Érase una vez un pantano y un camino, el pantano estaba lleno de hojas muertas y el camino llena de hojas vivas.
Érase una vez una ninfa y un caballero, la ninfa viajaba por el pantano y el caballero por el camino, de pronto vino un mar de vientos con tal poder que junto los caminos, al ver la ninfa al caballero dio cuenta de que llevaba vestiduras azul-celestes y una espada de luz , se acerco tímida y furiosa al mismo tiempo sin que este se diera cuenta. Le intrigaba su rareza y su forma, miro distante y le siguió a hurtadillas, cada vez que perdía su rastro la ninfa llamaba al oráculo y el respondía _sigue la luz y así lo hizo, pasaron noches y días lineales, la ninfa sin darse cuenta cada día que pasaba su aspecto físico cambiaba. Al principio sus dientes, por cada millar lineal sus dientes eran mas blancos, después comenzó la piel hasta volverse casi trasparente, luego su cabello, blanco azulino. La ninfa en su transformación no advertía sus cambios y nuevamente cada noche y día lineal preguntaba al oráculo y este respondía_ Sigue la luz, pero un día el oráculo no respondió y desesperada comenzó a llamar a Daad , Daad era el guardián del oráculo , hijo de la princesa Amaya , hermana de la ninfa Amara. Daad envió un mar de hojas verdes y tomo a Amara y la llevo a la luna de agua, al llegar allí sufrió un gran dolor la ultima transformación, el alma del oráculo, la iniciación había sido completada de pronto una gran luz, ante ella el caballero azul-celeste ,el gran guardián del oráculo. Cuenta la leyenda que cada vez que hay un mar de vientos el oráculo susurra _sigue la Luz.