo envidio. — Y antes de llegar choqué. — ¡¿Chocaste?! —Preguntó dejando de lado las tazas y el azúcar— ¿Y no me dijiste? — ¡¿Qué ibas a hacer?! ¿Agarrar el camión y llegar en cuarenta minutos? ¡No tuve tiempo! Los putos del seguro no llegaban y yo tenía que llegar a mi trabajo. —Respondió la mujer como su naturaleza agresiva se lo permitía— — Los del seguro no llegaban, pude haber tomado un camión, correr lo suficiente y yo estaba listo cuando llegaran los del seguro como contacto de confianza. Así tú podrías haber ido a tú trabajo sin preocupaciones, yo aclararía las cosas. Además, pude haber comprado un collarín. Imagino que te duele el cuello ¿No es así? —Preguntó el varón tras haberse sentido ignorado. Sus sabias palabras provocaron un silencio incómodo. La mujer guardó silencio y dejó la computadora en paz unos segundos— — Si... Me duele el cuello... — ... — No supe que hacer, la pinche vieja me chocó por detrás y yo estaba asustada... No tuve tiempo de nada... — Oye. No tienes de darme explicaciones, sobre nada. Nunca. Pero el que me hayas podido considerar "contacto de confianza" hubiera sido lindo. Hubiese llegado en cuanto pudiera, con, o sin auto. — Perdón bebé... —Dijo Susana sintiéndose mal por su actitud— — Veré si puedo ponerte algo en el cuello para relajar la zona muscular. Un amigo tiene un collarín rígido, incómodo, pero sumamente útil. —Explicó Antonio sin ver a Susana. Sus manos seguían preparando el café— — ... —Tras escuchar las palabras del varón, siguió tecleando con la misma intensidad que como lo hacia en un inicio— — ¿Estás segura que no chocaste por andar a las carreras? — Soy una mujer ocupada... Es normal que pise el acelerador, no sé cómo estás aquí. Tan tranquilo, sentado sin hacer nada. — Porque lo que yo hago es arte, me siento frente a la computadora e impregno todo lo que esté en mi cabeza. No me estreso, pero ser escritor a veces es difícil... A veces una palabra se presta para darle una interpretación y a veces no es para bien, es como hablar en clave, cada palabra, punto y coma debe ir en orden para que el lector entienda bien. Hay que usar muchos sinónimos para no ser repetitivos y escribir cuando no tienes inspiración es algo muy feo. El tiempo no existe en mis historias. — Porque lo que estás haciendo es salir de tú realidad para escapar a otros mundos, indagas en tú mente como un niño asustado a los compromisos. Te inventas personajes a favor de tus valores y tus villanos son la interpretación de tus miedos, los conflictos son todo lo negativo que hay en ti y tus romances de papel son sueños frustrados. Si. Mi mamá es psicóloga. Sabe lo que haces. — El error ahí, tesoro. Es que en mis historias el tiempo no existe por una razón, tú dices que es la representación de mi repudio al compromiso pero estás equivocada. En mis historias el tiempo no existe porque depende del día, depende de la hora y depende de mis emociones y sentimientos porque a veces. El tiempo es un verdugo que nos somete bajo su yugo, nos maltrata y los insulta bebé. Pero a veces. El tiempo es el mejor regalo que podamos tener, nos hace pensar, nos aclara la mente hasta terminar como un lago sin inmundicie. A ti. El tiempo se te va de las manos precisamente por tú trabajo... Tienes horarios, rutinas, entrada, salida. "Haz esto", "haz lo otro". Naturalmente estás bajo presión y eso lo respeto. Lo admiro en verdad, te envidio. No tus bienes materiales pero si tus logros, tu fé, tú voluntad... Pero conmigo, el tiempo es un mecanismo que opera totalmente distinto. El tiempo se torna lento, inconexo, incoherente. Actúa como un estúpido y no sabe quien es ni para que sirve. Como escritor tengo que investigar mucho, ¿Sabes qué es la oxitosina? — ... — La oxitosina es una hormona muy poderosa producida naturalmente en el cerebro pero el efecto puede verse a través de micro gestos en el rostro, alteraciones en la temperatura, en las manos. Se siente en el pecho... Ésta hormona puede provocar felicidad y hacer que no haya hambre o sed. Las mujeres la producen justo cuando están dando a luz para que los músculos de su útero se estiren y mas... Es conocida como la hormona del amor. Antonio abandonó la cocina estando el café a nada de llegar a su punto cuando el varón sujetó su silla y la puso justo a la izquierda de Susana, un poco por detrás de ella. Él se sentó y ella en silencio lo estaba viendo a los ojos. — Susy... Cuando te veo... El tiempo se detiene, no existe nada mas en ésta pequeña casa que tú y yo. No hay otra dimensión que sea tú mirada y la mía. La candela del foco es igual a nada en comparación al brillo de tus ojitos de luciérnaga por la manera en como me ven o como no me ven. El color de las flores no se comparan a lo precioso de tú sonrisa y el sol de las mañanas no le llega a la calidez de tus abrazos... Cuando estoy contigo todo cambia de colores y la realidad puede arder y perderse en el espacio, pues siento que gravito contigo. En un extenso mar de estrellas que nos miran sin decir nada... —Dijo el muchacho en total silencio sujetando a la mujer por los pómulos, quitándole el cabello que descendía sobre su rostro como cascada, peinándola como muñeca de porcelana mientras que ella. Empezó recargando sus manos en los hombros de él y así bajaron a los costados... Más y más— — Nunca... —Las palabras de Antonio naturalmente llegaron al corazón de Susana obligándola a morderse el labio, la boca le temblaba y de hablar un poco empezaría a llorar, sus ojos estaban cristalinos por lo que se quitó los lentes— Nunca te has preguntado ¿Por qué trabaja tanto? — ... — ... Te amo mucho, pero ahora solo somos jóvenes, el tiempo. Es precisamente lo que necesito. Y es contigo con quien quisiera tener tres hijos... Las probabilidades de que tenga hijos son pocas pero las esperanzas son muchas, dos niñas y un varón. Meterlos a las mejores escuelas, deportes, baile ¡Lo que sea! Pero para que ellos disfruten necesito poder mantenerlos, necesito tener donde caer muerta al menos... Es por ellos, que trabajó mucho todos los días. Peleo porque algún día, en el futuro... Un niño, parecido a ti... Me diga "Hola mamá"... La distancia se redujo a cero y el sonido disminuyó hasta ser nada. Antonio sujetó con dulzura a Susana dándole un beso con suavidad. Buscando su lengua con calma... Con los ojos cerrados, con su corazón latiendo más rápido de lo que su cerebro pueda pensar. En cambio Susana, quien tenía lagrimas pequeñas bajando por sus pómulos acercó al muchacho para profundizar más el beso, acariciándolo como si fuera su primer beso, por momentos así. Son por los que Antonio sentía los segundos como horas... Dulces horas contadas solo con besos. – Tú café está listo... —Notificó Antonio una vez que los besos terminaron— — Jee... —Susana con una sonrisa le dió una palmada en el hombro y lo alejó de él. Se enamoraron un poco mas— — ¿Quieres una dona mi reina? — No mi rey. Gracias, dieta, dieta. — Una galleta de coco entonces... — ¡Yaa! Vente de una vez —Pidió la muchacha con una sonrisa— —Voy... Antonio se sentó ahí mismo, pegado a Susana y dejó las dos tazas en la mesa junto con los panes dulces y Susana inició su "cena improvisada" con un beso en los labios. — Perdone usted por no tener dinero, pero le hice éste cafecito con mucho amor. — Y sólo eso necesito amor...
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