El ladrn ( 2 parte)
Publicado en Aug 05, 2015
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Sara despertó a las tres de la mañana, con náuseas y muchos calambres en las piernas. Probó el agua y le supo a metal. Atravesó el corredor, pasó junto a la puerta de la recamara de su hermano, la luz estaba apagada. En la cocina vio una olla con café listo. Lo bebió sin muecas, estaba tibio. Tenía hambre, buscó que comer entre la poca despensa que había. Sacó una caja de galletas de la alacena, eran de nuez, las favoritas de Fernanda. No evitó las lágrimas y entonces le supieron a tierra. Estaba adormitada. Iba de regreso a su cuarto cuando se detuvo en la ofrenda hacía su madre. Vio la fotografía de cuando Sofia Leñero tenía veintidós, embarazada de su segundo hijo. Estaba a blanco y negro, la mirada amable de la mujer se dirigía hacia la ventana de la casa. Sara  acercó la imagen a la vela, examinó los detalles: Sofia joven estaba en el mismo sitio en que su Fernanda se acomodaba todos los días. Fue hacía la ventana y miró el cielo, pocas estrellas y una luna pequeñita, hacia abajo, la calle solitaria, los techos de las casas sin novedad. Le vinieron muchas cosas a la mente, aunque junto con Carlos acordaron decir que la partida de Mamá Sofia fue a causa de un infarto, no evitó pensar que todo lo que le ocurría era algo más allá de simples casualidades. No sólo los terribles hechos cercanos; sino las muertes que extinguieron a su familia, los vicios que corrompían a los suyos, la incertidumbre, que desde niña siempre pensó que la vieja casa en la que vivían parecía hacerse más grande conforme más pequeña se hacia la familia, era un rompecabezas enorme que no estaba dispuesta a armar en ese momento. La culpa la tenía el ladrón, quien quiera que fuera, o lo que fuera, que se había llevado a su hija sin dejar huellas.
—se la tragó el mundo. —murmuró para su soledad. El mundo se había tragado a su familia. A algunos miembros, literalmente. Mamá Sofía tenía la misma edad que ella cuando conoció a Ismael, el padre de Fernanda. Aquél hombre de mandíbula cuadrada y brazos de leñador que la había ayudado a concebir a la niña en un rincón de la casa. Y que mucho daño le había hecho. Ismael decidió nombrar a su primogénito como el antiguo rey, al ver que se trataba de una niñita soló le cambió la letra, Fernanda. Esa decisión nunca agradó Sara, igual que todas las demás, aunque si Ismael estuviera ahí con ella nada los lastimaría. Recordó la pistola negra que su marido cargaba para protegerse, cuando se fue, se llevó todo menos eso. Sara tomó iniciativa de guardarla, pero Carlos le dijo que era peligroso, desde ese entonces, el hermano la tenía custodiada en su recamara.
Regresó la imagen al altar y cerró las cortinas. Los dolores en su cuerpo incrementaban, como si apenas sintiera las cicatrices que se hizo meses atrás. Fue hacia su cuarto y al pasar junto a la puerta de Carlos se detuvo. Sujetó la perilla, no quería pasar el resto de la noche sola, Blanca la había dejado y tenía ganas de abrazar a su hermano. Verlo dormir tan siquiera para sentirse tranquila. Eran arriba de las tres de la madrugada, ya de por si era una locura estar despierta a esa hora deambulando por la casa, se quitó la idea de la cabeza y volvió a la cama. Se acostó tranquila y cerró los ojos.
A la mañana siguiente un zumbido en su oreja la despertó.  Hacía calor. Sara se frotó la cabeza, percibió pasos en la sala.
—Carlos. —se apartaba el sueño de la cara—Carlos. ¡Carlos! —su hermano no le respondía. ¿Blanca?
No obtuvo contestación así que fue rápidamente hasta la estancia.
—¿qué no oyes que te estoy hablando? —le dijo a Carlos arrodillado frente al altar. —parezco loca. ¿No viste a Blanca ayer?
Carlos levantó la cabeza y miró a su hermana.
—¿Quién es usted? —Interrogó Sara al hombre barbudo y de ojos grandes que le dirigía una mirada inexpresiva —¿qué hace aquí, pensé que era mi hermano… es amigo de usted?
El hombre se levantó del piso, usaba ropa de campesino y no rebasaba los cuarenta años. Estaba descalzo y sudaba, parecía que se hubiera martirizando igual que un Cristo.
—¡Carlos! ¡Blanca! ¿Quién más está ahí? —Sara señaló la cocina, un ruido de cubiertos y pasos se escuchaba.
—¿cómo estás Sara? —esa voz estaba llena de timbres que ella nunca identificó.
—¿lo conozco? ¿quién es usted? —el extraño dio pasos hacía ella. —qué hace, salga de mi casa.
—lo siento.
La madre no puso atención, se alejó de él y regresó gritando al pasillo de los cuartos, ¡Carlos, Blanca! El hombre la seguía. Llegó a la recamara de su hermano y abrió con brutalidad, vio las sábanas blancas revueltas en la cama y la ventana del extremo abierta. ¡Sara!, escuchó que le gritaban. ¡Lárguese! Bramó ella, fue al buró de la esquina opuesta y jaló la perilla del mueble, encontró la pistola de Ismael y la cargó.
¡Sara…!
Se escondió en la esquina, entre la unión de las paredes. El extrañó entró al cuarto, caminaba lento, con las manos temblorosas,  la boca entreabierta, sus ojos grises y esféricos apuntaban sanguinarios hacia ella.
—maldito ¡váyase!
— Por favor…
—¡fuera de mi casa!
Y le disparó tres veces en el pecho. El hombre cayó inerte al otro lado de la cama. Sara bajó el arma, asustada, no podía creer lo que había hecho. Aquél extraño yacía perforado en el suelo de su casa. Escuchó unas pisadas veloces que provenían de la sala y volvió a tomar la pistola.
—Mamá—una niña de pelo alborotado con vestido verde entró bajo el umbral.
—Fernanda—murmuró la madre y soltó el arma pesada—Fernanda—volvió a decir.
—Mami… mami te extrañé mucho… Él me tenía atrapada en su cuento.
Y corrió para abrazarla mientras todo se tornaba blanco.
 
