CONFESIN PATERNAL
Publicado en Sep 23, 2015
CONFESIÒN PATERNAL
AUTOR: RAYMUNDO REYNOSO CAMA. Sentado en el parque vi unos niños correr, de inmediato recordè el pasado sin querer. Hacìa un tiempo mis hijos,varòn y mujer, eran tan pequeños, alegraban todo mi ser. Recordè que miraba jugar a mi hijo varòn, como solìa divertirse con tanta ilusiòn, mientras su hermana ponìa mucha atenciòn para imitarle y jugar en igual condiciòn. Me hacìan muy feliz las ocurencias de los dos, ambos eran una verdadera bendiciòn de Dios. Mi hijo, un sìmbolo sin ninguna comparaciòn, mi hija convertida en la reyna de mi corazòn. Escuchaba, en ellos, la voz de la inocencia, por ninguno de los cuales tenìa preferencia. Nunca tuve alguna inclinaciòn espiritual, he querido y quiero a los dos por igual. En ese reencuntro con el pasado recordè la acciòn sobreprotectora que adoptè como corolario del temor que fue influìdo por los diversos diarios que habìa leìdo. Corrìan las noticia de los muchos secuestros que ponìan en alerta a los padres y maestros de las distintas escuelas de la ciudad, ya que los raptores mataban sin piedad. Imagìnense, còmo no iba a preocuparme si habìa y sigue habiendo tanta violencia. Tenìa, entonces, motivo para asustarme, siendo urgente cuidar de nuestra existencia. Entonces me esmeraba en darles instrucciiones para que ellos tomen las debidas precauciones, como por ejemplo, venir por el camino correcto y de màs afluencia para encontrarnos en el trayecto Que grande fue mi sorpresa. cuando fui al encuentro, no les encontrè en el camino ni en su Centro. Cuàntas imaginaciones pasaron por mi mente, preguntando una por una a toda la gente. ¿No han visto de su escuela a mis hijos salir? Por favor me avisan si alguien les vieran veni. Que cosas espantosas se cruzaban por mi mente, esperando una mala noticia de repente. Muy desconsolado me regresè a la casa, cabizbajo, como toda persona que fracasa. Abrì la puerta, allì estaban mis dos pequeños, era como despertar de muchos horribles sueños. Se habìan regresado por distinto camino, por caminar con amigos del barrio vecino. Habìa confusiòn en mi mente, querìa llorar pero finalmente sòlo me puse a renegar. Algo debìa hacer para que no se repita. Entonces todabìa con la mente ofuscada, dos correazos por el muzlo les cruzaba, tanto al mayorcito como a la pequeñita. Sus ojitos asustados miraban con extrañeza, no comprendìan mi actitud con tanta vileza. Para ellos yo era un total desconocido por mi acciòn que no debiò haberse cometido. Cada uno se fue, raudo, a su cuarto a llorar la decepciòn que les causè por no saber controlar los dictados de la ira y de la impotencia, no comprendiendo los impulsos de la inocencia. Tambièn fui a mi cuarto a pensar profundamente respecto a mi actitud que fue muy sorprendente para todos mis familiares y para mì mismo, concluyendo que fue producto de mi nerviosismo. Sufrì por sentirme el hombre màs cruel de la tierra, hasta hoy el sentimiento de culpa me aterra. Yo, que les cuidaba mucho del maltrato fìsico que les pudiera dar algùn depravado psìquico. Yo mismo maltratè brutalmente a mis niños que tanto protegìa y mimaba con cariño. Merecìa que me despreciaran por inconsciente, que me aborrecieran, ellos y toda mi gente. En compensaciòn quise abrazarles y pedirles perdòn de rodillas. Ante nuestro altar decirles que nunca màs aquello volverìa a suceder por que yo jamàs les habìa dejado de querer. No lo hice..fui un imbècil, orgulloso, cobarde y miserable. Todabìa en mi pecho arde la herida que yo mismo me hice en el alma y cuando asoma el recuerdo pierdo la calma. Hoy mis hijos crecieron, y son PERSONAS DE BIEN ante la sociedad. NO CREAN QUE FUE EL CASTIGO, factor decisivo para que se hayan convertido en paradigmas de las buenas costumbres tambièn. SE EQUIVOCAN..el maltrato sòlo ocasiona severos traumas en la formaciòn de la persona, convirtièndoles en lastres, rebeldes o tìmidos, en muchos casos, en verdaderos perdidos. Es fàcil traer al mundo a una inocente criatura, pero que difìcil es ser buen padre, se lo jura este mortal que por sus dos hijos se sacrificò y les pide perdòn por algùn error que cometiò. Sè que los hijos, tarde o temprano, se alejaràn, un nuevo hogar con sus seres queridos formaràn, no se apenen por que a mì me pasa lo mismo, ley de la vida. Sòlo hay que actuar sin egoìsmo.
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Lucy Reyes
raymundo
Enrique Gonzlez Matas
ME IDENTIFICO CONTIGO, AMIGO RAYMUNDO, PORQUE YO TAMBIÉN TENGO DOS HIJOS, YA MAYORES, Y HE VIVIDO PREOCUPACIONES INTENSAS HASTA VERLOS VOLAR INDEPENDIENTES, AUNQUE SIGO PENDIENTE DE SUS VIVENCIAS. MI HIJO ME DIO HACE MESES UN NIETO, EL PRIMERO, Y, AHORA, TAMBIÉN MI NIETO ME MANTIENE ALEGRE Y PREOCUPADO.
PERO, ME SIENTO CONTENTO POR EL BUEN CAMINO QUE ELIGIERON. UN GRAN ABRAZO.
raymundo
Elvia Gonzalez
raymundo
Mara Vallejo D.-
Bueno disculpa si me extendí.
Grato leerte, amigo mío.
Abrazos con todo mi respeto.
María.
P.D: Muy bien por la imagen colgada en el perfil.
raymundo
raymundo