ahaztearen gainean/ DESTIERRO
Publicado en Sep 21, 2015
ahaztearen gainean/ DESTIERRO
18/09/2015 Algunos, con mayor o menor sentido que otros, aparecen diseminados por la loma. Son pequeños archipiélagos de piedra que han clavado sus raíces hace tiempo para no moverse. Quizá porque tengan miedo a la culebra de brea que circunda su badajo y observa sin pestañear. Solo mediante angostas veredas y trochas más escuetas se accede a estas creaciones huérfanas, crecidas en soledad y que hablan un idioma ininteligible. Son años erigidos sobre la historia de las montañas y por debajo del sempiterno color verdoso que esboza el paisaje. Se farfulla, en los pueblos menos remotos, acerca de los fantasmagóricos moradores que ocasionalmente descienden para comprar leche y alquilar reses. Tienen el rostro macilento y las mejillas sonrosadas, pero más allá de su aspecto, las terribles historias brotan desbocadas y salvajes del pico de sus creadores. Así, el mito o la verdad, circulan afanosos, impulsados por la creciente curiosidad de los vecinos de abajo, alimentando con un cupo de miedo las horas vencidas y las que restan por vencer A las 17.00 el crepitar de ramas sin secar anuncia su llegada, pero rara vez se los ve caminar. Segundos después, el umbral queda igual de mundo que el montón de guijarros depositados en el fondo del río. Los hay que, arrebujados en mantas para soportar el frío y tapados hasta los ojos, aguardan el paso de los extraños. Sin embargo, no se alude al aviso sino a la improvisación, pues cuando perciben ojos desconocidos su imagen se evapora y recogen sus aperos.
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Elvia Gonzalez
javier castillo esteban