 
Dedicado a todos los desaparecidos, victimas del secuestro y la trata de personas
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Foto del autor Alizia Froyd
Textos Publicados: 5
Miembro desde: Mar 15, 2013
6 Comentarios 896 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Les comparto la segunda y ltima parte del cuento textaleros, por si no lo han hecho, les recomiendo leer la primera parte para que lo disfruten ms. Espero sus opiniones y comentarios. Gracias por leer. Bendiciones y abrazos para todxs.

Palabras Clave: ladrn desaparicin suspenso robo nia madre hija casa terror

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: Alizia Chilena


Comentarios (6)add comment
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Silvana Pressacco

Una bella historia Alizia. Tu prosa es muy buena y atrapa, no solo con lo que cuentas sino cómo lo haces. Me gustó mucho. Abrazo.
Responder
August 11, 2015
 

Alizia Chilena

Gracias Silvana por tu comentario, me alegro que te haya gustado. Un fuerte abrazo amiga, bendiciones.
Responder
August 12, 2015

Enrique Gonzlez Matas

TRAS EL SUSPENSE APARECIÓ LA NIÑA EN MEDIO DE LA TRAGEDIA.
BIEN NARRADO, ALIZIA, CON MUCHA NATURALIDAD Y REALISMO.
ME HA GUSTADO. UN GRAN ABRAZO DE FELICITACIÓN.
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August 09, 2015
 

Alizia Chilena

Saludos Enrique, siempre es grato leer tus comentarios. Gracias.
Un abrazo amigo.
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August 09, 2015

Gaby S

Que bello, muy bonito! es la continuación del anterior que lindo mensaje.
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August 06, 2015
 

Alizia Chilena

Gracias Gaby, que bueno que te gustó. Un fuerte abrazo.
Responder
August 07, 2015

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